El 18 de enero no es un aniversario más para los padres de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años asesinado por un grupo de rugbiers a la salida del boliche "Le Brique" de Villa Gesell en 2020, ya que en medio del recuerdo se estará llevando a cabo el juicio oral contra los ocho jóvenes acusados del crimen.
Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Michael Viollaz, Lucas Pertossi y Luciano Pertossi, según la acusación, "acordaron" darle muerte a Báez Sosa en esa brutal golpiza que le propinaron frente al boliche. Ahora están detenidos y podrían ser condenados a perpetua en el juicio que se llevará a cabo una vez terminado el proceso dirigido por los jueces de Dolores, María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.
Según la imputación, aquella noche del verano de 2020 el grupo de rugbiers y Fernando habían tenido un altercado dentro de Le Brique, por lo que intervino la seguridad del lugar y echó a los dos grupos, por separado: sin embargo, los primeros fueron en búsqueda de la víctima una vez que estaban en la puerta del boliche.
Uno por uno, la situación de los ocho acusados de matar a Fernando Báez Sosa
Thomsen, Pertossi, Comelli, Benicelli y Cinalli "abordan por detrás a Fernando Báez, aprovechándose de que el mismo estaba de espaldas e indefenso, y de ésta manera actuando sobre seguro, en virtud de la superioridad numérica y física, lo rodean, se abalanzan sobre él y comienzan a propinarle golpes de puño en su rostro y cuerpo" hasta que cae inconsciente y pierde la vida, según la acusación.
"Le propinaron allí en el suelo, varias patadas en su rostro y cabeza, causándole lesiones corporales internas y externas, las cuales provocaron su deceso en forma casi inmediata, al causarle un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo grave de cráneo", agrega la imputación hecha por la fiscal Verónica Zamboni.
Los otros tres, Villaz y Lucas y Luciano Pertossi "previo acuerdo y distribución de tareas con los otros sujetos activos, también participaron premeditadamente de la agresión con el fin de dar muerte a la víctima, posibilitando fundamentalmente la comisión del hecho, ya que rodearon tanto a Fernando Báez Sosa como a los amigos que estaban junto a él, impidiendo de esa forma que éste pudiese defenderse por sí solo e incluso recibir defensa por parte de sus amigos y/o terceros".
Los acusados quedaron filmados por varias cámaras de seguridad después del crimen, donde siguieron con su rutina diaria de vacaciones pero fueron detenidos a las pocas horas tras ser identificados. "Tenían plena conciencia y conocimiento de que había causado la muerte de Fernando, pese a lo cual, todos ellos huyeron del lugar, y se escondieron", sostuvo la Fiscalía.
"Chicos no se cuenta nada de esto a nadie", fue uno de los mensajes que envió Ciro Pertossi a un grupo de WhatsApp que integraba con los otros acusados, intentando poner silencio sobre lo que había ocurrido momentos antes.
A continuación, todo lo revelado hasta hoy en el juicio contra los rugbiers:
"Cuando entré en la morgue el cuerpo de Fer estaba todo destrozado"
"Lo tiraron al piso y lo mataron, le reventaron la cabeza", declaró totalmente quebrada por el llanto y ante la atenta mirada del Tribunal Oral 1 de Dolores Graciela Sosa, la madre de la víctima, en la primera jornada del juicio el 2 de enero.
Graciela recordó el día en que la llamaron para notificarle que algo había pasado con su hijo, quien había ido a Villa Gesell por segundo año consecutivo a vacacionar con sus amigos.
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Recordó que una mamá de un compañero de colegio de su hijo, preguntándole: "Te enteraste lo qué pasó, lo llevaron en una ambulancia". "Cuando entré en la morgue el cuerpo de Fer estaba todo destrozado, su cabeza destrozada, quise abrazarlo. No puedo creerlo hasta hoy y yo lo sigo esperando", dijo Graciela.
Sobre la madrugada del 19 de enero de 2020, recordó que sonó el teléfono, ella atendió y primero una mamá de un compañero de su hijo la había puesto en alerta sobre que algo había pasado con él. A los pocos minutos Graciela levantó a su esposo, y le dijo que tenían que ir inmediatamente a Villa Gesell porque Fernando había tenido un accidente.
