La Cámara de Senadores logró, después de más de catorce horas de debate, dar media sanción al proyecto oficialista en torno a la expropiación del 51 por ciento de las acciones de Repsol en YPF, con lo que fue remitido inmediatamente a la Cámara de Diputados, para que mañana a las 10 comience a ser tratado en plenario de comisiones y se habilite su discusión para el miércoles próximo en sesión especial.
El proyecto no sólo contempla la expropiación de la mayoría del paquete accionario de Repsol y Petersen Energía, sino que también agrega la responsabilidad de las tareas de exploración, sino la inclusión de Ypf Gas y la integración accionaria YPF-Repsol Gas S.A.
La sesión comenzó pasadas las 10.35 y no contó en ningún momento con la presencia del ex presidente Carlos Menem, impulsor de la privatización de la empresa, en 1992. Si bien no se alcanzó el total de 72 asistencias, la mayoría de los senadores dio su postura a favor del proyecto, que generó el fuerte rechazo de España y de otros países como Estados Unidos y también la Unión Europea que amenazaron con eventuales represalias contra el país.
Antes de empezar la sesión, las cifras eran contundentes sobre las diferencias abismales entre los que apoyaban y los que rechazaban en general la iniciativa, pero esos números fueron modestos en comparación con la brecha que se abrió al final del debate.
La principal puja de los 61 oradores estuvo centrada en el esfuerzo de los oradores oficialistas por proclamar el carácter "histórico" la sesión en la que YPF volvía a tener capitales estatales, mientras los opositores les enrostraban un reclamo de autocrítica del justicialismo de los 90 que alentó la privatización.
El debate se polarizó en dos puntos. Los opositores pegaron con fuerza e insistencia en las responsabilidades (presuntas) de los funcionarios del gobierno kirchnerista en la decadencia del petróleo nacional, pero recibieron como respuesta la apelación a la esperanza de un nuevo tiempo histórico que abría con la decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Fue una sesión extensa, previsible. Durante la tarde, la senadora por la Coalición Cívica María Eugenia Estenssoro había anunciado su abstención. Estenssoro realizó su discurso visiblemente emocionada y anticipó que se abstendría de votar el proyecto. "La razón me dice que debería votar en contra porque creo que esto es un engaño, pero el corazón me dice que vote a favor, porque yo creo en el rol del Estado y de una YPF que debería estar en la órbita del Estado", indicó.
El debate tuvo como primer orador al senador por Neuquén Marcelo Fuentes, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, que calificó la recuperación del control de la petrolera como un "punto de inflexión, una bisagra histórica" para la Nación. En tanto, el radical Gerardo Morales, elegido como miembro informante del bloque conducido por Luis Naidenoff, confirmó el voto a favor de su partido pero insistió en adjudicar responsabilidad al Gobierno por el vaciamiento de YPF y la crisis energética y aseguró que "lo poco que se ha hecho" en la materia "se ha hecho de manera errática".
A favor del proyecto se manifestó el senador porteño Daniel Filmus, que agradeció el apoyo de la mayoría de la oposición y comparó al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, con el virrey Sobremonte porque "defiende los intereses de quienes depredaron nuestros recursos naturales".
Por su parte, en representación del Frente Amplio Progresista, el cordobés Luis Juez, confirmó su voto a favor por considerar que se trata de "una maravillosa revancha" tras la privatización en los '90, pero no ocultó su "temor" de que la aprobación del proyecto signifique "un cheque en blanco" para el Gobierno nacional.
Uno de los últimos oradores fue el polémico senador por el FpV, Aníbal Fernández. El ex jefe de Gabinete se ocupó de hacer un repaso histórico del destino de la empresa, desde su privatización, proceso que fue calificado como “desopilante y espantoso”.
A su turno, el Senador pampeano Carlos Verna se pronunció a favor de la medida, pero asumió su escepticismo. "Voto con esperanza, pero con poca fe, porque el Gobierno cambia la política en YPF y espero que no sólo sea para esa empresa sino para toda la política hidrocarburífera", señaló el legislador, al tiempo que reclamó "una nueva ley de hidrocarburos porque habla de dos columnas que son YPF y Gas del Estado, que no existe. Es el inicio de una nueva política en la materia. Voto con esperanza pero con poca fe".
El socialismo santafesino también votó a favor. "Si tenemos que aprobar una expropiación con la mayoría es porque venimos de un tiempo muy negro con la privatización hecha en 1992 que fue dramática, en la época neoliberal. México no expropió pero es porque no privatizó", evaluó el senador por Santa Fe Rubén Giustiniani. “El cuchillo en la Argentina fue hasta el hueso", añadió.
En contra. El senador por la Alianza Frente Justicialista de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, rechazó el proyecto, por considerarlo “un error”, a pesar de reconocer la “abrumadora mayoría”.
“Tenemos la ley de Enarsa, que tiene los mismos objetivos que esta. Es una ley similar”, afirmó el puntano, que reclamó “un plan estratégico del manejo de los hidrocarburos”.
“Si hubieran cumplido con la ley que ustedes (en alusión al oficialismo) sancionaron y pensaron, hoy Argentina tendría autoabastecimiento y tendríamos la soberanía sobre el petróleo”, acusó.
(Auto)críticas finales. La votación general contó con el dinamismo que no tuvo en las horas anteriores. En pocos minutos, se conoció el resultado: 63 votos a favor, 3 en contra y 4 abstenciones.
La aplastante mayoría contó con el acompañamiento de la UCR que, a pesar de ello, no escatimó críticas a la gestión K. “El Gobierno jamás realizó una política energética seria. Esto le costara al país 12 mil millones, además de los 9 mil que costaron en 2011”, remarcó Petcoff Naidenoff. “Acompañamos porque pensamos en el Estado y no en el Gobierno”, aclaró.
El responsable de la bancada K no se quedó atrás. "La privatización del 92 la asumí como un proceso de autocrítica. Fue el principal error de la dirigencia política. Lo tenemos que asumir. Volvemos a ratificar porque asumimos los errores", argumentó Pichetto al cerrar el debate.
"Fue uno de los más grandes errores políticos de la década", expresó.