El 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión Arterial con el objetivo de promover la concientización sobre la importancia de prevenir, diagnosticar a tiempo y controlar esta enfermedad también llamada HTA. Una enfermedad que es el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares, que hoy son la primera causa de muerte
La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad que padecen 1.400 millones de personas en el mundo y que está detrás de 28.000 muertes diarias, casi el triple que las causadas en el mismo plazo por el covid-19, según la información que maneja la Sociedad Internacional de Hipertensión (ISH).
Al igual que todos los países han adoptado una estrategia común para controlar la expansión del coronavirus, como es el confinamiento, la ISH insta a la unidad de acción contra la hipertensión arterial para ayudar a reducir la carga de esta enfermedad, que está presente en todo el mundo y en todos los grupos socioeconómicos.
1 de cada 3 personas sufren de hipertensión arterial
Con este propósito, días atrás se hicieron públicas las 'Pautas de práctica de hipertensión global ISH 2020', un documento desarrollado por un panel de especialistas internacionales líderes en este campo. Las directrices ISH describen los mejores enfoques para el manejo de la hipertensión y proporcionan recomendaciones simples y claras para los profesionales de la salud y para los pacientes.
El profesor Thomas Unger, secretario de la sociedad, subrayó que esta nueva guía es diferente a otras publicadas en los últimos años: "La mayoría de las pautas anteriores han sido elaboradas por grupos que representan a países o regiones ricos, como Estados Unidos, Japón o Europa. Las naciones de ingresos bajos y medios suelen seguir esas directrices y, sin embargo, para ellos no siempre es posible alcanzar los estándares establecidos en dichas pautas".
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Para unificar acciones contra la HTA se han desarrollado estas nuevas directrices, válidas para todas las partes del mundo, independientemente de la población o los recursos.
Alta Schutte, presidenta de la ISH, resalta este aspecto porque “el 72% de la población hipertensa vive en países con ingresos bajos y medios donde faltan profesionales de la salud capacitados, medios técnicos y acceso a los tratamientos para estos pacientes”.
El nuevo documento es claro: una tensión normal corresponde a menos de 130 mmHg, la alta (sistólica), y por debajo de 85 mmHg, la baja (diastólica); a partir de 140 y 90 se considera hipertensión de grado 1 y más de 160 y 100 ya es hipertensión de grado 2.
Este dato dio pie a un encendido debate hace dos años, cuando las sociedades estadounidense y europea de hipertensión presentaron sus directrices con varios meses de diferencia.
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Según detalló Vicente Pallarés, coordinador del grupo de trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), “en Europa se considera hipertensa a una persona con tensiones de 140-90, mientras que en Estados Unidos las cifras son 130-80”.
Sin embargo, ese desfasaje es solo aparente, ya que “Estados Unidos etiqueta a alguien como hipertenso a partir de 130, pero no comienza el tratamiento hasta los 140 de máxima. En Europa también recomendamos mejorar los hábitos de vida con 130 y queremos llegar a valores menores de 130-80”.
En cualquier caso, es unánime la concepción sobre la magnitud de la HTA, “el enemigo más silencioso que afecta al corazón, a los ojos, al cerebro o a los riñones".
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Consultada por Perfil, la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDyC comienza por definir lal enfermedad: “La hipertensión arterial es una enfermedad que se produce por el aumento de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida. Se trata de una patología que puede presentarse sin síntomas y, si no se trata a tiempo, puede devenir en enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, insuficiencia renal y daño ocular, entre otras complicaciones”.
Aunque todavía no se conocen las causas específicas que provocan la hipertensión arterial más frecuente, llamada “esencial", "primaria" o "idiopática", existen una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren.
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“Conviene separar aquellas causas relacionadas con la herencia genética, el sexo masculino y la edad, y por tanto poco modificables, de aquellos casos que tienen que ver con los hábitos de las personas, como el sobrepeso, la ingesta de sal, el consumo excesivo de alcohol, el uso de ciertos fármacos y un estilo de vida sedentario”, continúa El Haj.
Existen otras causas que pueden provocar hipertensión arterial, como, por ejemplo, las enfermedades de los riñones y algunas patologías vasculares. También las enfermedades endocrinológicas representan alrededor del 1 y 2 % de las causas.
“Aproximadamente el 5 % de las mujeres que toman anticonceptivos orales pueden desarrollar hipertensión. Además, existen algunas enfermedades que se relacionan directamente con esta patología, como el hipertiroidismo y el hipotiroidismo, la hipercalcemia, el hiperparatiroidismo, la acromegalia, la apnea obstructiva del sueño y la hipertensión inducida por el embarazo”, plantea la Dra. El Haj.
