ECONOMIA
HACIA EL POSKIRCHNERISMO

Besos, palomas y militancia en el ‘plan blanqueo’ de los De Vido

En un megaevento, el ministro y su esposa convocaron a todo el arco oficialista e invitados internacionales con eje en la RSE.

PIQUITO. De Vido y su esposa Minnicelli, en una postal del amor en los tiempos del fin de ciclo.
| Pablo Cuarterolo

El beso, en pleno campo central del predio ferial de La Rural en Palermo, fue toda una síntesis. Julio De Vido, uno de los funcionarios más acusados de corrupción en el Gobierno, apoyó sus labios sobre los de su esposa, Alessandra Minnicelli, para coronar la inauguración del 2do Congreso Internacional de Responsabilidad Social (Cirs), que ella lideró desde principio a fin, y que convocó a dirigentes, gobernadores y funcionarios oficialistas junto a figuras de renombre internacional en el mundo de los programas benéficos corporativos.

Todo un despliegue de recursos durante tres días que ofreció a ambos –habituados al perfil bajo– un marco alejado de denuncias como las últimas que han caído sobre De Vido, por ejemplo, respecto de la importación de gas. “Esto sí que es política”, decía un emocionado De Vido al senador Miguel Angel Pichetto al pie del estrado del Salón Auditorio. El ambiente era hasta surrealista. Allí andaba el otrora “borrado” candidato a procurador general de la Nación, hoy devenido en síndico general, participando de una suelta de palomas en el marco de un encuentro ecuménico interreligioso con el cardenal Mario Poli y el titular de la DAIA, Julio Schlosser. De Vido, apasionado de los gorriones y las palomas mensajeras, disfrutaba el vuelo de la bandada.

Expertos en la organización de ferias y congresos hablaron de un evento que vale “sus buenos millones”. La lista de invitados, que originalmente incluía al ex presidente brasileño Lula da Silva, como el año pasado, tuvo la presencia del Premio Nobel Paul Krugman y el “anticipador” de la crisis de 2008, Nouriel Roubini, que la última vez que había venido al país en 2012 había vendido las entradas por Ticketek. Hubo clases magistrales como las de Olav Kjorven, responsable de Alianzas de Unicef, o François Vallaeys, asesor regional del Observatorio de Responsabilidad Social de Unesco, más los referentes de la RSE de nuestro país.

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De Vido se refirió a la presidenta del congreso, Lali Minnicelli, como “mi compañera”. Aunque algunas compañías hacían hincapié en cierta “incomodidad” a la hora de decidir si participar o no con $ 100 mil como patrocinantes de un acto con tanto sello oficialista, por otro lado desde el mundo de la RSE reconocen que fue sin dudas el “mayor evento de responsabilidad social empresaria de la Argentina”. Sólo en la apertura hubo 1.062 invitados sentados escuchando a los organizadores. Uno de ellos, cabeza levantada y los ojos clavados en su esposa, era el propio De Vido.

Entre los 76 sponsors figuraron Banco Galicia, Toyota, Garbarino, PAE, YPF, la AmCham y la Fundación Electroingeniería, junto a organismos públicos como el Senado de la Nación Argentina, la AFIP o la Anses.

Los De Vido alternaban entre paneles de “ética y responsabilidad”, “recursos renovables” y “legitimidad social de las actividades productivas” con sucesivas fotos con el gurú global de la responsabilidad social, Bernardo Kliksberg, figura de renombre internacional y uno de los convocantes al Cirs junto a la esposa del titular de Infraestructura. PERFIL intentó en dos oportunidades hablar con Minnicelli, pero en ambas se excusó amablemente por “cuestiones de tiempo”. Era cierto, estaba en “su evento”, como podía leerse en un enorme cartel frente al propio predio de Palermo. ¿La están preparando como figura electoral?, consultó este diario en un ala oficialista. “No por ahora”, afirmaron.

Gracias a Lali y a Julio”, eran las muletillas que pronunciaban todos al tomar la palabra, en especial los dirigentes kirchneristas que aceptaron el jueves la invitación de los De Vido y coparon La Rural. El viernes, el intendente de Berazategui, Patricio Mussi, expuso como nadie el aire de “qué haremos después de 2015” que sobrevolaba las jornadas que asomaban como una verdadera plataforma de “reperfilamiento” de una de las familias más cercanas a Néstor y Cristina Kirchner. De Vido, en su cargo desde 2003, tuvo la suerte hasta 2007 de que Lali estuviera al frente de la Sigen, un organismo que hubiera debido controlarlo. Mussi se definió como un “nieto recuperado para la política por Néstor Kirchner, aunque mis padres no estén desaparecidos”, y añadió sentirse “hijo adoptivo” de De Vido. Y luego le soltó al gobernador Daniel Scioli: “Quiero preguntarle al próximo presidente ¿dónde estará Julio De Vido en el próximo gabinete?”.