Con una visita por el barrio de San Telmo con escala en el taller del orfebre Juan Carlos Pallarols y una visita al Instituto de Floricultura del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Castelar, culmina el viaje de tres días de este integrante de la monarquía japonesa que se ubica segundo en la línea de sucesión del trono imperial que desde enero de 1989 ocupa Akihito, el emperador número 125 del Japón.
Aunque no es una visita de Estado, el príncipe Akishino y su esposa, la princesa Kiko, tuvieron una reunión privada con la Presidenta en el Salón Eva Perón de Casa de Gobierno que generó una serie de tuits que la mandataria subió a su cuenta de la red social la misma noche del viernes.
Los mensajes eran una respuesta a un artículo publicado por un matutino nacional que daba cuenta de que ella no estaría en Argentina para recibir a los príncipes por encontrarse fuera del país, desairando así por segunda vez a una visita de importancia procedente del país nipón. Incluso se citaba el comentario de “un destacado funcionario de la Casa Rosada que organiza los próximos viajes de Cristina Kirchner”, quien, según el mencionado matutino, les había dicho que “no era una buena señal para Japón que la Presidenta no reciba a una visita de alta jerarquía”. ¿Qué será de ese funcionario tras ese traspié informativo?
Igualmente cabe consignar que en el cronograma de este viaje a la Argentina enviado por la Embajada de Japón en Buenos Aires a los medios locales el jueves pasado, no se consignaba que sería Cristina Kirchner quien recibiría a los príncipes, sino que se mencionaba que la audiencia sería “con un alto funcionario del Gobierno argentino en Casa Rosada (sic)”. Y, obviamente, un alto funcionario no es lo mismo que la Presidenta.
Agasajo. Ajenos a todo este cotilleo tuitero, los príncipes continuaron con su apretada agenda que había comenzado ese mismo viernes con una entrega floral al padre de la Patria en la Plaza San Martín, la celebración de los cincuenta años del acuerdo migratorio entre Argentina y Japón –motivo central de este viaje–, y una reunión en la casa del embajador Masashi Mizukami con residentes japoneses en el país y con voluntarios de voluntarios de JICA, un organismo dependiente del gobierno oriental que realiza programas de cooperación técnica sobre la base de solicitudes de los países en vías de desarrollo.
Por la noche, como sí estaba previsto en el cronograma oficial de la visita, fue Amado Boudou en calidad de vicepresidente quien agasajó a la pareja visitante con una cena en el Palacio San Martín. Allí, la formalidad no dio tiempo ni espacio a comentarios sobre los tuits mencionados. De este encuentro participaron, entre otros, el canciller Héctor Timerman y la senadora tucumana Beatriz Rojkés.
Hoy termina lo que es la segunda visita de los príncipes de Japón a la Argentina –la primera fue en 1998–, y completan así un recorrido oficial que incluyó una escala previa en Perú