POLITICA
La intensa vida de Erman

De locutor a contador público y de ministro polirrubro a procesado

Nacido en Villa Castelli, a 300 kilómetros de la capital riojana, y a pesar de su parco y bajo perfil, Erman González tuvo una vida agitada entre la actividad privada y pública. Su amistad conMenem lo marcó y fue riñón fundamental de su política.

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Gonzlez ocup la mayor parte de los ministerios durante la era menemista. | CEDOC

Un buen epitafio sobre su tumba podría sintetizar su historia: “Riojano, menemista, contador público y ministro polirrubro". Es que además de la profesión que eligió para ejercer hasta su útlimo día de vida, su carácter parco y de pocas palabras, Antonio Erman González fue titular de Economía y desembarcó también en las carteras de Trabajo, Salud y Defensa durante la intensa década en que la presidencia estuvo a cargo de otro riojano: Carlos Sául Menem.

Como parte del riñón más íntimo de la política de los '90, González supo ocupar los cargos más importantes de la época y, como todo allegado al ex jefe de Estado oriundo de Anillaco, durante la siguiente década, Erman se vio complicado por la Justicia e inclusive fue el primer ministro en ser detenido desde la llegada de la democracia.

La primera causa en la que se vio implicado fue por la triangulación y la venta ilegal de armas hacia Croacia y Ecuador. Su participación se dio en el período que ocupó frente a la cartera de Defensa, entre 1991 y 1993, y por ese antecedente tuvo que someterse al arresto que le impuso el juez Julio Speroni, quien además le trabó un embargo por un millón de pesos.

En aquel momento, el magistrado entendió que el funcionario menemista habría tenido un rol fundamental en el contrabando de armas hacia países donde la Argentina se prestaba como garante de paz, ya que en 1991 firmó los decretos y otras disposiciones que autorizaron la operación. En su resolución, Speroni entendió que los decretos permitieron “burlar los
controles aduaneros a los fines de habilitar la salida de armas” hacia Croacia y no a su supuesto destino, Panamá.

La segunda causa en la que se vio implicado el ex ministro fue por la privatización de los astilleros Tandanor (Talleres Navales Dársena Norte), también durante la década del 90, a partir de una querella de la actual titular de la cartera de Defensa, Nilda Garré.

El juez Claudio Bonadío lo culpó entonces de “defraudación al Estado por administración infiel”. Meses después, en diciembre pasado, la Cámara Federal dispuso que se lo llevara a juicio oral y público, con un embargo millonario: 40 millones de dólares.

Nacido en un pequeño poblado de viñedos –Villa Castelli–, a trescientos kilómetros de La Rioja capital, en agosto de 1935, González dejó el camino paterno y emprendió un viaje hacia San Juan en busca de nuevos rumbos. Pero un terremoto lo devolvió a su tierra natal y esta vez fue por la capital: allí trabajó en un comercio de ropa y, luego, como locutor en una radio local.
Con algunos pesos en el bolsillo, emprendió su desembarco en La Docta, a donde llegó para estudiar su carrera como contador público nacional. Cuando egresó de la Universidad Nacional de Córdoba, y con el título bajo el brazo, retornó a La Rioja y asumió un cargo como profesor de una escuela secundaria y de la Universidad de La Rioja, mientras atendía comercios y empresas riojanas en su propio estudio de contaduría.

A la par, comenzó su militancia en la Democracia Cristiana, que lo llevó hasta liderar el partido, y fue en la misma época donde amigos en común le presentaron al que sería su gran amigo: Carlos Saúl Menem. “Se conocían de siempre, por amigos en común –dicen sus allegados– pero recién cuando comenzaron a transitar el camino de la política, por más que fuera de bandos opuestos, comenzaron a hacerse verdaderamente amigos”.

Asumió la función pública el 11 de diciembre de 1977, cuando aceptó ocupar el cargo de secretario de Hacienda de la Municipalidad de La Rioja. Poco después, escaló hacia el Instituto Provincial de Seguridad y Asistencia Social y se desempeñó como titular del Banco de la Provincia en la última gobernación de su amigo Menem, de 1985 a 1989. Sólo en 1991 aceptaría afiliarse al peronismo.

Con la amistad –y la lealtad peronista– asegurada, cuando ganó las presidenciales en el ´89, Carlos Menem convocó a su amigo González a ocupar un ministerio. Así, Erman se convirtió en pieza clave de la gran maquinaria menemista, a la que le añadió cargos como diputado nacional, embajador en Italia y vicepresidente del Banco Central. Sólo renunció en mayo del 99, después que se diera a conocer su condición de jubilado de privilegio.

Paralelo a ese ascenso, González formó su familia de cuatro hijos con una mujer de su tierra, Ramonita Gramajo, quien murió de cáncer hace algunos años. Poco después se volvió a comprometer con Ana Caballero, con quien tuvo otro hijo.

Todos ellos le dieron casi una decena de nietos, que mañana seguramente estarán presentes en la riojana Cochería El Ombú y en el entierro previsto en el Cementerio público de San Salvador, donde descansan los restos de Ramonita y donde lo piensan dejar descansar sus hijos. “Esta mañana se había levantado muy bien y se acodó en su escritorio de su vivienda de Larrea y Juncal. Pero luego se desplomó por un infarto fulminante”, dicen sus familiares, apenados.