Pero "cinco minutos más tarde", un comisario la llamó a Graciela, y ella le pasó el teléfono a su esposo. Cuando éste cortó, le dijo: "Fernando murió". "No tuvieron piedad, era un ser humano, me duele tanto lo que le hicieron, le llamaban 'negro'. Me quedé sin nada", aseguró Graciela.
"Señores jueces acá están escuchando el relato de un padre que perdió las ganas de vivir y de luchar y perdió lo mejor de todo que es el abrazo de su hijo", dijo Silvino Báez, el padre de la víctima, el 2 de enero.
El hombre rememoró el sábado del 19 de enero del 2020 cuando luego de un primer llamado que recibió su esposa, luego en otro el Comisario Rosales le notificó que su hijo había muerto, "en una riña", algo que a él lo hizo dudar porque -explicó - Fernando no era de pelearse.
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Inmediatamente al cortar la llamada, Silvino recordó que no sabía qué decirle a su esposa que estaba a pocos metros suyo pero que ella se le abalanzó preguntándole qué pasaba: "a Fernando lo mataron", le respondió. Silvino relató que junto a su esposa fueron a Villa Gesell, a la fiscalía, donde les confirmaron que su hijo fue asesinado y de allí ambos fueron a la morgue a reconocer el cuerpo de su hijo. "Cómo en este mundo puede haber tanta crueldad", cuestionó.
La novia de Fernando Báez Sosa no puede asistir al tribunal y está bajo tratamiento psicológico
Julieta Rossi, la novia de Fernando, es una de las grandes ausencias en el juicio contra los rugbiers, según explicó su padre, quien dijo que la joven que no está en condiciones de declarar y "afrontar" el proceso y que se encuentra bajo tratamiento psicológico.
Oscar Rossi graficó el 3 de enero que había ido a vacacionar a Pinamar y se trasladó a Villa Gesell cuando recibió un llamado de Julieta. "Papá venite, yo estoy en la Comisaría y Fernando en el hospital", le dijo ella.
Rossi señaló que Fernando era un "ser humano increíble, extraordinario y muy bueno" y describió también que se encontró a los padres del joven ese 19 de enero del 2020 en la morgue para reconocer el cuerpo.
"Te juro que no le deseo a nadie ver lo que yo vi en el cuerpo de Fernando, ni un cazador para un animal", dijo Rossi.
El testigo indicó que la entonces fiscal de instrucción Verónica Zamboni, a cargo entonces del caso, le explicó lo que había ocurrido y que a su hija le pidió una prenda que ella tenía en sus manos y que, momentos antes, había llevado puesta Báez Sosa, para los estudios de ADN. Esa fue una prueba clave, pues el cotejo de los rastros genéticos de esa prenda luego se hizo con otras que pertenecían a los rugbiers implicados.
"Había tres o cuatro pegándole a Fernando y un par evitando que nos acerquemos nosotros"
En la audiencia del 3 de enero Lucas Filardi, uno de los amigos de Fernando Báez Sosa, dijo que no puede borrarse la imagen de cuando los rugbiers lo mataron. "Había cuatro o cinco personas pegándole a Fernando", dijo Filardi, quien recordó que, tras haber sido expulsados del local bailable, el joven estaba a su lado, mientras que, con un puntero, señaló su ubicación en la vereda en una pantalla en la que le exhibieron fotografías de las inmediaciones de Le Brique.
El abogado querellante Fabián Améndola le preguntó quiénes de los acusados le habían pegado a Fernando y él dijo que no recordaba sus nombres, pero sí quién le había pegado a él: "Creería que Luciano Pertossi". Por su lado, Fernando Burlando le consultó cómo fue el primer golpe a Fernando y Filardi contó: "Una piña muy fuerte en la cara, para desestabilizarlo y fue repentina".
Momentos antes, según recordó el joven, Fernando le dijo que estaba preocupado porque los habían echado del boliche y que le aclaró: "Yo no hice nada". Luego continuó declarando y señaló: "Le pegan una piña a Fernando y cae al piso, quiere levantarse y ahí patadas y piñas. Primeramente fue la piña para tirarlo y después patadas".
