A dos días de otro aniversario del Golpe de Estado de 1976, la presidenta, Cristina Kirchner, inauguró un espacio para la memoria en la ex Mansión Seré. Se trata de una casona en la localidad bonaerense de Morón que, entre 1977 y 1978, los militares usaron como centro clandestino de detención.
Vía teleconferencia, la jefa de Estado inauguró, además, un paseo de la memoria en Palermo y un recorrido por los 250 años de la historia argentina, elaborado por integrantes del Plan Argentina Trabaja.
Al acto de inauguración del espacio de la memoria, Cristina invitó a los ex integrantes de la CONADEP, incluyendo a la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, que no asistió alegando que tenía un viaje agendado. Pero el convite a la periodista evidencia un giro de la jefa de Estado, una muestra de cierta pluralidad.
En su mensaje, la mandataria advirtió que no se puede vivir del odio y que no le dará el gusto a aquellos que pretenden que haya confrontación. A modo de autocrítica, ensayó: “No se puede tener la soberbia de pensar que nunca nos equivocamos”.
La jefa de Estado dijo que la dictadura le temía al conocimiento y que por eso entró a los bastonazos en las facultades el 24 de marzo de 1976. Por eso, aclaró, busca conmemorar la memoria a partir del conocimiento, de la ciencia y la tecnología. “Es casi una obsesión que tengo, la de lograr que vuelvan aquellos cerebros que se fugaron del país”, indicó.
Para la Presidenta, “el mejor homenaje que se le puede hacer a todos aquellos que no están, o los que están y sufrieron, es seguir logrando una Argentina con mayor inclusión social, mayor trabajo, fábricas abiertas, ciencia y tecnología”. Mañana habrá, por este aniversario, varias marchas en todo el país de militantes de izquierda y de los seguidores de Cristina, entre ellos de La Cámpora, que el año pasado intentó copar la plaza de Mayo y se cruzó con las organizaciones de izquierda.
El ex presidente Néstor Kirchner inició la etapa de recuperación de la memoria cuando creó un espacio con ese fin en la ex Esma, uno de los centros clandestinos de detención más sangrientos de la última dictadura. Ese espacio fue motivo de polémica en diciembre del año pasado, cuando el ministro Julio Alak, organizó una parrillada para la militancia, a modo de cierre de año. En ese momento, Cristina defendió la iniciativa: dijo, entre otras cosas, que a los desaparecidos hay que recordarlos con alegría.
Ayer, la jefa de Estado reivindicó los juicios a los represores que se están llevando a cabo en distintos tribunales del país. Afirmó que son necesarios para encontrar “Memoria, verdad y Justicia”.