POLITICA
residencia presidencial

Hasta que Olivos esté refaccionada, Macri se mudó a su quinta

Los Abrojos, en Malvinas Argentinas, es el lugar donde pasa sus días el Presidente junto a su familia. Qué arreglos prepara además para la Casa Rosada.

Cambios. Por recomendaciones de seguridad, el Presidente dejó su departamento de Libertador.
| Cedoc Perfil

Fue el piso que remodelaron para la llegada de Antonia. Fue el hogar que lo cobijó durante su campaña presidencial, donde le ofreció la vicepresidencia a Gabriela Michetti, y donde se instaló junto a Juliana Awada para vivir. Sin embargo, Mauricio Macri dejó su piso en Avenida Del Libertador, desde el cual salió a saludar en los primeros minutos del 10 de diciembre, y se fue a vivir a Los Abrojos, su quinta en Malvinas Argentinas y su “lugar en el mundo”.

La decisión de mudarse tuvo que ver con un tema de seguridad y para no perturbar a los vecinos. Según recomendó la Casa Militar (la fuerza especial que se dedica a cuidar al Presidente con 200 efectivos), es una tarea muy compleja cuidarlo en un edificio.

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Mientras espera que avancen las refacciones en la residencia de Olivos, que terminarán en febrero, Macri vivirá en su quinta. Todos los días viajó en un helicóptero Black Hawk (uno de los tres que tiene a disposición) y, en algunos momentos, hasta piloteó. “Lo vamos a convencer para que deje de hacerlo”, se reía, preocupado, uno de sus asesores de confianza.

De esto se ocupa el teniente coronel Jean Pierre, flamante jefe de la Casa Militar (al que apodaron “James Bond”), junto a un ex director de la Policía Metropolitana, a cargo ambos de la seguridad presidencial.

Mientras tanto, el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, le solicitó a Teresa de Anchorena, la nueva directora nacional de Patrimonio Histórico, que arme un plan para restaurar la Casa Rosada. Pisos de madera rayados, cables que atraviesan los balcones, arañas de más de cincuenta años en malas condiciones, paredes con humedad, y cuadros y estatuas sin mantenimiento son parte de la escenografía con la que se encontró el nuevo gobierno.

En la residencia de Olivos el panorama era peor: no bien desembarcaron allí se pudieron ver paredes con humedad, cortinas oscuras y falta de mantenimiento generalizado. No había ni una pantalla LED, ni una PlayStation, y los muebles eran añejos. Las refacciones, monitoreadas por Awada, alcanzan también a la residencia de huéspedes, ubicada a unos metros de la central, e incluye la remodelación de los cuartos (Antonia tendrá uno pero también cada uno de los otros tres hijos de Macri y hasta Valentina, la hija de Awada que vive con ellos).

Ironías del Estado: la tardanza en las designaciones y en la puesta en marcha del sistema burocrático de contrataciones obligaron a redecorar Olivos “en consignación”: la decoradora a cargo aún no cobró un centavo, ya que recién en enero podrán comenzar a realizarse los pagos correspondientes.