La Justicia avanzó ayer con el escrutinio definitivo en la primera sección electoral, donde se encuentra la mayor cantidad de electores (4.320.765) y donde la noche del domingo quedaron 532 mesas sin contabilizar.
Después de contabilizar la octava sección (La Plata), siguió con varios distritos de la primera (Campana, Escobar, General Rodríguez, General San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Las Heras, Luján, Malvinas Argentinas, Marcos Paz, Mercedes y Merlo). En varias mesas de esos distritos se empezó a marcar la tendencia de recuperación de votos a favor de Cristina. Allí están las primeras señales de que la candidata a senadora de Unidad Ciudadana pasaría al frente con el resultado judicial.
Se trata de apenas unos pocos votos en cada una de las mesas, ya que la victoria definitiva llegaría con las de la tercera sección, que también supera los 4 millones de votantes y tiene distritos claves, como La Matanza, Lomas de Zamora, Avellaneda, Berazategui y Florencio Varela, donde el kirchnerismo pisa fuerte.
En esta sección electoral, la empresa Indra no llegó a escrutar 663 mesas el domingo a la noche. Son más de 100 mil votos en un territorio donde Unidad Ciudadana le sacó una amplia ventaja a Cambiemos.
En el macrismo, en cambio, aseguran que esta diferencia que Cristina logrará en el Conurbano podrá achicarla con las mesas que faltó escrutar en el interior de la provincia. En la quinta sección (Mar del Plata, Necochea) hay 125 mesas sin contar; en la sexta (Tres Arroyos, Bahía Blanca), 34 mesas, y en la séptima (Olavarría, Azul), 20 mesas.
La Justicia avanza desde el miércoles con cerca de 2.500 mesas por día. El escrutinio definitivo se realiza en base a la documentación que los presidentes de mesa confeccionaron en presencia de los fiscales partidarios después del cierre de la votación en cada mesa. Los empleados judiciales entregan a los fiscales partidarios los bolsines precintados con la planilla del recuento de cada mesa, que fueron cerrados el día de la elección. Estas se analizan con los empleados de la Justicia Electoral y del Correo, para confeccionar luego el acta definitiva.
Esos bolsines se abren uno a uno delante de los fiscales y apoderados; luego se extraen las actas y se leen los resultados. Así, los fiscales tienen la posibilidad de comparar esos números con los certificados del escrutinio que les fueron entregados por los militantes que estuvieron presentes en cada mesa de votación.
Los votos no se cuentan uno por uno excepto que haya inconvenientes. En caso de surgir diferencias, el fiscal partidario se lo comunica a su apoderado y él solicita al juez la apertura de la urna. n