Las joyas pertenecientes a Heidi Horten, una difunta millonaria austriaca viuda de un alemán que hizo su fortuna gracias al nazismo, fueron subastadas este miércoles, a pesar de las fuertes criticas provenientes de organizaciones que luchan contra el antisemitismo.
La costosa colección, compuesta por más de 700 joyas, fue puesta a la venta por la reconocida casa de subastas Christie´s y parte de ella ya logró recaudar más de 155 millones de dólares.
Este miércoles, tan solo salieron a la venta 100 piezas, en un remate presencial en Ginebra, Suiza. El viernes, otras 150 serán subastadas de igual manera. Mientras que el resto de las piezas serán vendidas a compradores online en noviembre.
Entre las joyas más destacadas de la colección de la fallecida Heidi Horten, se puede encontrar un anillo con un rubí “Sangre de paloma” de 25,59 quilates, que compró por 30 millones de dólares en 2015.
Además, también cuenta con un collar adornado con el diamante “Briolette de India” de 90 quilates, el cual podría superar los 15 millones de dólares. También se ofertan una gran cantidad de joyas Bulgari, las cuales nunca antes estuvieron reunidas en una sola subasta.
El director internacional de la famosa casa de remate, calificó a la venta como un “éxito” y subrayó que sobrepasó el récord establecido por la dispersión de los bienes de Elizabeth Taylor en 2011, que superó las 100 millones de dólares, y la venta de “Maharajás y el esplendor mongol” en 2019, que también sobrepasó ese monto.
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Una colección de joyas manchadas por el nazismo
El marido de la difunta propietaria de las joyas era Helmut Horten, un hombre que se benefició durante la Alemania nazi explotando negocios de propietarios judíos bajo coacción, además de haber militado para el partido liderado por Adolf Hitler.
Con la llegada del nazismo al poder, los propietarios de la comunidad hebrea se vieron en la necesidad de huir. A su vez, miles de sus comercios fueron “arianizados”, es decir, que sus valores se vieron reducidos por las medidas de boicot y ataques propagandísticos contra ellos.
De esta manera, muchos judíos no recibieron compensación alguna por sus locales, mientras que compradores alemanes como Horten se vieron ampliamente beneficiados por estas medidas.
En 1936, Helmut Horten se hizo cargo de la empresa textil Alsberg, después de la huida de sus propietarios. Posteriormente, tomó el control de varios negocios que pertenecieron a personas de la comunidad hebrea que escapaban del Reich nazi. Es por eso que, años más tarde, el millonario fue acusado de beneficiarse del expolio de propiedades.
Si bien el empresario no era una persona muy “ideológica”, según explican algunos historiadores, tampoco se resistió a las leyes nazis. Ya para 1937, el hombre decidió unirse al partido nazi, aunque fue expulsado siete años después, e incluso arrestado por un corto periodo.
Según explica Peter Hoeres, historiador de la Universidad de Würzburg, en Alemania, a quién Heidi Horten había encargado de estudiar el imperio empresarial de su marido para conocer el origen de su fortuna, la historia del millonario “era complicada”.
El estudio realizado por el investigador señala que la fortuna de Horten aumentó considerablemente durante los años de la guerra, permitiéndole acceder a las cientos de costosas joyas compradas para su mujer.
En el informe, Hoeres incluyó un fragmento de un documento inglés, atribuido a la “Comisión de Control para Alemania” de las autoridades británicas de la posguerra, en el que calificaban a Horten como “un sinvergüenza del peor tipo” y “un personaje completamente depravado” que debería ser llevado ante la justicia.
Una vez que los nazis fueron derrotados en 1945, Horten fue retenido en un campo británico durante dos años y perdió muchas de sus posesiones. En 1948, luego de ser liberado, aprovechó prestamos para crear lo que se convertiria en la cuarta cadena de tiendas en Alemania, aprovechando parte de lo establecido durante el periodo nazi.
La lluvia de críticas contra la subasta de joyas vinculadas al nazismo
Desde que la cadena Chrisie’s anunció la subasta, ciento de organismos alzaron sus voces contra la decisión de vender las joyas obtenidas gracias el régimen nazi, instando a suspender el evento, algo que finalmente no ocurrió.
A principios de mes, el Centro Simon Wiesenthal, la organización global que rastrea criminales de guerra nazis prófugos, pidió el retiro de la subasta, alegando que: "no recompensen a aquellos cuyas familias pudieron enriquecerse gracias a judíos desesperados, perseguidos y amenazados por los nazis".
A este llamado se sumó el Comité Judío Estadounidense el cuál, además, criticó la decisión de Christie’s de donar una parte de la venta a organizaciones de educación sobre el Holocausto. “En lugar de eso, la subasta debería suspenderse hasta que se haga un esfuerzo serio para determinar qué parte de esta riqueza provino de las víctimas de los nazis”, señalaron desde el centro.
El Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia (Crif) también se unió a las críticas contra la subasta, calificandola como “indecente” por la forma en la que el marido de Heidi Horten había conseguido la fortuna con la que compró las joyas.
Junto con estas organizaciones, David de Jong, autor de “Multimillonarios nazis: la oscura historia de las dinastías más ricas de Alemania” rechazó la venta de productos pertenecientes a la familia Horten. “El sentó las bases de su riqueza durante el Tercer Reich, mediante la adquisición de empresas de propietarios judíos bajo coacción, a precios de liquidación”, expresó a The New York Times.
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A pesar de las críticas, la subasta se realizó. Días antes de la venta, Rahul Kadaria, director internacional de Christie’s se defendió, y remarcó que aunque la procedencia de las joyas es irreprochable, “todos los beneficios de la venta se donarán a la Fundación Helmut Horten, que apoya causas filantrópicas”.
"Christie's está haciendo, por su parte, una importante donación para la investigación y la educación sobre el Holocausto", subrayó. Y añadió: "Creemos que al final, los ingresos de la venta serán buenos, y esta es la razón por la que decidimos asumir el proyecto".
Finalmente, el presidente de Crif, Yonathan Arfi, volvió a apuntar contra esas declaraciones, sosteniendo que “esta subasta es doblemente indecente”. Y explicó: “no sólo los fondos utilizados para adquirir estas joyas proceden en parte de la 'arianización' de propiedades judías llevada a cabo por la Alemania nazi, sino que, además, la venta está destinada a financiar una fundación cuya misión es asegurar que pase a la posteridad el apellido de un antiguo nazi”.
rv / ds