A Lautaro, el hijo de Gabriela Michetti, le faltaban pocos meses para recibirse de licenciado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Andrés. Y su madre, en ese momento flamante candidata a vicepresidenta, se lamentaba porque decía que no tenía dinero para regalarle una maestría en el exterior a su único hijo. Un par de meses después, en septiembre, Juan Tonelli, el empresario y pareja de Michetti desde hace más de seis años, llegó a la casa de ella en Balvanera y le entregó una bolsa con 50 mil dólares.
—Ya está, gorda, acá tenés la guita para Lautaro. Usala. Bancale la maestría, no me voy a hacer ni más rico ni más pobre con esto, me lo devolvés cuando puedas.
Michetti, según reconstruyó el entorno de la vicepresidenta, primero se negó. Pero terminó aceptando. Confiada, dejó el dinero en una bolsa en un placard de madera al lado de su cama. El hijo de Michetti pretendía ir a Europa a continuar sus estudios. La vicepresidenta prefería que fuera a Estados Unidos.
El día del triunfo de Mauricio Macri volvió a su casa y se percató de que le habían robado ese dinero y $ 245 mil, tal como reveló el diario Tiempo Argentino. La Justicia imputó a un oficial mayor de la Policía Metropolitana, David Juan Pablo Cruzado, uno de los custodios de Michetti. La historia puso luz a su vínculo de pareja con Tonelli, un empresario que conoce como pocos a la cúpula del PRO, fue uno de los animadores de la precandidatura a jefa de Gobierno porteño y es con quien comparte su vida.
Según la declaración jurada de la vicepresidenta, del ejercicio fiscal de 2015, la deuda de Michetti con su novio es de $ 461.050,00. Acorde a lo que pudo saber PERFIL, los 50 mil dólares de Tonelli son producto de la venta del inmueble que tenía junto a su ex mujer, y madre de sus hijos, en Recoleta. “En la Justicia lo explico en dos minutos”, le dijo a su círculo íntimo el empresario. En la Justicia le advirtieron que era muy difícil recuperar ese dinero, salvo que lo encuentren en la casa del acusado. No lo encontraron, de hecho. Luego le explicaron que era “imposible”.
Sin embargo, en la causa se tardó casi siete meses en descubrir quién habría sido el responsable: recién a fines de mayo, tras cruces de llamadas y análisis de pruebas, se determinó que había sido uno de los custodios personales de la vicepresidenta. Tonelli no es millonario, pero es un hombre de buen pasar. Tiene buenos vínculos en el macrismo, previos a su relación con Michetti, pero sobre todo es un hombre de consulta en el ámbito empresarial. Entre otros, trabajó para Coca-Cola y en la Cámara Argentina de Medicamentos de Venta Libre. Uno de sus trabajos poco conocidos fue en la multinacional de telefonía Claro. Y producto de ese buen vínculo logró que el multimillonario mexicano Carlos Slim terminara almorzando pastel de papas en la casa de la vicepresidenta en un viaje secreto que realizó en mayo. Michetti cocinó parte de la mañana para agasajarlo.
Salvo por su blog y sus videos, donde comparte ideas sobre temas espirituales, Tonelli prácticamente no da entrevistas. La mayoría de las empresas con las que trabaja son de consumo masivo (suele aclarar que no son proveedoras del Estado). Con ellas desempeña en el área de “change management” (cambio organizacional) y cuestiones de comunicación interna y externa de las empresas.
Cómo se conocieron
Juan Tonelli y Gabriela Michetti se conocieron hace más de 14 años en un grupo de oración y espiritualidad, en el que participaban dirigentes políticos como la mediática ex diputada Paula Bertol, o el ministro de Educación Esteban Bullrich. Desde allí entablaron una amistad que, en 2010, se transformó en un vínculo amoroso.
Si bien no están casados (ella intentó convencerlo sin suerte), suelen verse dos o tres veces por semana. No viven juntos. Por momentos, el empresario es el sostén emocional de la vicepresidenta, por otros, su principal consejero político. A tal punto que fue quien acompañó a Michetti a una cumbre determinante en el restaurante del Hotel Four Seasons en la cual ella se animó a decirle a Mauricio Macri que no sería candidata en la Provincia. Allí estaba él apoyándola e incluso argumentando a favor de su mujer. Tonelli intenta mantener a sus clientes en estricta reserva para evitar conflictos con el rol de su pareja.