Históricamente, los roles de padre y abuelo han estado bien definidos y demarcados. En los casos en que ambos roles coinciden, se presenta una doble tarea, no sólo en lo cotidiano –criar hijos pequeños y ejercer su rol de abuelo, también de niños pequeños–, sino que además se plantea una dualidad en las vivencias y las emociones: la abuelidad apunta a una etapa de la vida tanto para los nietos como para el abuelo que, sabemos, es muy importante y se asocia a la tercera edad.
Por otro lado, la paternidad y su rol central –enfocado en la crianza– están asociados a la idea de juventud y de nuevo comienzo. En este sentido, ser padre y abuelo a la vez nos ubica frente a un nuevo orden familiar en el cual hijos y los nietos crecerán a la par, y se darán estos roles en forma alternada y simultánea con nuevas vivencias.
*Psicoanalista, miembro de APA. Autora del libro Deseo de hijo, pasión de hijo.