Filardi fue más allá: "Sé que fueron patadas en el pecho y en la cabeza", dijo y, a tal punto, gesticuló cómo fueron esas patadas y manifestó que eran con "mucha saña". "Lo que recuerdo es que había tres o cuatro pegándole a Fernando y un par evitando que nos acerquemos nosotros, yo que estaba más cerca por ejemplo", agregó sobre lo vivido esa noche.
Un amigo de Fernando Báez Sosa, el primero en señalar a Thomsen durante el juicio
Máximo Thomsen, le dio "tres patadas en la mandíbula" a Fernando Báez Sosa, según la declaración de Juan Bautista Bezzuso, otro de los amigos de la víctima, quien identificó a Thomsen y a Enzo Comelli como parte del grupo que atacó a su amigo, provocándole la muerte.
En su declaración del 3 de enero, Bezzuso recordó cómo se inició la pelea entre su grupo y el de los rugbiers, aparentemente por empujones en el local bailable, y que se enteró que la seguridad del lugar había expulsado a Fernando Báez Sosa y por eso salieron todos a la puerta.
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Según recordó, puede que otro de sus amigos, Thomas D'Alessandro, haya reaccionado, pero Fernando no tuvo esa actitud. Bezzuso indicó que pudo observar cuando uno de los atacantes le dio "una piña a Fer que lo sienta, y cae de rodillas" y al instante le daban "patadas en la cabeza".
"Estaba como inconsciente", fue el recuerdo sobre su amigo cuando cayó al piso por los golpes. Agregó que el que golpeó en ese momento a Fernando tenía puesta "una bermuda marrón y una camisa blanca", y a pedido del fiscal señaló a Enzo Comelli.
Bezzuso dijo que "recuerda a dos pegándole a Fernando" aunque no sabe si hubo otros dos agresores. "Paren, paren", rememoró Bezzuso que les gritó a los agresores, y ahí recibió una piña que lo descolocó, por lo que fue en búsqueda de ayuda de los patovicas del boliche Le Brique.
Los rugbiers "siempre eran mayoría a la hora de pelear contra una o dos personas", dijo Pablo Ventura
Pablo Ventura, el joven que estuvo detenido algunos días como supuesto partícipe del crimen, dijo en la audiencia del 4 de enero que vio a los 8 acusados pelear "en varias situaciones, a la salida de algún boliche en Zárate o en jodas". "Siempre, eran tres, cuatro o cinco, siempre eran mayoría a la hora de pelear contra una o dos personas", explicó.
Ventura recordó que al día siguiente del asesinato de Báez Sosa la DDI de Campaña lo fue a buscar a su casa de Zárate y luego fue trasladado a Villa Gesell, a la fiscalía. Allí -recordó- le dijeron que él había sido mencionado por uno de los rugbiers entonces detenido, como partícipe del ataque y que, ante las preguntas del fiscal, el joven ratificó que, al momento del crimen, él estaba en la ciudad de Zárate.
"No me sorprendió nada lo que hicieron porque ya tuvieron peleas en Zárate", señaló Ventura, oriundo de esa ciudad bonaerense y agregó que conocía "de vista" a los rugbiers. "Es una ciudad chica Zárate, hay un solo boliche y nos cruzábamos ahí", recordó el joven.
Durante la misma jornada, Luciano Bonamaison, amigo de Fernando Báez Sosa, aseguró que Máximo Thomsen le pegó una patada, "con odio, brutalidad y con intención de matar", luego de haber sido expulsados de Le Brique y habló de una "emboscada" hacia ellos, aunque resaltó que los rugbiers buscaban alguien en particular: "a Fernando, ellos querían atacarlo a él".
"¿Reconocés a otras personas como agresores de Fernando?", le consultó el fiscal Juan Manuel Dávila: "no", dijo Bonamaison, pero sí aclaró que el grupo de rugbiers arengaban "vamos, vamos negro de mierda". Recordó que "una chica le hizo reanimación cardiovascular" y se llamó a una ambulancia. Bonamaison dijo que "no podía creer" lo que había pasado con su amigo y que tras el ataque quedó en "estado de shock".
