New York Times.
En casa, Obama se enfrentó a la ira de los obispos católicos sobre el aborto y los requisitos de su ley de salud, que proporciona acceso a métodos anticonceptivos para los empleados. El respaldo del presidente al matrimonio del mismo sexo en 2012 lo alejó aun más de los líderes católicos.
Pero en los 52 minutos que Obama pasó sentado frente a Francisco en un escritorio de madera con un pequeño crucifijo dorado esas disputas parecieron desvanecerse.
Según Obama, la discusión se centró, en cambio, en dos áreas: cómo ayudar a los pobres y marginados en todo el mundo y la manera de enfrentar los conflictos que ponen a prueba los límites de la paz.
Washington Post.
Los dos se saludaron el jueves por la mañana fuera de la biblioteca papal en la Sala Pequeña del Trono, extendiendo las manos y sonriendo. “Maravilloso conocerte. Soy un gran admirador”, dijo Obama. “Gracias, señor, gracias”.
Los hombres se retiraron a la biblioteca papal y se sentaron en lados opuestos de la mesa del Papa. “Gracias –dijo Obama– por recibirme”.
La reunión duró menos de una hora. Pero el encuentro estuvo marcado tanto por la política de la nación más poderosa del mundo como por uno de los movimientos religiosos más influyentes, y por dos hombres que trataron de cambiar el carácter público de las instituciones que dirigen.
Wall Street Journal.
La Casa Blanca esperaba que la visita tan anunciada al popular Pontífice pudiera ayudar a llamar la atención sobre la agenda económica de Obama. La reunión también se llevó a cabo en un contexto de divisiones entre el papa argentino y el presidente en temas como el matrimonio entre homosexuales y la anticoncepción.
Obama dijo que en el transcurso de 52 minutos en la biblioteca papal discutieron sobre la desigualdad de los ingresos, la inmigración y los conflictos internacionales, en particular en Medio Oriente, pero apenas tocaron los aspectos de su ley de salud que obliga a las aseguradoras a cubrir la anticoncepción, algo a lo que se opone la Iglesia Católica.
Miami Herald.
Obama y Francisco, dos de los hombres más reconocidos del mundo, lucían nerviosos mientras se estrechaban las manos antes de entrar en la biblioteca papal.
Obama había visitado el Vaticano una vez en 2009, cuando se reunió con el papa Benedicto XVI. Pero la reunión de Obama con el papa actual fue mucho más esperada, debido a las filosofías económicas compartidas y a la popularidad mundial de Francisco. Ocho de cada diez católicos estadounidenses tienen una opinión favorable del Pontífice.
Mientras que Francisco trajo un cambio en el tono y en el énfasis al Vaticano, las doctrinas fundamentales que han dividido a la Iglesia y el gobierno de Obama no han cambiado.