PROTAGONISTAS
RECUPERACION AMBULATORIA

Lanata continúa el posoperatorio en su casa

Después del mediodía del sábadodejó la Fundación Favaloro. Su mujer tuiteóuna foto del periodista y la frase: “En casa”.

Hogar. Ayer, el periodista en su domicilio.
| Cedoc

“En el día de hoy (sábado), luego de haber cursado una evolución quirúrgica y nefrológica satisfactoria, han recibido el alta médica los dos receptores del trasplante renal con donantes vivos intercambiados realizado el pasado 28 de marzo”. Este fue el mensaje que la Fundación Favaloro emitió ayer para informar que tanto Jorge Lanata como Ignacio continuarán sus respectivos posoperatorios fuera de la institución.

Otra vez en sintonía con los titulares del centro médico, fue Sara Stewart Brown quien a través de su cuenta de Twitter confirmó la información publicando una foto del periodista sentado frente a su computadora y con el semblante feliz, el de alguien que ha superado un desafío personal extremo. La frase que acompañaba la imagen era básica, simple y directa, como las que utilizó ella estos días con los medios que eventualmente intentaron saber de su boca cómo evolucionaba su marido: “En casa”.

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Etapa superada. Así, ayer se cerró un ciclo para Lanata, quien desde 2011 tuvo que someterse a diálisis. Y a nivel social sentó un precedente: el suyo se convirtió en el primer trasplante cruzado de donantes vivos en Argentina y Latinoamérica. De hecho, para poder llevarse a cabo el caso fue presentado a la Justicia, que finalmente falló a favor de su realización. En el país, este tipo de intervención no está prevista ya que la Ley de Trasplantes Nº 24.193 no lo reglamenta; sí permite la donación entre pacientes vivos únicamente para trasplantes entre personas relacionadas por parentesco. Superadas la cuestión judicial y la intervención propiamente dicha, es ahora el turno del periodista de continuar –con los controles médicos– su recuperación.

Campaña. Fiel a su estilo, y también para ayudar a que este tema ingrese en la agenda de salud a nivel nacional, el sábado 28 de marzo, horas después de haber concluido las intervenciones quirúrgicas múltiples, Lanata y la Fundación Favaloro enviaron junto con el parte médico un video pregrabado donde él explicaba qué era lo que le habían hecho y por qué había intervenido la Justicia. Luego, en la semana dio una entrevista radial en la que se emocionó agregando detalles e hizo pública una imagen con Nora, quien le donó el riñón. Esta mujer es madre de Ignacio, quien fue el receptor de un riñón de Sara Lanata. Ambos también se fotografiaron, pero esa imagen no se difundió.
Ahora el periodista comienza un nuevo ciclo, que, como anticipó, lo encontrará trabajando en radio y televisión.

 

Los otros protagonistas: el juez y el jefe médico

Ellos fueron dos personajes fundamentales en esta historia de vida: Francisco de Asís Soto y Pablo Raffaele. El primero es el juez que, con la más estricta confidencialidad, estudió el caso para luego otorgar el fallo favorable a la realización del trasplante. En la edición del sábado de PERFIL, en un reportaje exclusivo, señalo que su única preocupación durante el proceso judicial fue “evitar la difusión del caso antes de la operación; así lo había pedido el letrado de Lanata”. Y aclaró que la fama del periodista no influyó en su accionar. El resto fue un pormenorizado estudio de toda la información: “Las historias clínicas de los pacientes hicieron que no existiera ninguna duda en cuanto a esta solución, porque era obvio que los receptores salían más beneficiados con el trasplante cruzado”.

Por su parte, Pablo Raffaele, jefe de la Unidad Renal de la Fundación Favaloro, fue quien estuvo a cargo de todo el equipo de profesionales médicos que trabajaron en simultáneo en las operaciones de Sara y Jorge Lanata, y de Nora e Ignacio. Detalló a PERFIL que “en total participaron dos cirujanos vasculares, dos urólogos, cuatro anestesistas y ayudantes, más dos nefrólogos que coordinábamos la situación entre cada quirófano”. Y explicó: “El trasplante cruzado es una alternativa ante la falta de órganos”, y que “los pacientes se operaron al mismo tiempo, ya que quien dona puede arrepentirse”.