POLITICA
bronca en casa rosada

Señales de malestar en el Gobierno con Scioli tras su viaje relámpago a Europa

Le adjudican haber expuesto a la Presidenta ante la indignación de los inundados. Temor por el efecto en las urnas.

Duo. En el kirchnerismo creen que el candidato complicó innecesariamente a la plana mayor del Gobierno por su ausencia.
| Cedoc Perfil

En el Gobierno hay un fuerte malestar con el gobernador Daniel Scioli, quien en plena inundación decidió viajar a Italia y –según entendieron algunos– expuso a Cristina Kirchner como blanco de las críticas de los afectados. “No quiero que me dejen todo este quilombo a mí”, habría sido el reclamo de la Presidenta. Un llamado telefónico convenció al mandatario provincial de regresar en 48 horas del viaje de relax que había emprendido.

El malestar lo hizo público el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, cuando dijo que desconocía el itinerario del gobernador. No lo afirmó por su cuenta. Se lo pidió la jefa de Estado. Para que la bronca contra el gobierno nacional no estallara, la Casa Rosada apuntó los cañones contra la gestión provincial. Otro punto de malestar fue que el gobernador no avisó de su viaje a ninguna de las representaciones diplomáticas argentinas que hay en Italia.

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En un delicado juego, el Gobierno alimentó las críticas a Scioli y los medios ahondaron sobre la falta de obras hidráulicas de la administración bonaerense. Cuando la crítica mediática empezó a enfocar al candidato del Frente para la Victoria, los intendentes –preocupados por ganar en octubre– temieron por el efecto que ello podría causar en las urnas.

“Acá depende todo de Scioli. Que vaya, ponga la cara. Y que después de la inundación haga una campaña personalista, alejándose del kirchnerismo, aunque a Cristina le moleste”, fue la catarsis de uno de ellos ante la consulta de PERFIL.

Algunos jefes comunales, en tanto, consideran que la situación está bajo control. En los municipios más afectados, el gobernador sacó un alto porcentaje de votos para la presidencia. No tienen miedo, tampoco, de perder en la provincia de Buenos Aires. “¿De dónde va a sacar (María Eugenia) Vidal los 600 mil votos que le sacamos de diferencia en la tercera sección?”, se preguntó uno de ellos.

Un funcionario con buena llegada a Carlos Zannini –el compañero de fórmula del gobernador– le dijo a este diario que Scioli tiene que resolver de una vez por todas el problema hídrico de Buenos Aires. “Tiene que llamar a la Facultad de Ingeniería de La Plata, que es la que más sabe del tema, revisar si hay planes hídricos, y pedir un crédito del BID para definitivamente resolver el problema. Es necesario que lo vean activo en esto”, explicó.

Otro funcionario opinó que a los mandatarios que se les inundan sus territorios luego se les hace cuesta arriba hacer política y son castigados en las urnas, aunque no sean derrotados. “Hay que mirar el caso de (Pablo) Bruera en La Plata. De sacar más del 30% pasó al 17% de los votos y casi pierde la interna”, precisó. Para octubre, tanto en el Gobierno como en los municipios esperan que Scioli se despegue del kirchnerismo. Que cierre acuerdos, por ejemplo, con el campo. Y que capture los votos que le faltan para ganar en el ballottage.


Una relación con vaivenes
La relación entre Cristina Kirchner y Daniel Scioli arrancó con desconfianza. Ya en 2005, cuando la actual mandataria era senadora y Néstor Kirchner el presidente, la influencia de la entonces primera dama lo confinó al “freezer” en el mundo K. Scioli tuvo dos enfrentamientos fuertes con ella en el Senado y tuvo que dedicarse a hacer homenajes en el Salón Azul a personalidades de la cultura. Cuando el gobernador fue por la reelección, la Presidenta le puso como vice a Gabriel Mariotto, con el objetivo de mantenerlo rodeado y si era necesario, desgastarlo. Al final de su mandato, Mariotto se convirtió al sciolismo después de varios cruces, incluidos pedidos de informes, en contra del gobernador.
Pero la desconfianza se corrió a un lado por la decisión pragmática de Cristina de colocar como su candidato a sucederla a quien mejor medía en las encuestas. Desde entonces, le brindó su apoyo en público y en privado. Aunque su viaje a Italia en medio de la inundación no gustó en la Casa Rosada.