Hace un año, Amelia Bannan (34), la policía misionera que sufrió un gravísimo accidente de tránsito, se convertía en mamá estando en coma. Su caso y el de Santino, su bebé, fueron considerados un milagro por los médicos que los atendieron, que pensaron que si algún día se despertaba tendría secuelas graves de por vida.
Contra esos pronósticos, pero aún en plena recuperación, Amelia y Santino -que nació a las 23.56 del 24 de diciembre, con 1,810 kilos-; celebrarán esta navidad en San Pedro, juntos, con sus familiares. “Tenemos mucho para festejar. Vamos a pasar la Navidad en la casa de nuestros padres en San Pedro, todos juntos. Y el próximo fin de semana vamos a hacerle el festejo de cumpleaños a Santino, ya tenemos el salón y va a haber muchos invitados”, cuenta a Perfil.com César, uno de sus hermanos, desde Posadas.
Amelia se acuerda de todo, menos del accidente. Reconoce a su familia, juega con su sobrina Maia, de tres años, y se emociona cuando le preguntan por su hijo. Entre kinesiólogos y fonoaudiólogos, intenta retomar su vida normal con su bebé. Pese a que le habían pronosticado secuelas graves, desde que salió del hospital en octubre, volvió a caminar sola y habla cada vez más. “Está cada día mejor. Hace las rehabilitaciones dos veces al día, habla y lee bien, pero como es bien acelerada todavía le cuesta un poco las S, que acá nosotros las pronunciamos mucho”, se ríe. Tanto él como Norma, la hermana mayor, se mudaron a Posadas para vivir con Amelia y Santino.
“Para nosotros todo esto fue un milagro”, agrega César, y recuerda que Santino pasó su primer mes en neonatología, para luego quedar al cuidado de su tía durante todo el tiempo que su mamá estuvo en coma. En abril, seis meses después del accidente, Amelia abrió los ojos y empezó a moverse. Mañana festejará Navidad en familia, y el primer año de su bebé.