Ellos tendrán el privilegio de ingresar a los estadios donde se jugarán los partidos, pero no para ubicarse en la tribuna como el resto de los hinchas argentinos. Estarán cerca de la Selección, pisarán el césped de la cancha y sentirán de cerca cada pelotazo con la esperanza de que se convierta en gol. Son los argentinos que “vivirán el Mundial desde adentro”.
“Voy a saltar para abrazar a Messi cuando lo vea”, cuenta eufórico Gabriel Sánchez Iñigo (10), uno de los dos chicos que ingresarán de la mano del capitán de la Selección en el segundo partido de la primera fase. “El fútbol es mi vida, y soy fanático de la Selección. Estoy armando un cuaderno que firmaron todos mis compañeros de escuela para regalárselos a los jugadores. No veo la hora de estar con ellos”, agrega. La abuela de Gabriel lo anotó en el concurso Vive tu Sueño, organizado por McDonald’s, para el cual debía enviar un mensaje sobre la “pasión”.
Gabriel, que vive en Capilla del Monte, Córdoba, aprovechó el paisaje y los animales que cría su familia para armar un video donde muestra a su “equipo”. Con el mensaje “No importa dónde ni con quién estés, la pasión siempre es la misma”, vistió a una cabra con la camiseta argentina y conquistó al jurado. “Lo filmamos junto a nuestros chanchos, perros y gallinas. Estamos muy orgullosos de vivir este privilegio que será inolvidable para todos”, dice Verónica Iñigo, la mamá de Gabriel, que viajará con él.
Yasmin Furtado tiene siete años, vive en Tigre y es la otra elegida. “Ya hice las valijas y me corté el pelo para ir linda. Quiero ver a los jugadores y pedirles que metan muchos goles”, afirma alegre, porque además celebrará su cumpleaños justo cuando esté en Brasil. Ednalva Santos de Lima, su mamá, es carioca y se casó con un argentino. “Nos emociona pensar lo que viviremos, soñábamos con ir pero no pensamos que se daría de esta manera”, confiesa.
Distinto es el caso de Andrés Maas, que fue elegido voluntario de la FIFA en Porto Alegre. Viajó ayer para comenzar con su capacitación. “Pensé que era un sueño, que no se iba a dar, pero tuve mucha suerte y salí sorteado entre cientos de argentinos que se anotaron”, cuenta. “Me puse en contacto con otros argentinos y un alemán que también viajan como voluntarios y alquilamos un departamento en Porto Alegre”, agrega.
Maas fue asignado a Atención al Público. Deberá revisar los tickets y chequear que sean originales, ya que hay mucho temor por parte de las autoridades por las entradas falsas. “Voy a estar adentro de los estadios. La selección argentina juega con Irán en Porto Alegre, así que tengo mucho entusiasmo por poder verlo”, dice, y confiesa que desde hacía tiempo venía entusiasmado con conseguir entradas o por lo menos estar en Brasil durante el Mundial. “Nunca salí sorteado para comprar, así que ahora ingresaré a la cancha con la credencial de voluntario y trataré de ver muchos partidos”, comenta entusiasmado.
Tal como sucedió en otros mundiales, un grupo de jugadores de Renato Cesarini de Rosario serán los sparrings de la selección nacional. Pero este año, dada la cercanía de la sede, desde el semillero rosarino soñaron con llevar a jugadores de todas las divisiones de la escuela. “Somos 120 los que podremos disfrutar del Mundial. Jugadores de diversas categorías irán a presenciar la Copa del Mundo en su primera parte y podrán ingresar a los entrenamientos”, cuenta orgulloso Andrés Cabrera, coordinador de la primera división y director técnico del grupo sparring del seleccionado. Lo que viajan son jugadores de entre 13 y 18 años, y sus familias y amigos colaboraron en cada evento, festival y “mundialitos” realizados para reunir fondos.
El martes parten en tres colectivos y harán una despedida frente al Monumento de la Bandera. “Fue un esfuerzo de todos. Estamos felices por vivir el Mundial bien desde adentro. Será un aprendizaje para todos los chicos que sueñan con algún día llevar esta camiseta”, explica Cabrera.