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Defensora de Género

El coronavirus y la igualdad de género

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Ni una menos. Una consecuencia de la cuarentena es el incremento de la violencia de género. | cedoc

Es imposible escribir sin considerar el Covid19, ese invitado invisible que nos exige quedarnos en casa para limitarlo. En realidad, lo que queremos es no dejarlo crecer rápido para que los servicios de salud puedan atender a los enfermos y disminuir la mortalidad. Se van a infectar muchas personas, pero podrán ser asistidas y así evitar la muerte. ¡Esto es lo que tenemos que entender! ¡Por eso debemos quedarnos en casa!

¿Afecta el coronavirus a mujeres y niñas? ¿Puede ser una oportunidad para la Igualdad? Las mujeres son en una gran proporción las trabajadoras en áreas exceptuadas de la cuarentena: personal de salud, cuidadoras de ancianos, enfermos, niños, niñas y adolescentes, empleadas de los supermercados y negocios de alimentos y farmacias, trabajadoras de la producción/comercialización de alimentos y medicamentos, y en las fuerzas de seguridad, entre otras. Son ellas las que deben protegerse y ser protegidas de la infección, asegurando los empleadores y el Estado todos los elementos para cuidarse y cuidarnos. Esto no siempre ocurre: a muchas cuidadoras domiciliarias no se les proveen los insumos para cuidarse y cuidar. Además, son las más postergadas en la protección social, ya que en general no cuentan con cobertura de jubilación ni obra social, y menos con licencias en caso de que ellas o algún familiar directo se enferme y deban cuidarlo y quedarse en sus casas. La oportunidad que nos brinda la pandemia es visualizar esto y promover su incorporación como trabajadoras formales en las empresas y las familias. Además, revisar cómo se usan los recursos para prevenir. Frecuentemente la prevención no se prioriza, y por la pandemia adquiere importancia; debe ser algo que trascienda la pandemia siempre debemos priorizarla.

Otra consecuencia de la cuarentena es la convivencia permanente en el hogar de todos sus integrantes, y con ella el incremento de la violencia de género. Es necesario difundir mensajes por parte de las instituciones, como “No estás sola”, así como dónde y cómo pedir ayuda. También sensibilizar a las fuerzas de seguridad y personal de salud para que estén atentos y, en caso de duda, investiguen sin necesidad de que haya denuncia, para prevenirla.

El trabajo en casa genera que las tareas que antes solo hacían las mujeres ahora se compartan, como cuidar a los niños y ayudarlos en las tareas escolares, lavar los platos, cocinar y planchar, que ahora las hacen unos u otras. Esto puede colaborar a que se distribuyan más equitativamente los cuidados no remunerados.

Patricia Valli, en la nota de 50/50 del domingo, informa que el Gobierno planteó licencias pagas en el sector público y privado para alguno de los progenitores que deba cuidar niños. La generalización de esto es un subproducto beneficioso de la pandemia, debemos trabajar para que ocurra. Pero, además del Estado, los medios tienen un papel importante si los mensajes incluyen esto en una forma que normalice y aporte al cambio cultural demostrarán #serresponsables.

El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad estableció el apoyo económico a la población trans que no cuenta con trabajo estable y que ante la cuarentena no percibe ingresos. Esto contribuye al reconocimiento de los derechos igualitarios que deben tener las personas trans para el acceso al trabajo formal, algo que hoy no ocurre. La nota en Protagonistas del domingo sobre Sebastián Vega, el basquetbolista que reconoció que es gay, ayuda a que se animen a descubrir su condición muchos otros, pero necesitamos que los empleadores y la sociedad no los castiguen. En ese mismo sentido, la nota a Alejandra “Locomotora” Oliveras en El Observador es un ejemplo a destacar, porque ser boxeadora para una mujer es muy difícil, y ella, que consiguió los máximos galardones, está invisibilizada.  

La nota de Verónica Toller “Nuevos paradigmas de género: más igualdad en las diferencias”, en El Observador, es otro aporte que se debe resaltar porque nos recuerda que los avances hacia la equidad no implican acabar con las diferencias, se deben lograr respetándolas. También plantea las deudas que aún existen. Leer esto en la cuarentena es un aporte a la igualdad ya que podemos comentarlo con los otres en casa y en las redes sociales, y concientizar sobre la necesidad de pagar las deudas sociales que aún tiene la sociedad con mujeres y niñas. Convirtamos lo negativo en un aporte para avanzar más rápido hacia la igualdad.