Luego fue Juan Manuel Pereyra Rosas, otro amigo de Báez Sosa, quien aseveró que en la calle a él le pegaron, aunque no sabe quién. En cambio, el joven identificó a la personas que le pegó dentro del boliche Le Brique: Luciano Pertossi.
El testimonio de la seguridad de "Le Brique"
Los acusados quedaron más complicados, luego del testimonio que brindaron el 4 de enero los empleados de seguridad del local bailable, donde comenzaron los incidentes que luego derivaron en la muerte del joven. Christian Gómez, quien se desempeñaba en Le Brique como guardia de seguridad, señaló que "Nunca ví nada igual, era saña".
"Thomsen estaba totalmente sacado", subrayó Gómez, quien también señaló a Matías Benicelli, otro de los acusados, quien "le pegaba a todo aquel que no era de su grupo", por lo que procedió a sacarlo del lugar, a pesar de la advertencia de Thomsen para que no se lo llevara.
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Otro de los testigos, el custodio Fabián Ávila, relató que en el origen de la pelea, en el interior de la disco, Báez Sosa y Thomsen pelearon, y que el primero llegó a pegarle una trompada en el abdomen el rugbier. "Paso en medio de la gente y lo veo a Fernando y a uno de los chicos que se estaban peleando. Agarro a uno de los rugbiers de pantalón corto, y Fernando le pega una piña en el estómago".
El custodio aseguró que intentó separar a los dos jóvenes, se cayó al piso con Thomsen y luego se encargó de sacar a Fernando del boliche, mientras sus compañeros hicieron lo propio con el rugbier.
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La chica que intentó reanimar a Fernando: "Yo le sostenía la cabeza, le hablaba, le pedía que se quedara conmigo"
En la audiencia del 5 de enero, Virginia Pérez Antonelli rememoró cuando le hizo trabajos de reanimación a Fernando Báez Sosa e intentó salvarle su vida y durante las tareas de RCP que le efectuó "le hablaba" y le "pedía" que se quedara con ella. "Pudieron haber sido sólo cinco minutos, pero fue como una hora", dijo acerca de lo que vivió en aquel momento y que describió ante el Tribunal.
Pérez Antonelli estaba dentro del boliche Le Brique y salió porque había muchísima gente, ahí fue cuando la seguridad del lugar expulsaba por la fuerza a uno de los rugbiers acusados y se trataba de Máximo Thomsen. Dijo que vio que un grupo de personas atacaban a Fernando y ella se acercó cuando él ya estaba en el piso.
"Si alguien no tiene consciencia y no respira, hay que hacerle RCP", dijo ante pregunta de la fiscalía sobre su conocimiento, ya que ella había hecho un curso al respecto en la Cruz Roja. Según dijo, un amigo de Fernando gritaba pidiendo ayuda y ella se ofreció a hacerle reanimación cardio pulmonar, lo que hizo unos minutos hasta que llegó personal policial, que fueron tres efectivos que luego iban tomando la posta para seguir con el intento de salvarle la vida al joven.
"Yo le sostenía la cabeza a Fernando, le hablaba, le pedía que se quedara conmigo", recordó mientras los policías hacían la reanimación.
El abogado de los rugbiers, Hugo Tomei, le preguntó nuevamente sobre sus conocimientos de reanimación , y si no había riesgo de hacérselo a una persona a quien podía ocasionarle una lesión al mover el cuerpo: "Es mejor tener a una persona con la costilla rota y viva, que una persona muerta", le respondió la joven.
Fernando murió a las 5:09 en el hospital: tenía "las pupilas vidriáticas, no había reflejos, así como tampoco movimientos ventilatorios, ni pulso
Carolina Giribaldi Larrosa, la médica generalista que atendió a Báez Sosa tras haber sido atacado, afirmó el 9 de enero que el joven "ya estaba muerto" cuando ella llegó. "Cuando llegué a la escena vi como un policía o bombero, no recuerdo, y una chica le estaban haciendo RCP a Fernando", señaló la especialista, quien además relató cómo vio a la víctima y las actuaciones siguientes en el Hospital General de Villa Gesell.
