Millones de venezolanos y 33 jefes de Estado dieron un emotivo y masivo adiós a Chávez

Millones de venezolanos, 33 jefes de Estado y medio centenar de representantes de alto nivel, en su mayoría de América latina y el Caribe, rindieron ayer honores al fallecido presidente Hugo Chávez en una despedida plena de emociones, que también estuvo enmarcada por la retórica encendida de Nicolás Maduro.

Mientras en las calles las muestras de dolor de los miles de seguidores de Chávez se replicaban por tercer día consecutivo, en la Academia Militar en el Fuerte Tiuna se celebraba el acto central del funeral del presidente venezolano. “No pudieron ni las mentiras ni el odio, porque aquí está nuestro Comandante”, expresó Maduro, durante una emotiva ceremonia. El jefe del Ejecutivo habló ante los familiares de Chávez, los invitados internacionales, funcionarios y los representantes de los poderes públicos.

“Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, hemos roto el maleficio de la traición a la patria y romperemos el maleficio de la derrota”, sentenció Maduro ante un auditorio cargado de tristeza y de dolor. “Se cumplió la palabra de Fidel Castro, aquí está usted, Comandante, sus hombres y mujeres leales más allá de la muerte”, afirmó Maduro, visiblemente emocionado y a punto de romper en llanto, bañado por los aplausos de los presentes.

“Es muy fuerte aceptarlo, es un dolor tan profundo, me siento huérfana, desprotegida”, dijo una mujer que se emocionó al ver el funeral por las grandes pantallas que el gobierno instaló a lo largo de los tres kilómetros de procesión de chavistas por Caracas. Antonio Díaz, un militante que portaba una bandera de Venezuela, también transmitió su emoción: “Dio 14 años de su vida por nosotros, sin descanso, sin tregua, que yo tenga que esperar aquí, bajo este sol, 24, 48 horas para verlo, no me importa”.

En las tribunas, las mismas que acogen a los venezolanos durante los desfiles de las fechas patrias, una pareja intentaba buscar consuelo ante “el inmenso” dolor por la muerte de Chávez. “Dios, qué vamos hacer ahora, esto es un dolor demasiado profundo”, exclamó llorosa Ana Torrealba mientras su compañero le aconsejaba: “Mujer, quédate tranquila, ahí está Maduro, hay que hacer lo que pidió el comandante”.

Chávez, de 58 años, murió el martes víctima de un cáncer, según anunció el gobierno venezolano. “Chávez jamás mintió en política, ni en su vida”, aseguró Maduro tras agregar: “aquí estás invicto, Chávez, puro y transparente, estás vivo para siempre, para todos los tiempos”. Maduro señaló que cuando Chávez en 2004 descubrió que con el capitalismo era imposible sostener las democracias, se propuso “levantar las banderas del socialismo y construir ese sueño de la humanidad”.

“Chávez fue un cristiano auténtico, de la calle, un redentor, un protector de los pobres de la Tierra y todas las tierras del mundo”, destacó el vicepresidente con un matiz de entonación en la voz que hasta recordó al fallecido líder bolivariano. Maduro prometió cumplir “cabalmente” el programa de gobierno que Chávez planeaba ejecutar para el período 2013-2019, para el cual fue reelecto el pasado 7 de octubre, pero que por la enfermedad nunca pudo jurar el cargo.

Minutos antes de que Maduro tomará la palabra, los presidentes, representantes de alto nivel de las delegaciones extranjeras, deportistas, artistas y luchadores sociales venezolanos realizaron la llamada guardia de honor ante el féretro que guarda los restos mortales del mandatario. Durante la ceremonia, el maestro Gustavo Dudamel dirigió la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y al Proyecto Alma Llanera, que tocó el himno de Venezuela y, además, junto al cantante de música folclórica, Cristóbal Jiménez, ofreció un “popurrí de música llanera”, que tanto le gustaba al líder bolivariano.

En tanto, el obispo venezolano, Mario Moronta, y el reverendo protestante estadounidense Jesse Jackson, dirigieron unas palabras de “consuelo y esperanza”.

Una liturgia militar para despedir al comandante

El funeral del presidente venezolano poco se asemejó al de cualquier jefe de Estado. Después de ser arropado, durante dos días, por cientos de miles de sus seguidores, el último adiós a Hugo Chávez guardó una rectitud y formalidad más cercana a la de las ceremonias militares en las que tantas veces participó.

A la Academia Militar de Caracas, situada en el mayor bastión militar de Venezuela, acudieron dignatarios, familiares e integrantes del Gobierno que se ubicaron, sentados en dos grupos, frente al féretro.

La ceremonia comenzó con el himno nacional de Venezuela, interpretado por la Orquesta Sinfónica y Coral Juvenil Simón Bolívar bajo la batuta del director Gustavo Dudamel.

Durante el funeral, el lugar de la Guardia de Honor Presidencial (organismo militar encargado de la seguridad inmediata del mandatario) fue ocupado por los presidentes extranjeros.

Los gobernantes, emulando a militares que dan el último adiós a un compañero, se turnaron para acompañar, durante períodos de un minuto exacto, el cuerpo del bolivariano. Incluso el cubano Raúl Castro decidió despedirse haciendo la venia.

La preparación de Chávez estuvo a cargo del jefe de la guardia presidencial, el general José Ornella, quien contó que el fallecido presidente viste su traje militar verde oliva, con sus medallas.

Durante el funeral de Estado, Nicolás Maduro colocó sobre el féretro una réplica de la espada de Simón Bolívar.