Que se arrepiente, que no se arrepiente, que hay una fractura en la familia. El empresario K Lázaro Báez oscila entre silencios y sigilosos movimientos judiciales que lo llevaron distanciarse de la defensa, conformada por Daniel Rubinovich y Rafael Sal Lari y contratar al abogado Maximiliano Rusconi.
El flamante letrado de Báez mostró las primeras cartas que jugará en sede judicial: pedir la prisión domiciliaria de su defendido. "La detención es ilegítima", afirmó en relación a que el empresario "no manifestó en ninguna clase de entorpecimiento" ni tampoco "tenía un plan de vuelo"
"La detención es vergonzosa", sostuvo en declaraciones a TN. Rusconi también apuntó, según su óptica, a un punto flaco del proceso como "la inexistencia del delito precedente" del lavado de activos. "No se puede elegir el delito precedente, se tiene que demostrar", indicó.
"Hasta hoy Lázaro es inocente", manifestó el abogado. Rusconi también planteó que "el proceso es un escándalo" y se quejó por la "espectacularidad" de los allanamientos.
A su vez, barajó una hipótesis política del nuevo ritmo de las causas por corrupción: "No es sano que las causas congeladas aparezcan con una velocidad descomunal, porque al nuevo Gobierno le interesa muchísimo", señaló. "Me quejo de la velocidad irracional", dijo.
Protesta. Rusconi adelantó que pedirá "nulidades" de los últimos allanamientos a las propiedades de Lázaro Báez, solicitará que la Justicia revea la detención y se quejó por el viaje, sin acompañamiento de Rubinovich y Sal Lari, del juez Casanello y el fiscal Marijuan a Suiza en busca de información sobre su defendido.
Arrepentido. Rusconi afirmó que la decisión de acogerse a la figura del arrepentido es de Báez, pero se manifestó en contra de "negociar" con la Justicia ya que le parece "feo".