Las personas clasificadas como hambrientas aumentaron en 16,6 millones a 821 millones, el nivel más alto desde 2009, según las Naciones Unidas. La organización advirtió de señales alarmantes que indican una creciente inseguridad alimentaria y altos niveles de malnutrición a medida que más personas sufren desnutrición en África y América Latina.
"La variabilidad climática y los extremos están minando la producción de alimentos en algunas regiones", dijeron el martes la Organización de Alimentos y Agricultura y otras cuatro agencias en un informe. "Si no se toman medidas, se espera que la situación empeore a medida que las temperaturas aumentan y se vuelven más extremas".
Naciones Unidas advierte señales alarmantes que indican una creciente inseguridad alimentaria y altos niveles de malnutrición a medida que más personas sufren desnutrición en África y América Latina.
Según el informe, la desnutrición y la inseguridad alimentaria severa han aumentado desde 2014 en todas partes del mundo, excepto en Europa y América del Norte. El hambre es significativamente más grave en los países donde la agricultura es muy sensible a la sequía severa, así como a los cambios en las lluvias y la temperatura, y donde una gran parte de la población depende de la agricultura.
Los conflictos en naciones como Yemen y las crisis económicas en países como Venezuela han restringido el acceso de las personas a la comida, haciendo que los alimentos básicos sean menos asequibles.
Algunas conclusiones importantes del informe:
- Casi 151 millones de niños menores de cinco años eran demasiado bajos para su edad, aunque esa cifra supone una mejora en los últimos años.
- 50 millones de niños no pesan lo suficiente respecto a su altura.
Por otra parte, la obesidad adulta está aumentando. Más de 672 millones, o uno de cada ocho adultos, son obesos, según muestran los últimos datos. Si bien el problema es más significativo en América del Norte, también está aumentando en África y Asia, donde las tasas han sido las más bajas.
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas, el Programa Mundial de Alimentos, la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia prepararon conjuntamente el informe.