Los peronistas saben que el resultado del "final del juego" está en sus manos. Los llamados oficialistas o kirchneristas y los autodenominados disidentes han dado inicio a una nueva compulsa Justicialista, que nuevamente será clave en función del próximo gobierno.
Está claro que el gobierno mantiene la iniciativa política así como la incertidumbre en torno a él o a ella, a Néstor Kirchner o Cristina Fernández como posibles candidatos en el 2011. Pero el episodio que derivó en una nueva intervención quirúrgica de Kirchner, alarmó a algunos dirigentes K que deslizaron, por lo bajo, su preocupación sobre el estado de salud del santacruceño, un hombre claramente pasional y que vive la política intensamente. Sobretodo, para afrontar una campaña electoral, la conducción de la UNASUR y lo que le comprende de la gestión gubernamental.
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Está claro, solo el matrimonio presidencial sabe si querrá continuar o no en el poder. O al menos intentarlo el próximo año. El otro peronismo, el Peronismo Federal, cree que la suerte del kirchnerismo, con un 70 por ciento de la sociedad en contra, está echada. Por eso, mas allá de que Duhalde lo repite hasta el hartazgo, sólo la ratificación de las reglas electorales definirá si los peronistas disidentes arman una confederación, por afuera de la estructura del PJ de Kirchner.
Lo que sí está claro que, mas allá de la reiterada negativa que la adjudican a Reutemann a ser candidato presidencial, sí aseguró al sector que "trabajará", dicen, para vencer al kirchnerismo en Santa Fe. De hecho, una de las estrategias del Peronismo Federal, además de las recorridas conjuntas de sus referentes -Eduardo Duhalde, Mario Das Neves, Felipe Sola, Francisco de Narváez y Alberto Rodríguez Saá- por distintos puntos del país, ha sido reunirse con "aquéllos sectores productivos y dirigentes que fueron expulsados por el kirchnerismo".
Si bien uno de los "referentes" admite que cualquier candidato presidencial en 2011, por más que provenga de los disidentes, puede quedar "pegado" a un eventual rechazo electoral al matrimonio Kirchner y todo lo que tenga color peronista -"el famoso 70 por ciento anti k del que hablan en la oposición- otro "referente" del sector sostiene que los sectores desencantados con el gobierno aún "apostarían" a otro justicialista, pero opositor.
En ese contexto, un alto dirigente adelantó que el 17 de octubre, el Peronismo Federal hará una suerte de relanzamiento como espacio en San Luis. Al respecto, varios de los protagonistas difieren en cuanto a sí, en la confederación que armarán y cuyo nombre deben aún definir, tiene lugar Mauricio Macri.
Mientras hombres cercanos a Duhalde sostienen que el histórico dirigente no tiene problema alguno en aceptar a Macri como "uno mas" de los candidatos dentro del frente, otros consideran que el jefe de gobierno porteño debe ir "por su cuenta" y después, en todo caso, confluir en una eventual segunda vuelta contra Kirchner o el candidato oficialista.
En ese aspecto, una de las espadas del espacio, que suele tener muy buena relación con el radicalismo, admitió que "no es lo mejor" para la UCR que Ricardo Alfonsin "sea el candidato". Pierden peso en la provincia de Buenos Aires y, al menos Cobos tiene experiencia de gestión. Está claro, niegan cualquier confluencia.
Sí coinciden en el PJ anti K en que no quieren a Hugo Moyano en la conducción de la CGT. Incluso, se animan a especular que el líder camionero no cuenta con la mayoría de los congresales que lo avalen como jefe, en caso de que el timón presidencial cambie de manos. "Hay muchos que están esperando que cambie el gobierno para llevárselo puesto", ironizan.
Asimismo, podrían definir al "candidato" del Peronismo federal para 2011 por consenso, pero al estilo estadounidense, como alguna vez propusieron los Rodríguez Saá. Que entre mayo y agosto del 2011 haya elecciones, todos los domingos, por regiones, con todos los postulantes del sector. Y que luego se sumen los votos para erigir al postulante.
No obstante, falta mucho tiempo para entrar en el terreno de certezas. La única previsión que hacen tanto los peronistas disidentes, como los radicales y la Coalición Cívica, es que antes de fin de año, cada espacio tendrá su programa de gobierno o, como se denominaba a la antigua y era clave a la hora de votar, la "plataforma política".
