CRISIS DEMOGRÁFICA

Japón busca hombres para el empleo de príncipes: hay que salvar a la monarquía de la extinción

En busca de alguna solución a la escasez de herederos, los conservadores en el gobierno piensan que lo mejor será rastrear a los descendientes de antiguos emperadores, "adoptarlos" y darles el título de príncipes.

El emperador Naruhito -coronado en 2019- solo tiene una hija de 20 años, la princesa Aiko, y tres herederos. Foto: AFP

En un país donde el número de nacimientos desciende año a año, la familia imperial de Japón es un ejemplo tácito de la crisis demográfica del Imperio del Sol Naciente, con solo un hijo varón nacido en los últimos 55 años.

En busca de alguna solución ante esta preocupante carencia de herederos del Trono del Crisantemo, los conservadores en el gobierno piensan que lo mejor es rastrear a los descendientes de antiguos emperadores, “adoptarlos” y darles el título de príncipes imperiales.

Hasta principios del siglo XX, los emperadores japoneses podían tener una esposa oficial (la emperatriz) y varias concubinas, todas descendientes de familias nobles, que estaban autorizadas a tener hijos del emperador para acomodarlos en la sucesión.

La emperatriz Masako, esposa de Naruhito y exdiplomática, luchó por años con el estrés después de unirse a la casa real, que algunos atribuyeron a la presión por producir un hijo varón.

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El emperador Ichijo decretó en el siglo X que sus sucesores pudieran tener dos emperatrices simultáneamente para que el clan imperial tuviera un mayor número de descendientes.

Los recientes emperadores Kokaku (1817-1846), Komei (1846-1867), Meiji (1867-1912), Taisho (1912-1926) e Hirohito (1926-1989) fueron hijos de concubinas y según registra la Casa Imperial, la mitad de los 125 emperadores que fueron hijos de estas mujeres.

Pero una vez que fue abolido el sistema de concubinas imperiales, el número de nacimientos de la familia imperial comenzó a decrecer alarmantemente.

La princesa Aiko, quien cumplió 20 años en diciembre, es la única hija del emperador Naruhito pero no puede heredar el trono. En Japón hubo unas ocho emperatrices, aunque sus reinos muchas veces fueron temporales. 

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De esta forma, la familia imperial -hoy liderada por el emperador Naruhito, que no tiene hijos varones- se enfrenta al peligro de hallarse sin herederos, debido a la escasez de príncipes aptos para suceder en el trono.

Los sucesivos gobiernos japoneses no han mostrado interés en solucionar la crisis de herederos, aunque la situación comenzó a preocupar cuando el emperador Akihito abdicó, en 2019. Y si no se encuentra una solución pronto, la que es considerada la monarquía más antigua del mundo, con orígenes mitológicos en el años 2.600 a.C., podría desaparecer en las próximas décadas.

El sucesor, Naruhito, solo tiene una hija de 20 años, la princesa Aiko, y tres herederos: un hermano, el príncipe heredero Akishino, un sobrino el príncipe Hisahito, de 15 años, y un tío de más de 80 años que tiene problemas de salud y nunca tuvo hijos con su esposa.

El príncipe heredero Akishino (hermano del emperador) y su hijo, Hisahito, son los dos varones que pueden heredera el "Trono del Crisantemo". El tercer y último presunto heredero tiene 85 años.

Buscarán descendientes de emperadores para agrandar la familia imperial

Un grupo de expertos, de tendencias conservadoras, fue convocado por el gobierno en 2020 para encontrar una solución al dilema sucesorio pero las dos propuestas lanzadas, según algunos especialistas, son demasiado anticuadas.

Una de ellas es permitir a las mujeres de la realeza mantener su título y deberes públicos cuando se casan fuera de la familia. Según una ley de 1947, todas las princesas deben abandonar el palacio y su título para casarse, y ese fue el caso de la princesa Mako (sobrina del emperador), que tras su boda en octubre vive como una mujer común en Estados Unidos.

La segunda propuesta, más controvertida, es permitir que hombres japoneses descendientes de 11 antiguas ramas de la familia imperial -cuyos títulos fueron abolidos en las reformas posteriores a la Segunda Guerra Mundial- puedan ser adoptados por los miembros de la familia reinante.

La ex princesa Mako y su esposo Kei Komuro, que ahora viven en EEUU. De acuerdo a la Ley de 1947, las princesas que se casan con plebeyos pierden su título imperial.

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De acuerdo con esta idea, que parece ser la que más apoyo tiene de parte del gobierno, los descendientes de los antiguos príncipes Kuni, Kitashirakawa, Kaya, Asaka, Higashikuniy Takeda y otras seis familias provenientes de antiguos emperadores podrían engrosar tanto la línea sucesoria como la lista de personas que cumplen actividades oficiales.

“El plan significaría que los descendientes de ahora plebeyos que dejaron la Familia Imperial hace más de 70 años se convertirán en miembros de la familia”, dijo el periódico The Japan Times en un editorial en el que remarcó que esta idea “conservadora” del Partido Liberal Democrático genera dudas sobre si lograría la aceptación del público”.

La familia imperial consta actualmente de 17 miembros, pero algunos son demasiado mayores para poder desempeñar funciones oficiales. Además, el jubilado emperador Akihito y su esposa no cumplen con deberes públicos desde que se retiraron.

Si las propuestas del comité de expertos prosperan, la princesa Kako (sobrina del emperador) podría conservar su título real si se casa con un plebeyo. 

Casarse y tener hijos: un príncipe de 15 años bajo extrema presión

El comité asesor recomendó preservar las actuales reglas sobre el linaje masculino al menos hasta que el príncipe Hisahito asuma como emperador, dos generaciones más tarde. De esta forma, el joven -nacido en 2006 y único hombre en su generación- se verá sometido a una inmensa presión para casarse y tener descendencia masculina que asegure la supervivencia del linaje.

"Debe tenerse en cuenta encontrar una manera de aliviar el estrés psicológico de los miembros de la familia imperial con respecto al matrimonio y los nacimientos”, reclamó Hajime Sebata, profesor asociado de historia política japonesa moderna en la Universidad de Ryukoku en Kioto, un especialista en asuntos relacionados con la familia imperial.

“No debemos olvidar que el sistema de la Familia Imperial que sirve como base de Japón es mantenido por personas reales. Es necesario fomentar un entorno que alivie la carga mental de los miembros de la Familia Imperial”, escribió el citado periódico.

El jubilado emperador Akihito y su esposa, la emperatriz emérita Michiko, tienen más de 80 años y no cumplen con deberes públicos desde que se retiraron en 2019.

Tales ideas "no se basan en el actual sistema familiar de Japón o en las ideas sobre igualdad de género", comentó Makoto Okawa, profesor de historia de la Universidad Chuo de Tokio e investigador del sistema imperial nipón. "Creo que el público se está preguntando qué está mal con que la princesa Aiko acceda al trono".

Hideya Kawanishi, profesor asociado de historia japonesa en la Universidad de Nagoya, advirtió que las propuestas del comité de expertos "no resolverán el problema de fondo", ya que algunas mujeres casadas no querrán vivir con las restricciones de la vida imperial, mientras que la adopción de familiares masculinos que crecieron como ciudadanos comunes será complicado.

Los políticos actuales tienen "miedo de cambiar el sistema" estando en sus cargos, según Kawanishi porque temen la reacción de los votantes, de mayoría conservadora. Pero después de la atención que generó la boda de la princesa Mako, el debate podría abrirse "si el público se interesa en el tema y presiona por llevarlo a cabo", dijo el académico.

El árbol genealógico de la familia imperial de Japón.

ds