Se resiste a ser candidato y mientras tanto fortalece su figura. El secretario de Seguridad, Sergio Berni, fue nombrado ayer delegado para las Américas de Interpol, la fuerza que coordina todas las policías del mundo. Les ganó a sus pares de Colombia y Brasil, por 57 votos contra 39 que obtuvo cada uno de los otros dos. La asamblea se realizó en Mónaco. Berni tendrá a su cargo, además de coordinar las fuerzas federales del país, la oficina de Interpol en Buenos Aires, que es la más grande del mundo, porque trabaja contraturno con la de París. Será uno de los cuatro delegados que tiene Interpol en todo el planeta. Fue propuesto para el cargo por Cristina Kirchner. “No voy a ser candidato, no soy bueno para administrar. Yo ayudo en lo que soy bueno”, dispara Berni cada vez que le consultan si se postulará por la provincia de Buenos Aires o por la Ciudad. Sin embargo, en su entorno admiten que si su imagen sigue creciendo, la candidatura no será opcional. “Si Cristina (Kirchner) le pide que sea candidato, tendrá que aceptar”, dijo uno de sus colaboradores a PERFIL. El discurso del virtual viceministro cae bien en el electorado porteño. Es el que se encarga de desalojar la Panamericana o los otros accesos a la Capital Federal cada vez que hay un piquete, y tiene una ideología de mano dura. Algunos lo califican como la pata “derechista” del gobierno de CFK. A él, eso no le molesta. Coronel, médico cirujano y flamante padre, Berni arranca bien temprano y es un obsesivo de la tecnología. Se lo ha visto colgado de un helicóptero monitoreando los operativos de la Gendarmería y dando órdenes de desalojar los accesos. Tiene fuerte presencia en los medios y es hiperactivo. Necesitará esa característica si quiere ocuparse de su flamante cargo y del ministerio. n
