“Hoy los jóvenes están aprendiendo todo el tiempo en distintas situaciones y contextos. No solo en los colegios, también en sus casas, en librerías, museos, cafés. Y también online, porque están usando celulares, redes sociales, participan en chats y comunidades virtuales. Entonces, hay un aprendizaje basado en la experiencia, y otro en su experiencia online. La tecnología facilita el aprendizaje, pero debemos explorar su uso en el sistema educativo y revisar cómo conectamos estas enseñanzas y aprendizajes que están sucediendo en lugares diferentes”.
Quien habla es Nicholas Burbules, educador norteamericano, y referente en nuevas filosofías educativas, y uso nuevas tecnologías. De paso por Buenos Aires, donde disertó en las jornadas Ideas de la Secretaría de Cultura de Nación, habló con PERFIL sobre los desafíos de incorporar la tecnología en el aula de forma creativa, de dar herramientas a los jóvenes para desarrollar un pensamiento crítico, y contenidos más ligados a sus intereses personales. “No está mal insistir en ciertas áreas en que todos aprendan de la misma manera, pero hay otras donde es necesaria una educación más personalizada y diversa, donde los chicos aprendan distinto según sus ideas e intereses, y por ende, los evaluemos distinto. Eso también nos lleva a nosotros, educadores, a pensar cuáles son las cosas que sí se deben aprender de forma común, y tal vez sean muchas menos de las que damos ahora”, dice.
Y agrega que “los exámenes no siempre son la mejor forma de evaluar, porque mucho de lo que los chicos aprenden está ligado a actividades, y lo importante allí es ayudarlos a que lo puedan hacer bien. La enseñanza multimedia es un aspecto de esta enseñanza multimodal a la que se refiere Burbules, pero no la única. “Se puede incorporar todo tipo de dispositivos, los más acordes a la situación de cada uno”. Incluso respecto del celular, que para muchos docentes es un problema por su mal uso dentro del aula, sostiene que un uso creativo puede dar otros resultados.
“No creo que prohibir las cosas sea una solución. Si encontramos cosas divertidas que hacer con los teléfonos, no habrá distracciones”.
El pensamiento crítico, sostiene, es uno de los roles fundamentales que deben cumplir los docentes hoy, ya que online, donde los chicos están también aprendiendo, “circula mucha información, y no toda es confiable. Los jóvenes necesitan ayuda para identificar y filtrar qué es importante y qué no”. Lo mismo con el cyberbullying, al que los chicos también están expuestos. En ese contexto, destaca que “el botón de apagado es una de las funciones más importantes de la tecnología. Aprender a regular el uso que le damos es una herramienta para aprender y enseñar, tanto en casa como en la escuela”.