El lunes, los familiares de la tragedia de Once se convocarán, como lo hacen cada 22 hace cuatro años, en el Andén 1 de la estación de Once. Pero esta vez, el acto por un nuevo aniversario llega con 21 sentencias a funcionarios y empresarios, sobre quienes la Justicia depositó la responsabilidad penal de la tragedia.
“Decidimos centrar el homenaje en el lugar donde todo empezó, donde prometimos llevar el resultado de la lucha, porque si bien faltan un montón de pasos, tenemos un resultado para ofrecer”, dice Paolo Menghini, papá de Lucas y cara visible del reclamo de justicia de los familiares. Allí se recordará y homenajeará a las 52 víctimas y los más de 800 heridos.
Cuatro años más tarde, y tras un fallo que muchos catalogaron como histórico, Once marcó un antes y un después en la política ferroviaria argentina. Y, tal como sucedió con otras tragedias en el país, obligó a una revisión y mejora del sistema.
Otros casos que marcaron antecedentes fueron, por ejemplo, el caso Carrasco, ocurrido hace más de veinte años, que puso fin al servicio militar obligatorio, tras la muerte del soldado Omar Carrasco a manos de un superior en 1994 en el cuartel de Zapala, en Neuquén; el del accidente de Lapa, que intensificó los controles internos de las compañías aéreas tras los 65 muertos en 1999. O el incendio de Cromañón, donde murieron 194 jóvenes, que puso el foco en las falencias existentes en las políticas y medidas de seguridad de los espacios de esparcimiento. Allí, tras el 30 de diciembre de 2004, los controles se hicieron más frecuentes y se intensificaron las clausuras de locales que no cumplieran con las reglas, entre otras medidas.
En el caso de Once, a pocos meses de ocurrida la tragedia, el gobierno nacional puso en marcha un plan de renovación de vías y trenes, que logró mejorar gran parte de lo que no se había hecho antes. Así, hasta 2015, se renovaron completas las flotas de las líneas Sarmiento, Mitre, Roca y Belgrano Sur; se cambiaron y mejoraron los tendidos de las vías, se actualizó el sistema de señalamiento y se hicieron obras en estaciones. Además de mejoras en los trenes a nivel nacional y la realización de un plan quinquenal 2015- 2020, con la continuación de un plan de obras que el ex ministro Florencio Randazzo le entregó a su sucesor, Guillermo Dietrich.
En el área metropolitana, entre el Mitre y el Sarmiento se compraron 409 formaciones chinas 0 km y con requerimientos técnicos específicos, a un costo de US$ 1.270.000 por coche. Así, en septiembre de 2014, la línea Sarmiento contaba con toda su flota nueva; y en el Mitre, la renovación se completó en sus tres ramales, en febrero de 2015. También se renovaron las flotas del Roca y el Belgrano Sur.
Los familiares de las víctimas de Once reconocen las mejoras, pero no sin críticas. “Está muy claro que lo que se hizo con los trenes no fue una decisión política, sino consecuencia lógica de lo que pasó el 22 de febrero, la realidad demostró eso”, dice Menghini. Y agrega que “el kirchnerismo asumió en 2003 y ocho años después decide hacer la inversión que hace, pero no como una decisión de mejorar la vida del pasajero de los trenes que unen el Conurbano con la Capital; lo hace después de la tragedia”. En ese contexto, remarca que “lo que más nos dolió fue la utilización política que hicieron de la compra de trenes en las elecciones, y en spots de Fútbol para Todos”.
Reunión. Esta semana, además, los familiares fueron recibidos por primera vez por un representante del gobierno nacional. En la ex ESMA se reunieron con el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, y su gabinete. Según cuentan, el inicio del encuentro fue emotivo ya que muchos de ellos trabajaban en la Ciudad al momento de
la tragedia, y acompañaron a familiares y sobrevivientes en los hospitales y las morgues.
“Hablamos sobre mantener los derechos humanos como política de Estado, más allá de cualquier signo político, y pedimos que se refuercen los planes de seguimiento de todas las víctimas de grandes tragedias nacionales, con personal, presupuesto y políticas firmes, porque muchos quedamos a la deriva por el solo hecho de no pensar como el gobierno”, culmina Menghini.