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Según la profesional, deberán acudir a un servicio médico de urgencias aquellas personas hipertensas que presenten al menos alguno de los siguientes síntomas: dolor de cabeza muy intenso y repentino, dificultad para hablar y levantar un brazo o parálisis facial, mareos o vértigo, visión borrosa y dolor en el pecho o sensación de falta de aire.
Diagnóstico y tratamiento
Muchas personas pueden vivir años con la presión arterial elevada sin saberlo. La única manera de detectar la hipertensión es su medición. Según la Dra. Valeria El Haj, existen dos medidas: la presión arterial sistólica (PAS) o máxima y la presión arterial diastólica (PAD) o mínima. Se considera presión arterial alta o hipertensión cuando la medición máxima es igual o superior a 140 (14) y mínima cuando ésta es igual o inferior a 90 (9) milímetros de mercurio. En condiciones normales, la presión arterial puede variar por diferentes estímulos, como el ejercicio, la ingesta de ciertos alimentos, estrés y emociones fuertes.
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Si bien para la mayoría de los casos esta enfermedad no tiene cura, si puede controlarse. Para lograrlo debe seguirse un tratamiento regular de por vida que permitirá bajar la presión y mantenerla estable.
“Además de la medicación, se suelen recomendar algunos cambios en el estilo de vida que tienen que ver con la incorporación de actividad física con regularidad, al menos 3 veces por semana, el abandono de ciertos hábitos, como el cigarrillo, y una alimentación saludable para perder peso que incluya frutas, verduras, lácteos descremados y alimentos ricos en potasio, como legumbres y ácidos grasos poliinsaturados. Además, es importante no abusar del consumo de alcohol ni de sal, que debe ser de 4 a 6 gramos por día”, explica la Dra. El Haj sobre cómo tratar esta enfermedad.
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¿Y el Coronavirus?
La pregunta clave ante la pandemia es: Si soy hipertenso, ¿tengo más riesgo de infectarme con coronavirus? Y la experta responde:
“Todos debemos cuidarnos y adoptar las medidas de distanciamiento social e higiene necesarias para prevenir el covid-19, hipertensos o no. Pero aquellos pacientes que sufren de enfermedades cardiovasculares tienen mayor riesgo de padecer formas severas de coronavirus y la hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo. Por ello, hoy más que nunca, debemos insistir en la importancia que tiene el control de esta enfermedad”, concluye la Dra. Valeria El Haj.
Niños hipertensos
Según nos explica el Dr. Carlos Reguera, médico cardiólogo y Jefe del Área de Cardiología y Medicina Preventiva de INEBA, la presión arterial en los niños es menos frecuente que en los adultos.
“En la infancia para definir hipertensión se utilizan tablas de presión arterial similares a las de peso y talla (percentil). Es importante saber que obtener un único registro elevado de presión arterial no significa ser hipertenso. Se requieren múltiples (al menos 3) para establecer el diagnóstico. Siempre debemos usar manguitos apropiados para el tamaño del brazo del paciente, de ese modo minimizamos errores al tomar la presión arterial”, comenta el experto.
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Se estima que la HTA afecta a entre un 1 y 5 % de niños y adolescentes en Europa y EE.UU, se presenta con mayor frecuencia en niños obesos (Argentina tiene la segunda tasa más alta de sobrepeso en menores de 5 años de América Latina y el Caribe con un 9,9%).
En los últimos años, la prevalencia de tomas elevada de presión arterial en menores ha ido en aumento y esto se debe en gran parte a la obesidad, al sedentarismo y la mala alimentación (cerca del 8% de HTA en niños y adolescentes escolarizados en Argentina).
“La hipertensión arterial es un problema de salud pública, no es exclusivamente secundaria a otras patologías como en un principio se la consideraba (enfermedades que provocaban elevación de la misma a causa de trastornos vasculares, renales o endocrinológicos).
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Hoy sabemos que la forma de presentación más frecuente - sobre todo en adolescentes - es la hipertensión primaria o esencial (la del adulto). Aunque, siempre es de buena práctica profesional, en cada diagnóstico de hipertensión se recomienda estudiar causas secundarias en los niños”, concluye el cardiólogo.
Con los índices actuales se establece que el 35% de la población argentina es hipertensa, mientras se estima que cerca de 600 millones de personas a nivel mundial se verán afectadas por este factor de riesgo para el año 2025, haciendo imprescindible la modificación de conductas y hábitos, poniendo el foco - desde el ámbito sanitario - en la prevención primaria.
M.T.