INTERNACIONAL

Cómo era la celda en la que Mandela sufrió 18 años de prisión

No tenía más de cuatro metros cuadrados. En 1995, el líder sudafricano visitó el lugar, hoy convertido en museo.

El líder abolicionista pasó 18 años en Robben Island. Las pésimas condiciones de vida en esa prisión fueron una eterna carga para el dirigente.
| AFP.

27 años en prisión. 18 de ellos los pasó encerrado en una minúscula habitación, hacinado como otros tantos miles. Mandela no era él, sino el recluso 46664, por una simple denominación: el preso 466 de 1964, año en que fue condenado por el delito de sabotaje al sistema de segregación racial imperante en Sudáfrica.

La habitación no supera los cuatro metros cuadrados y está ambientada como en aquellos años: un colchón, una mesa y una silla.

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La prisión de Robben Island está ubicada a 15 kilómetros por mar desde Ciudad del Cabo. Convertida en un símbolo de la opresión política -se estima que en los '60 albergó a unos 1200 prisioneros- hoy es un museo que expone uno de los puntos más controvertidos de la historia de Sudáfrica.

Aunque conocidas, las condiciones de vida y hacinamiento en la prisión tomaron mayor relevancia en los últimos años, con el decaimiento de la salud del expresidente, y las recurrentes internaciones para tratar una afección pulmonar provocada por el largo encierro sufrido allí, que acabó por terminar con él.

Mandela llegó en 1964 a Robben Island, tras la condena obtenida -junto a otros líderes abolicionistas- en el Proceso de Rivonia. Allí pasó 18 años de su vida. Los otros nueve se repartieron entre las prisiones de Pollsmoor y Victor Verster. Recién en 1995 volvió a Robben Island, aunque de visita.

El dirigente fue liberado en 1990. Cinco años antes el gobierno de P.W. Botha intentó llegar a un acuerdo con él, que fue rechazado, con un mensaje que es recordado todavía hoy.

Por esos días, su hija Zindzi (de 25 años entonces) leyó en el Estadio Jabulani de Soweto junto al arzobispo de Johannesburgo, Desmond Tutu, la respuesta de Mandela a esa falsa amnistía. "No puedo y no haré ningún compromiso cuando ni yo ni ustedes, el pueblo, son libres. Sólo los hombres libres pueden negociar, los prisioneros no pueden firmar contratos", expresó.