Luego señaló que cuando vio a Fernando tenía "algunas manchas de sangre en la cara, presentaba lesiones, hematomas en el rostro y cuello, además de una marca atípica en la mejilla izquierda, como si tuviera un sello en zig zag". Además, reveló que cuando pudo acercarse, se le colocó a la víctima los parches del desfibrilador DEA, un dispositivo electrónico portátil, pero, a pesar de los intentos de reanimación, la leyenda decía "asistolia", es decir, que no presentaba pulso.
Mientras las reanimaciones ocurrían, la médica manifestó que Fernando tenía "las pupilas vidriáticas, no había reflejos, así como tampoco movimientos ventilatorios, ni pulso". Con resultados negativos fue colocado en una camilla rígida y trasladado hasta el Hospital de Villa Gesell, donde el shock room ya estaba preparado para asistirlo: "A las 5.09 se constató que no tenía signos vitales".
Cuando Fernando Burlando le consultó acerca de los intentos de RCP la médica respondió: "No hay posibilidad que sobreviva un paciente a la hemorragia cerebral masiva que tuvo Fernando. Esto generó un paro cardiorrespiratorio irreversible. No había estímulo". Hugo Tomei consultó sobre el tema relacionado a la RCP y la especialista dijo: "Es verdad que puede generar resultados adversos, pero eso sucede en personas grandes porque en jóvenes la caja torácica es fuerte y la autopsia no revela fracturas en el cuerpo".
La huella de Máximo Thomsen en la cara de Fernando Báez Sosa
En su declaración del 10 de enero, la perito María Eugenia Cariac confirmó que la huella en la cara de Fernando Báez Sosa fue realizada con la zapatilla que utilizó Máximo Thomsen aquella madrugada. "La zapatilla de marca Cyclone que tenía un diseño ‘zigzag’", destacó la perito que, durante su testimonio, mostró varias imágenes de la víctima en las que se veían los rastros del calzado, sobre todo en el maxilar inferior, en la región izquierda y la región lateral izquierda del cuello.
Desde un comienzo dicha zapatilla fue protagonista de diversos escenarios. El primero porque fue el calzado con el que Thomsen, se confirmó durante el juicio, acusó a Pablo Ventura como dueño de la misma. Es importante destacar en este dato, que en ningún momento se pudo corroborar que la zapatilla pertenecía a Ventura, ya que el talle era 41/42, mientras que remero calza 44. Otro de los escenarios es que, días después del crimen, se dio a conocer la imagen de la zapatilla que tenía sangre en todo el borde lo que demostró que quedó impregnada tras la "seguidilla" de patadas.
En la séptima audiencia del juicio, Cariac confirmó que el rastro de sangre pertenece a la víctima. "La marca en la cara de Fernando medía seis centímetros de largo y 2 de ancho", señaló la perito a su vez que sostuvo que el joven tenía varias huellas en su cuerpo. De esta manera, la situación judicial de Thomsen volvió a tornarse complicada y con la continuidad de las jornadas se espera saber si alguno de los imputados con menor rol en el crimen buscará romper el famoso "pacto de silencio".
Qué revelaron los mensajes de los celulares de los acusados
En el marco de la séptima audiencia se llevó a cabo la revelación de los chats entre los ocho acusados antes, durante y después del asesinato, a cargo de la declaración de Pablo Laborde, secretario del Ministerio Público Fiscal, quién fue es responsable de hacer la reconstrucción del crimen de Fernando.
Celular Matías Benicelli: "Pudimos corroborarlo porque estaba asociado a la cuenta de Gmail con su nombre y apellido. En dos días hizo 5.735 movimientos", indicó Laborde. El abogado Fernando Burlando lo interrumpió y le preguntó que significaba la palabra "movimientos", a lo que el secretario del MPF respondió: "Mensajes, fotos, ubicaciones, todo lo que se puede hacer con un teléfono y que quedó registrado en orden cronológico. Yo aislé los movimientos que generó el usuario".
