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PANORAMA / VOTO CORDOBES

Cuartetazo con incógnita

Cierre de listas e incertidumbre electoral. La crisis interna de Cambiemos disimula la de la oposición. El factor Santa Fe.

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EN CAMPAÑA ROBERTO LAVAGNA | DIBUJO: PABLO TEMES

Desde mañana Córdoba será un antecedente crucial para las elecciones presidenciales en octubre. Esta medianoche vence el plazo para inscribir a los candidatos que competirán el 12 de mayo por la gobernación. La demora de Juan Schiaretti en oficializar un compañero de fórmula no parece un intento de promover expectativa en un clima favorable a su reelección. Es más probable que sirva para confirmar que la incertidumbre por el resultado electoral comienza a impactar en el oficialismo provincial después de veinte años de gestión.

No dará consuelo a Mario Negri y Ramón Mestre, en apariencia, responsables de la disolución de Cambiemos. A priori, un incidente que los alejaría de la victoria. Algunos líderes nacionales apelan al choque de dos modelos de filosofía política para explicarlo. Una forma de justificar lo estéril del esfuerzo para evitar  los que tuvieron lugar entre el jefe del bloque de Diputados y el intendente en la ciudad de Córdoba.

Aunque suena exagerado, el argumento tiene lógica. Más complicado de admitir es que el origen de las tensiones del PRO y la UCR está en los disgustos que acarrea la economía y el desgaste sin tregua que provoca en la imagen presidencial. Es la amenaza principal a la armonía y el eje de todos los debates abiertos. Incluido el de la continuidad de la alianza, con defensores y detractores hacia el interior de cada fuerza.

Más complicado de admitir es que el origen de las tensiones del PRO y la UCR está en los disgustos que acarrea la economía y el desgaste sin tregua que provoca en la imagen presidencial

Quizás por eso Mestre y Rodrigo de Loredo se ausentaron el 16 del plenario de la UCR donde se los proclamó candidatos a gobernador e intendente por la lista  3. Si no fuese porque el jefe comunal preside el partido y el aspirante a sucederlo la Convención, podría tratarse de un inédito caso de ascetismo. Los mal pensados de siempre creen que Mestre eludió mostrarse con la liturgia del aparato partidario que representa.

Motivación. Tal vez estén en lo cierto. Pero por otro motivo. El casi centenar de intendentes que lo controlan adelantaron al 12 de abril la renovación de autoridades municipales. Es decir, un mes antes de que Mestre dispute con Schiaretti. No es un respaldo a Negri, que tampoco deposita confianza en el PRO mediterráneo, pero sí en el papel que juegue en ese espacio Héctor Baldassi, su candidato a vicegobernador. Delegado directo de Macri, en diciembre le advirtió a Gabriel Frizza que no avalaría una alianza con Mestre.

Frizza es diputado nacional y  cercano a Germán Kammerath, suegro de Nicolás Massot, que  conduce el partido aunque Darío Capitani sea el presidente. Kammerath tiene pendiente una condena a tres años y medio de prisión por gestiones incompatibles con la función de intendente de Córdoba que cumplió entre 1999 y 2003.  Ese año lo denunció Luis Juez, quien lo sucedió. Juez competirá de nuevo por el cargo para Negri, que apuesta a que capitalice el descontento por la mala gestión de Mestre. Pero también el rechazo a Kammerath.

La ciudad de Córdoba concentra casi el 40% del total de electores

La ciudad de Córdoba concentra casi el 40% del total de electores. Allí los seguidores del fallecido José Manuel de la Sota concitan votos peronistas. Olga Riutort representará a ese sector, pero por fuera de  Hacemos Córdoba. Baja significativa para Martín Llaryora, candidato de Schiaretti. No es la única dificultad del gobernador: intentó un acuerdo con Pablo Carro para que desista de competirle desde Unidad Ciudadana. Máximo Kirchner abortó esa posibilidad.

Carro tiene 9 puntos de intención de voto en el sondeo de Poliarquía realizado entre el 7 y el 10 de marzo. Schiaretti acumula 32, Negri 25 y Mestre 14. El dato saliente del estudio son los 15 puntos en juego que suman los que se inclinarían por cualquier otro y quienes no tienen resuelto qué harán. Tal vez el recuerdo del conflicto con el campo en 2009 que alineó a Córdoba contra el gobierno de Cristina haya resuelto al hijo de la ex presidenta a evitar un entendimiento. Y forzado a Schiaretti a promover una alianza con el GEN de Margarita Stolbizer y el socialismo para seducir al electorado de centroizquierda.

Quizás una maravillosa música para los oídos de Roberto Lavagna, al que recibió esta semana. El economista promueve un frente más amplio que incluya al peronismo. A Schiaretti le interesa Lavagna por lo que es: una novedad en condiciones de conmover la actualidad de Alternativa Federal.

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Más complicado es lograr para Lavagna lo que escasea en todo el PJ. La capacidad de reunir consenso. En junio se resolverá el método para elegir candidato a presidente. Si Antonio Bonfatti no gana en Santa Fe el 16 de ese mes, quizás Lavagna pierda uno de los principales respaldos: el del gobernador Miguel Lifchitz, que sueña con secundarlo en una eventual fórmula. ¿Habrá espacio para el frente que imagina Lavagna si el ganador es el senador peronista Omar Perotti?

Simuladores. La crisis de Cambiemos disimula la de la oposición donde es oficialismo. Lavagna debería tomar algunos recaudos. En la visita efectuada a la Fundación Mediterránea aprovechó para rectificarse de una frase desafortunada. “Terminantemente no indultaría a los condenados por corrupción”, aseguró en un auditorio colmado. Es posible que ese tema haya pesado en Schiaretti para no postular como vicegobernador a Ricardo “Chaucha” Sosa.

El ministro de Obras Públicas tuvo otras funciones de gobierno desde 2000. Ex guerrillero, compartió celda en la dictadura con Gerardo Ferreyra. La conversión de una pyme a una contratista de envergadura que transitó Electroingeniería coincidió con las gestiones de De la Sota y la mitad del primer mandato de Schiaretti. El conflicto con el campo alejó a la firma de la obra pública provincial. Ferreyra es uno de los detenidos por la causa de los cuadernos. A Sosa se le atribuye haber sido el nexo entre Ferreyra y el gobierno cordobés.

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Con vehemencia, Macri retó a los que piden crecimiento. “¿Y quién no quiere crecer?”, gritó en el gabinete ampliado del CCK. No está claro a quién  se dirigió. Quizás a sí mismo. Lo que ocurra en Córdoba del 23 de marzo al 12 de abril definirá si hace campaña con Elisa Carrió, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.

La gobernadora y el jefe porteño tienen motivos propios. Schiaretti fue quien trabajó para descargar el peso del ajuste en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. Mientras tanto, será una incógnita quién podrá contar que dio un cuartetazo.