Los manifestantes colombianos están listos para regresar a las calles después de una pausa de Navidad, en la última disputa a la administración cada vez más impopular del presidente Iván Duque.
Los sindicatos y los estudiantes planean sus primeras manifestaciones importantes del año el martes en un intento por mantener la presión sobre el gobierno. El movimiento de protesta surgió en noviembre con demandas sociales que incluyen las políticas laborales y educativas del gobierno y los asesinatos sin resolver de líderes comunitarios.
A pesar de presidir una de las economías de más rápido crecimiento en América, Duque se enfrenta a una “crisis de gobernabilidad”, ya que los disturbios, combinados con su popularidad decreciente y la falta de una mayoría en el Congreso, paralizan su administración, dijo Elisabeth Ungar, una cientísta política establecida en Bogotá.
Duque “seguirá teniendo muchos problemas para administrar el país”, dijo Ungar. “Este es un gobierno débil”.
El índice de aprobación de Duque cayó al 26% según una encuesta publicada en noviembre por el periódico El Espectador, y ha caído constantemente desde que asumió el cargo en 2018.
Estrategia cara
En un intento por apaciguar a los manifestantes, Duque recurrió a “trucos políticos” fiscalmente costosos, según Jorge Restrepo, profesor de economía en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Estos incluyeron una devolución de impuestos a las ventas para los colombianos más pobres, tres días al año de ventas libres de impuestos y un aumento del 6% en el salario mínimo.
“El gobierno está tratando de ganarse a las personas con trabajos formales en las zonas urbanas, donde están las personas que salen a protestar”, dijo Restrepo.
El crecimiento relativamente fuerte de la economía aún no ha sido lo suficientemente rápido como para crear empleos para la ascendente fuerza laboral, dijo Restrepo. La tasa de desempleo aumentó al 9,3% en noviembre, frente al 8,8% del año anterior.
Diego Molano, representante del gobierno en las conversaciones con los organizadores de las protestas, dijo que Duque demostró su capacidad de gobernar al lograr que diferentes partidos en el Congreso respaldaran abrumadoramente su proyecto de ley de reforma tributaria el mes pasado, que incluía medidas como la devolución del impuesto a las ventas.
Tras el inicio de las protestas en noviembre, Duque comenzó a reunirse con diferentes sectores en un “diálogo nacional”, y algunas de las propuestas incorporadas a la reforma tributaria surgieron de estas reuniones, dijo Molano en una entrevista telefónica. El fuerte crecimiento y los ingresos fiscales producto de las reformas económicas anteriores del gobierno pusieron a disposición mayores recursos para programas sociales sin poner en peligro la salud fiscal de la nación, dijo.
Derechos humanos
Las marchas del martes son para protestar por el asesinato de líderes sociales, escuchas telefónicas ilegales por parte del Ejército, asesinatos extrajudiciales por parte de las fuerzas de seguridad y tácticas policiales agresivas, dijo Diógenes Orjuela, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, en respuesta a preguntas escritas.
Más de 100 defensores de los derechos humanos fueron asesinados en Colombia el año pasado, más que en cualquier otro país, según Front Line Defenders, una organización no gubernamental con sede en Dublín. Gran parte de la violencia proviene de las mafias del narcotráfico que se trasladaron a un territorio anteriormente controlado por la guerrilla marxista después del acuerdo de paz de 2016.
Paloma Valencia, una senadora del Partido Centro Democrático de Duque, dijo que las protestas son impulsadas por un “discurso demagógico” por parte de los líderes de la oposición que le dicen a las personas que si no obtienen todos los beneficios estatales que desean, se debe a la corrupción.
“Esto está generando una atmósfera política en la que es muy difícil tomar decisiones difíciles sobre la economía”, dijo Valencia.
Futuro incierto
La economía de Colombia crecerá 3,2% este año, según analistas encuestados por Bloomberg, más rápido que Brasil, Perú, Chile y México. El peso se ha recuperado un 5,6% desde noviembre, el máximo entre los principales mercados emergentes, ya que los disturbios desaparecieron antes de las vacaciones de Navidad y los precios de la mayor exportación del país, el crudo, se recuperaron.
Sin embargo, nuevos disturbios podrían quitarle brillo a la economía, tal como sucedió en Chile cuando estallaron violentas protestas en octubre que perjudicaron la confianza empresarial y llevaron al banco central a recortar las perspectivas de crecimiento. Ecuador y Bolivia también sufrieron disturbios masivos hacia fines del año pasado.
Los primeros signos de dolor ya eran visibles en noviembre, cuando la producción manufacturera colombiana se contrajo inesperadamente, mientras la violencia en las calles provocaba el cierre de algunas empresas.
Duque viajará al Foro Económico Mundial en Davos esta semana, donde hablará con líderes empresariales sobre oportunidades de inversión en Colombia, según su oficina de prensa.
