La guerra contra el terrorismo que lleva adelante el presidente norteamericano George W. Bush no es una empresa que podría calificarse como barata. Todo lo contrario: en 2009 se prevé que las operaciones militares en Irak y Afganistán le costarían a Estados Unidos alrededor de 170 mil millones de dólares más que en el presente año, en el cual el presupuesto del Pentágono es de 515 mil millones.
En total, para mantener la guerra en Medio Oriente la administración republicana deberá gastar 685 mil millones dólares. Las cifras fueron expuestas ayer por el Secretario de Defensa, Robert. M. Gates, ante el Comité de Servicios Armados del Senado, al que les anticipó que las cifras del 2009 son estimaciones que pueden variar debido a la “imprevisibilidad” de la guerra.
Gates se defendió de las críticas de los opositores al conflicto en Irak, para quienes los costos de las proyectos bélicos de su nación deben formar parte de la agenda pública y ser debatidos en el Congreso. La preocupación de los senadores apunta al creciente rol de su país como financista de las campañas, mientras los aliados europeos de la OTAN recortan de sus presupuestos partidas destinadas a la guerra.
“Creo que debemos ser realistas acerca de las realidades políticas que enfrentan algunos gobiernos en Europa. Muchos son gobiernos de coalición, algunos de ellos minoritarios, y están haciendo lo que creen que es políticamente aceptable”, explicó Gates, según publica en New York Times en su edición online.