Luego continuó con su relato y señaló que el joven Benicelli compartía un grupo de WhatsApp con todos los jóvenes que se llamaba "Delboca3". Tras el anuncio de dicho grupo, Laborde continuó con los mensajes que fueron enviados antes y después del ataque y crimen. "Estamos en la barra", escribió Enzo Comelli a las 3:33. Quince minutos después, 3:48, Máximo Thomsen mandó el mensaje: "Vengan estamos re instalados".
Lo próximo que se registró en el grupo de WhatsApp es un mensaje de Lucas Pertossi: "Estoy yendo a la casa, vengan". Luego 4.55 envió el escalofriante audio: "Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la Policía, llamaron a la ambulancia... Caducó". El mensaje que le sigue es uno que envió su primo, Ciro Pertossi, a la 6:06 que iniciaba lo que sería el famoso "pacto de silencio": "Chicos no se cuenta nada de esto a nadie".
Celular de Juan Pedro Guarino: se mostró solo una conversación que tuvo con su novia horas después de que se haya cometido el crimen. A las 6:21, le envió una foto desde el McDonald’s junto al texto: "Esta noche fue rara, no me siento bien. Lo único que necesito es tenerte a vos en la vida, no dejes de hacerme el pibe más feliz del mundo". Aun así, al respuesta de su novia llegó al mediodía de aquel 18 de enero de 2020 cuando, preocupada, le respondió junto con un titular del diario La Nación que hacía referencia al crimen en Le Brique: "No fueron ustedes, ¿no? Estoy preocupada".
Celular de Ciro Pertossi: en este teléfono no se observó conversación del joven con sus amigos hasta pasadas las 6 de la mañana. Aun así se registró un chat con una mujer que tuvo durante las 5: "Nos sacaron, nos agarró la Policía y nos soltaron", escribió Pertossi. Minutos después la mujer le respondió: "What, ¿¿qué??" a lo que Ciro le contestó "Cuando volvamos les contamos". "No hagan cagadas", replicó la joven.
La siguiente charla ocurrió minutos después con una tal "Ana". "Ciro, contestame. Ya sé que estabas durmiendo perdón. Machu y Enzo mataron un pibe", expresó la joven haciendo referencia a la figura de Máximo Thomsen y Enzo Comelli. "Estamos bien todos. No pasó nada, no te preocupes", le manifestó Pertossi. Lo llamativo es que durante la madrugada, antes de ser detenido, el joven buscó siete veces en el Google de su celular "Villa Gesell Pelea".
Celular de Lucas Pertossi: en este caso se observó en la sala del TOC 1 el video que grabó el joven en la salida del boliche Le Brique a las a las 4:38 am. El mismo fue enviado a las 4:41 al grupo "Los Locos". Se notificó que Lucas Pertossi recibió dos audios como respuesta, pero no se entiende es lo que dicen ya que el sonido de ambiente del local bailable no permite identificarlos. A las 7:53 am Blas Cinalli le envió una foto con otros dos chicos, no identificados, a lo que Pertossi le respondió: "Yo lo único que quiero es tomar un vino y fumar flores".
Celular Blas Cinalli: en el teléfono de Blas Cinalli también se visualizó el grupo de WhatsApp "El club del Azote" integrado por 13 personas que viven en Zárate. A las 5:08 el joven escribió: "Nos peleamos, ganamos contra unos chetos, los rompimos. Nos vamos al centro a premiar" junto con una foto de Thomsen y Ciro Pertossi. 5.15 el joven le envió a otra persona el texto que confirmó el ataque: "Amigo, flasheamos, matamos a uno". "Nos cagamos a piñas en el boliche. Nos sacaron a todos. Esperamos a que se vaya la Policía y ahí los recagamos a piñas", continuó.
A dicho mensaje, un integrante del grupo, tampoco identificado, le contestó: "Representá a Zárate, guacho". Minutos después, Cinalli hizo referencia a un dato que reveló uno de los testigos: "Había un rubio que estaba agarrado a mi tobillo". A las 6:47 alguien le preguntó: "¿Qué onda Blas, se dieron masa?" a lo que el joven contestó: "Dos convulsionaron, a uno lo mandamos al hospital, sin signos vitales". Tiempo después Cinalli volvió a mandar un mensaje al grupo señalando: "Le dimos murra a uno con el Perto, lo recargamos a palos, pero mal. Vinimos corriendo a casa". "Estás mamado, amigo?", le pregunta alguien. "Sí, amigo, desde la tarde", contestó.
