Caminaron apenas dos cuadras, cerca de la Basílica de Luján. En 45 minutos, el presidente Mauricio Macri, junto a la gobernadora María Eugenia Vidal, volvió a los timbreos en el mediodía de ayer. Según las fuentes oficiales nadie les habló ni de los aportantes truchos ni del Cuadernogate. Eso sí: hubo quejas por el precio de las tarifas. En la primera cuadra, solo de casas, una vecina, con su boleta en mano, se quejó. En particular, porque la cooperativa que trabaja en el municipio es más cara que la de otras zonas aledañas, como General Rodríguez. Vidal le respondió con que había quitado impuestos a los servicios para que no aumenten tanto. Luego fueron a una carnicería, donde también escucharon reclamos por las facturas; y terminaron en una peluquería. A ambos los acompañó el intendente de ese municipio, Oscar Luciani. Por su parte, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, recorrió Ezeiza, mientras que Horacio Rodríguez Larreta, visitó Liniers; y el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, estuvo en Villa Paranacito, en Entre Ríos. En San Fernando pasaron el jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai, con su mano derecha, y referente, Alex Campbell. En La Matanza, Alejandro Finocchiaro (Educación) y en La Lonja, Pilar, timbreó Sebastián Neuspiller, el histórico goleador del ascenso a quien reconocieron en una peluquería por su paso por Fénix. El toque colorido lo dio el legislador Francisco Quintana, quien hizo debutar en un timbreo a su pequeña hija Lola, ya afiliada a Boca, que cumplía siete meses.
