SOCIEDAD
Estaba oculto en Tigre

Boquetero argentino ya había robado joyerías en Europa

Fue detenido por el asalto al banco Macro de Santa Fe. Antecedentes en Italia, España y Holanda. Galería de fotos

Aguantadero con quincho y pileta. El cabecilla de la organización, conocido como el Gringuito, fue detenido junto a su hermano y el supuesto testaferro de la banda, en una casaquinta de Tigre que alqu
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El golpe boquetero contra la sucursal del banco Macro de Santa Fe es, probablemente, el asalto más espectacular que recuerde la ciudad en los tiempos modernos. Ocurrió entre la noche del sábado 8 de septiembre pasado y la madrugada del domingo siguiente, cuando una banda integrada por al menos ocho hombres accedió al sector de cajas de seguridad y vació el contenido de 77 cofres. El botín fue estimado en 32 millones de pesos y hasta el miércoles último el caso estuvo envuelto en un halo de misterio.

Sin embargo, los avances en una investigación paralela por otro robo importante y los datos aportados por un arrepentido permitieron ubicar el “aguantadero” del principal cabecilla: Héctor Daniel Gómez, apodado el Gringuito, un hombre con prontuario internacional, que tenía varias identidades, y que habría participado en innumerables golpes a joyerías de Italia, España y Holanda.

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Gómez estaba instalado a unos pocos kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, en una casaquinta del barrio La Bota, en el partido bonaerense de Tigre. Allí vivía desde enero junto a su hermano Dante Alexis y el supuesto testaferro de la organización, un hombre de 56 años que había prestado su nombre para alquilar el inmueble y las distintas operaciones que realizaron los sospechosos en los últimos meses.

La casaquinta contaba con todas las comodidades: cuatro habitaciones –dos de ellas eran utilizadas como depósito de herramientas–, una pileta y un parque arbolado, ideal para el descanso veraniego.

La peligrosidad que representaba el grupo liderado por Gómez motivó un operativo especial que contó con la participación de setenta hombres de distintas fuerzas de seguridad, entre ellos miembros del Grupo Halcón y la Policía de Córdoba.

Gómez fue detenido en medio de un intenso tiroteo. Según fuentes policiales consultadas por PERFIL, el Gringuito y su gente estaban preparados para resistir cualquier operativo. “Secuestramos una pistola 9 milímetros, una Glock 40 recién comprada y con la documentación en regla, y hasta dos cargadores de FAL, entre otras cosas”, contó a este diario el comisario mayor Daniel Moroldo, de la División Robos y Hurtos de la Policía cordobesa.

De acuerdo con los voceros, en la casa hallaron documentación que tendría vinculación con el robo al banco Macro.

Por el mundo. Gómez tenía una particular habilidad para no dejar huellas en cada uno de sus golpes. “Es un sujeto conocido en Córdoba, pero que nunca había sido detenido”, explicó otro jefe policial consultado por PERFIL. La investigación detectó que a fines de los 90 Gómez pasó por distintos países de Europa, donde habría formado parte de una banda de cordobeses que se especializó en asaltos millonarios en joyerías de España, Italia y Holanda.

Desde un primer momento, los detectives entendieron que el golpe al banco Macro había sido realizado por profesionales. El hallazgo de una lanza térmica en el interior de la entidad de la peatonal San Martín –una herramienta que trabaja a 5 mil grados de temperatura y que es capaz de derretir una barra de acero como si se tratara de chocolate– refleja el grado de logística que emplearon los autores.

Según los investigadores, el golpe demandó varias semanas de preparación. Gómez habría confiado la cuestión operativa a sus hermanos Dante (35) y Darío (21), quienes habrían participado en la toma del banco. Darío fue el primer integrante de la familia que fue detenido por este caso. Desde entonces, la Policía comenzó a buscar pistas del más escurridizo de sus hermanos. Cuando finalmente consiguieron detenerlo, el Gringuito hizo gala de sus habilidades: “Es fácil robar plata, lo difícil es gastarla”.