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Cristal luciente

1-11-2020-Logo Perfil
. | CEDOC PERFIL

Después de un largo viaje laboral, me encontré una serie de catástrofes domésticas que, sumadas a las que son de público conocimiento, literalmente me enfermaron. Tengo la garganta no hecha un nudo (no me emociona sino que me indigna el estado lamentable de las cosas nuestras) sino un estropajo. Una afonía persistente, que me lleva al silencio sostenido, salvo cuando tengo que ponerme al frente de uno de los dos cursos que estoy dictando.

Al primero de ellos asisten jóvenes cuyos números de documento empiezan en los 42 (el mío está en los 13). Lo primero que les digo es que no creo que puedan oír mucho más que un “Tira la bola, chico” o “Ese cohete no puede volar”. Me miran con cara de póker. ¿No (re)conocen al gallo Claudio? No tienen idea de qué les hablo. Uno, el más generoso, cree recordar al personaje, pero nada de lo que rodea esas frases memorables. Explico un poco y él piensa que el pollito nerd es el hijo del gallo Claudio. No, no. “Bueno, el sobrino”. Lo conmino: “¡No apliques Disney!” (él no lo sabe y yo no lo recordaba, pero entre Disney y Warner, que producía los Looney Tunes, había un abismo estético e ideológico: yo me eduqué con los personajes y los disparates de la Warner). 

Como una imagen vale más que mil palabras, les cuelgo unos videos del gallo Claudio

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El pollito nerd (que es un calco de este alumno) es el hijo de una gallina viuda, y el gallo Claudio se empeña en educarlo en “cosas de hombre” cuando su madre lo deja solo, leyendo. Como una imagen vale más que mil palabras, les cuelgo en la plataforma didáctica unos videos del gallo Claudio (me encantaban sus juegos de palabras, sus lapsus, el elogio irrestricto de la lectura sobre la “vivencia”). 

Mi alumno responde en el foro con un lacónico “No me quiero preguntar a qué era imaginaria pertenecen estos documentos”. Era la era, Egghead Jr., en la que tenía todo por delante (el cuello, el clavel, el cristal luciente). Hoy, en cambio, ya me pierdo en humo, en polvo, en sombra.