Chats de conocidos de Zárate: Luego de enterarse de lo sucedido, jóvenes que conocen al grupo de acusados hablaron por WhatsApp sobre el ataque y crimen: "¿Se olvidan de la patada que le dio en cabeza a Maxi? Nadie les dice nada porque con las pibas son buena onda, pero son unos animalitos". "Me dijeron que fueron Enzo, Machu (Thomsen) y algún Pertossi", señaló la misma persona, momento en el que otro sumó: "Que se recontra cag..., estoy re contra re podrido de que se hagan famosos porque siempre cagan a piñas a alguien". "No creo que Juampi (Guarino) le haya pegado. No sé qué habrá hecho el pibe, pero tampoco para que una manga de monitos orangutanes le peguen así", terminó.
Luciano Pertossi declaró que "no estaba" en el lugar donde lo ubica la investigación
El 12 de enero Luciano Pertossi, uno de los ocho acusados del crimen, declaró por primera vez en el juicio tras pedir la palabra mientras los peritos realizaban su testimonio y dijo que "no estaba" en un lugar en el cual se decía que sí estaba.
La declaración surgió cuando uno de los peritos confirmó que Luciano aparecía en los videos en donde se observa la golpiza brutal a Fernando. "Identificamos a una persona con una prenda negra oscura", indicaron. Ante esto se le consultó al perito "¿Quién era el sujeto 11 en la filmina 75, entonces?" a lo que respondieron "Luciano Pertossi".
"Quiero aclarar algo, ¿Lo hago? Yo no estaba ahí", comenzó la defensa del joven. Allí el Tribunal pidió que los peritos se retiren de la sala y Luciano Pertossi se sentó frente a los jueces. "Deduje que decían que yo venía de ese lado, yo no estaba ahí", continuó su declaración el joven e inmediatamente el fiscal le preguntó: "¿Donde estaba?" a lo que el rugbier indicó: "No voy a responder".
Expertos en análisis facial identificaron a siete acusados en la escena del crimen
En la audiencia del 12 de enero, Roberto Pisoli, Andrés Abruzzeze, Yanina Cuenca y Agustina Matticoli, especialistas en análisis facial de la PFA, reconocieron en videos a siete de los rugbiers pegándole a Fernando Báez Sosa en el piso. "De las tres cámaras del boliche Le Brique, la de la cocina reunía las mejores condiciones para cotejo facial y para la vestimenta. Este evento fue el disparador para el resto de las cotejaciones", indicó Matticolli al Tribunal.
Luego el Fiscal Juan Manuel Dávila prosiguió con el pedido de que Matticolli dé los nombres completos de quienes aparecen en los videos del local bailable: en el orden de expulsión de Le Brique, la perito mencionó a Matías Benicelli, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Blas Cinalli, Ciro Pertossi, Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz, Juan Pedro Guarino, Alejo Milanesi y Tomás Collazo, joven que nunca fue imputado en el caso.
Después de dicho video, obtenido de las cámaras de seguridad del boliche, continuaron con las imágenes de la vereda en las que se observa a Thomsen caminado de frente con la camisa abierta. Allí reconocieron a: Benicelli, Thomsen, Comelli, Cinalli, Viollaz, Milanesi, Collazo y a los tres Pertossi.
Crimen de Fernando Báez Sosa: qué es de la vida de los dos rugbiers que fueron sobreseídos
"Vergüenza" y "mucho dolor" para Juan Pedro Guarino
"Quiero darle mis condolencias al a familia, que nunca pude hacerlo. Todos los días desde qué pasó me pregunto si podía haber hecho algo para que no pasara, nada más", sostuvo en la audiencia del 16 de enero Juan Pedro Guarino, el rugbier que era parte del grupo imputado pero que luego fue desvinculado por no haber participado en el ataque.
