Mauricio Macri y Aldo Roggio mantienen, desde hace más de veinte años, un vínculo muy cercano. Y comenzaron 2013 con una agenda agitada, que los une cada día más: la concesión de los subterráneos y el millonario contrato para la recolección de residuos.
En ambos casos se trata de los contratos más importantes que tiene el Gobierno porteño y en los cuales, a partir de Metrovías y de Cliba, el Grupo Roggio pretende conservar los negocios. En este contexto en las últimas semanas en el PRO ya dan como un hecho que Metrovías continuará como la concesionaria del subte así como Cliba será una de las empresas oferentes del nuevo contrato de basura que se lanzará en mayo.
El acuerdo entre ambos es histórico, en especial cuando ambos eran empresarios. Aldo Roggio y Mauricio Macri se conocieron cuando el líder del PRO estaba en Sideco, de su padre Franco, y junto al Grupo Roggio se repartían los grandes negocios con el Estado. Los Roggio, con Franco Macri, fueron socios en diversos negocios. Por caso, la concesión del Belgrano Cargas, la mayor red ferroviaria de transporte del país.
En este marco, mientras el contrato por los subtes se renovaría a Metrovías, la oposición porteña denunció que la concesionaria perdió 23 millones de pesos en 2012, pero giró 30 millones a otras empresas del mismo Grupo Roggio.
Según un informe del legislador de Proyecto Sur, Rafael Gentili, de acuerdo con el balance de 2012 que presentó la empresa esta semana, “los contratos con firmas relacionadas al Grupo Roggio mostraron una baja del 2.157%, la empresa tuvo el año pasado un déficit del orden de los $ 30 millones. En 2011, en cambio, había ganado $ 1,4 millón.
El caso de una de sus empresas subsidiarias, Metrovías, es llamativo: también presentó un balance deficitario en 2012 de $ 23.117.046, en comparación con la ganancia de $ 4.975.690 de 2011.
Gentili explicó que “en lo que va de 2013 el Gobierno porteño desembolsó, en enero $ 82 millones y en febrero $ 87 millones. Si eso lo llevamos al año, da un total de $ 1.014 millones, lo cual es una locura”, aseveró y añadió que las transferencias que se hicieron al servicio son provisorias y que podría haber incluso más gastos porque “no se terminó la negociación” del nuevo contrato que incluye futuras inversiones, mantenimiento, y posibles aumentos salariales.
Limpieza. Además del subte, como se dijo, el Gobierno prepara un nuevo contrato para la recolección de residuos, que superará los $ 3.000 millones (el más grande de la Ciudad). A pesar de que el año pasado hubo rumores que apuntaban a que el Grupo Roggio pretendía vender su empresa de recolección, finalmente Cliba se presentará para quedarse con una de las seis zonas en las que se divide la Ciudad. Hoy ya domina el 25% de la recolección de residuos porteña –limpia el Microcentro y Puerto Madero–, en un negocio que le representa unos $ 500 millones anuales para la empresa. También tiene a su cargo el mantenimiento de espacios verdes en Recoleta, el centro y Puerto Madero (con la empresa Taym).
No son más que ejemplos de algunos negocios en los que se acercaron y que, al parecer, lo seguirán haciendo.