El exsecretario del Senado, Mario Pontaquarto, dijo a Perfil.com que el caso emblema de la corrupción del gobierno de la Alianza - las coimas en el Senado por la Ley Banelco- puede quedar impune si en el final del juicio oral la Justicia no admite el testimonio de la esposa del "arrepentido", la única que ya declaró ver el dinero de los cohechos en el año 2000.
"La única persona que vio el dinero fue mi mujer y la única persona que declaró eso fue mi mujer hace 10 años, más allá de las otras pruebas que se aportaron en la causa, como llamados telefónicos. Ella es el testigo del juicio. Si se niega la declaración de mi esposa en el juicio oral, la causa se cae definitivamente. Lo que uno palpita, ve, es que no va a ver condenados en el juicio".
"Es inesperado, extraño, nos llama la atención, que los jueces no la dejen declarar al final del juicio porque se trata de un testigo clave. En la resolución, los jueces dicen que mi esposa puede autoincriminarse en un delito que ya está prescrito, ya no existiría. Ella no se va incriminar así de ninguna manera", insistió el "arrepentido" a Perfil.com.
Pontaquarto consideró a este portal que "ha sido un golpe muy duro para combatir la corrupción. Yo estuve peleando durante 10 años y manteniendo mi declaración durante todo este tiempo. He tenido situaciones personales jodidas... Me he alejado de mis hijos, de mi familia. Así y todo persistí en llevar la verdad de lo que había pasado. Este es un mensaje claro de la Justicia: alguien que me pase por lo que yo pasé, se lo va a pensar diez veces antes de denunciar". De hecho, en julio de 2009 la revista Noticias reveló que el exasesor del Senado intentó suicidarse.
"Si se impide esta declaración, se demuestra que hay muy poca voluntad de combatir la corrupción, cuando acá hay una oportunidad histórica: una persona que se autoincriminó, que contó la historia, el hecho está comprobado a través de llamados telefónicos de la SIDE, mis encuentros allí con (exjefe de la SIDE, Fernando) De Santibañes, pero en un delito de cohecho es muy difícil comprobar el pago de la coima en sí. No hay una foto, una constancia mía retirando el dinero de la SIDE", recordó Pontaquarto a Perfil.com.
"Porque ¿qué tenía que estar haciendo un secretario del Senado en la SIDE un día antes de que se aprobara la reforma laboral a las siete de la tarde? Yo hice todo lo que tenía que hacer. Y la respuesta es 'No'", expresó Pontaquarto a este portal.
Que declare la mujer. Un fiscal federal pidió el sobreseimiento de la exesposa del exsecretario parlamentario, para que pueda ser testigo en el juicio al expresidente Fernando De la Rúa y otros procesados por el pago de sobornos en el Senado para la aprobación de la luego derogada ley de Reforma Laboral en el 2000.
El fiscal federal de instrucción Federico Delgado pidió al juez de instrucción del caso, Daniel Rafecas, que dicte el sobreseimiento a Silvana Costalonga, quien sigue imputada en la causa que investigó el pago de sobornos a senadores a cambio de su voto favorable a la sanción de la ley.
Costalonga no puede declarar en el actual juicio que se sigue a su exmarido Pontaquarto, a De La Rúa, a De Santibañes, entre otros, porque no fue desvinculada de manera definitiva de la investigación, imputada como posible partícipe secundario del ilícito, ya que el dinero para el pago de coimas -según confesó Pontaquarto- fue llevado al domicilio en la que ambos vivían.
La defensa de Pontaquarto se quejó porque dos de los tres jueces que ahora denegaron la condición de Costalonga como "testigo" habían avalado su testimonio tres años atrás, cuando se realizaron los ofrecimientos de prueba. Según los jueces Miguel Pons, Guillermo Gordo y Fernando Ramírez, la mujer ahora podría autoincriminarse cuando, según la ley, está obligada a decir la verdad.
¿Corrupción impune? Sobre el posible caída del caso, Delgado afirmó ayer: "Aún cuando no podamos afirmarlo con certeza, hay un espeso rumor. Repito, rumor que como una bruma espesa envuelve al expediente de los sobornos en el Senado que exhala los rasgos típicos de la impunidad… el tufo de ese rumor sale de los poros edilicios y atraviesa los pasillos de todos los pisos de Comodoro Py 2002. En ese contexto este nuevo obstáculo para la acusación anclado en un garantismo mal entendido no hace más que alimentarlo".