Guarino aseguró que no vio los golpes que sus amigos le dieron al joven, pero sí al acusado Máximo Thomsen al lado "de un chico" quien resultó ser la víctima, pero aclaró que se enteró al día siguiente.
"No lo podía creer" dijo, ante lo cual el abogado querellante Fernando Burlando le preguntó por qué: "Habíamos ido de vacaciones a pasarla bien, ellos ya se habían peleado anteriores veces, yo había hablado con mi mamá y mi novia que si volvía a pasar, yo me iba a volver de las vacaciones. Por eso digo que no lo podía creer".
"Sentí hasta vergüenza, me da mucho dolor", acotó Guarino, quien dijo que entró a Le Brique, que el boliche estaba "muy lleno" y que vio, en un momento, a Thomsen y Matías Benicelli, dos de los acusados, pelear con un chico, y que cuando él se acercó, la seguridad del lugar sacó a sus amigos. Ante ello, él decidió salir por su cuenta para no quedarse solo.
La declaración de la médica que atendió a Fernando Báez Sosa: "Cuando llegué ya estaba muerto"
Máximo Thomsen: "Jamás en la vida tuve intención de matar a nadie"
Máximo Thomsen, uno de los más implicados en el asesinato a golpes de Fernando, lloró ante el Tribunal al escuchar a la madre de otro de los acusados, pidió la palaba y aseguró que "nunca" tuvo la intención de matar.
"Jamás en la vida tuve intención de matar a nadie porque vengo escuchando todos los días que yo organicé, que soy líder", expresó el acusado, que en todo momento aseguró que se trató de una pelea. Además, pidió "disculpas" por lo que calificó como una pelea donde él "repartió patadas y piñas".
Thomsen primero hizo un exposición en la que contó que fue a Le Brique luego de haberse "mamado" en la playa con sus amigos, y que el boliche estaba muy lleno. Contó que estaban en la barra del lugar, y que hubo empujones.
"Escucho "por favor, basta de empujar" y cuando termino de escuchar eso, alguien me choca de la espalda y me tira. Era un amigo que tenía un chichón y le pregunto qué le pasa, y de atrás lo levantan del cogote y le digo 'por favor, bájalo', se metió seguridad y dijo 'sacalo a él también'. Me empiezo a correr y preguntó por qué querían sacarme a mí, me cruzan el brazo y sentí una presión muy fuerte, me asuste y me llevé las manos para tratar de evitar que me asfixiara, escuché que decían 'llévenlo a la cocina que lo cagamos a palo'", aseguró, tras lo que fue sacado del lugar.
"Yo quería entrar de nuevo, mi amigo me dice 'dejá no te preocupes'. Veo a un amigo que estaba en una ronda con gente desconocida y salgo corriendo detrás de él, y apenas me meto siento que me pegan una piña en la cara y reacciono tirando patadas no sé a quién y no sé cómo. Una patada, dos, jamás en la vida tuve intención de matar a nadie porque vengo escuchando todos los días que yo organicé, que soy líder. Era una persona contra muchos", acotó.
Las "patadas" que Ciro Pertossi dijo no haber dado y el "pacto de silencio" ante sus padres
En la audiencia del 17 enero, víspera del tercer aniversario del crimen, Ciro Pertossi aseguró que le dio una "patada" a Fernando y que se frenó cuando se dio cuenta de que estaba "en el piso" en referencia a un video que mostró la Fiscalía donde se lo identifica a metros del joven cuando era atacado brutalmente a la salida del boliche Le Brique. "Esa patada no la doy, cuando me doy cuenta que el chico está en el piso me freno", declaró Pertossi.
Ciro Pertossi se paró en la audiencia para señalar con un puntero su ubicación en el video. "Lo que quería decir ya lo dije, quiero adelantar que no voy a contestar ninguna pregunta", advirtió y no respondió ninguna pregunta de la fiscalía. Por otra parte, precisó que un audio incorporado al expediente en donde él dijo vía WhatsApp "chicos no se cuenta nada de esto a nadie", él se refería a que "no quería que se enteren sus padres que se habían peleado".
ds cp