COLUMNISTAS
Salir a la luz

El voto de la Sombra

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Triunfos. Los resultados de las PASO dan cuenta de que más gente de lo que dicen piensan como Milei. | Sergio Piemonte

Además de ideologías, estados de ánimo y porcentajes de representación social las elecciones exhiben también, y sobre todo, a la sombra colectiva de una sociedad. Como dice el psicoanalista James Hollis, el Yo (nuestro aspecto consciente) desconoce lo mucho que ignora, y cree controlar y entender nuestras acciones y pensamientos. Pero hay un mundo interno autónomo integrado por una gran cantidad de aspectos que jamás se han presentado al resto y que, en el caso de hacerlo, no caerán bien (el inconsciente). Eso es la Sombra, tal como la describió Carl Jung (1875-1961), el padre de la psicología profunda y arquetípica. Hollis, inscrito en la línea del maestro suizo y autor de una veintena de libros, entre ellos Tus zonas oscuras, se pregunta en esta obra: “¿No es acaso mayor la Sombra de un grupo que la suma de sombras de los individuos que la componen, y no puede acabar generando una dimensión de la inconsciencia completamente nueva?”.

Traducido a los resultados de las PASO este interrogante podría indicar que quienes piensan como Javier Milei, no solo en cuestiones como la dolarización, la eliminación del Banco Central y la pulverización del Estado, sino también en cuanto a venta de órganos, portación no regulada de armas y arancelamiento de la educación pública, son un porcentaje mucho más alto de la ciudadanía que el que se atreve a confesarlo. Porque la Sombra, tanto individual como colectiva, nunca se acepta ni se muestra. Se niega y se oculta. Pero existe y se manifiesta, tanto en palabras y acciones, como en la estigmatización de otros, en quienes se intenta descargarla. Pues bien, los comicios son una de esas decisiones y acciones en que la Sombra colectiva sale a la luz, para seguir siendo negada cuando se la señala. De ahí, quizás, el fracaso de las encuestas, aunque no sea el único motivo. El clientelismo y la corrupción que atraviesa a la mayoría de ellas también cuenta.

En su aspecto consciente, desde donde suele autodefinirse, la sociedad argentina se ve a sí misma abierta, pacífica, tolerante, solidaria, honesta, trabajadora, educada. No entiende por qué le pasa lo que le pasa. Demasiada luz para que en su cuerpo no exista la sombra de la intolerancia, la violencia, el egoísmo, el oportunismo, la corrupción. Sin negar, ni mucho menos, el grado insostenible de descomposición y mala praxis política alcanzado en el país, ni la imperdonable y criminal indiferencia de la clase política hacia los problemas y las necesidades cotidianas de la población, y comprendiendo los grados de hartazgo, bronca y desesperanza generado por todo eso, cabe advertir de qué manera Milei vino a representar la Sombra colectiva de un alto y significativo porcentaje de la sociedad con su virulencia, su emocionalidad desbordada y carente de guía racional, su violencia verbal y su negación al debate razonado. Lo que la irrupción de esa Sombra expresó en los resultados del domingo 13 de agosto puede confirmarse y ampliarse en los comicios de octubre. Hoy parece imposible que Milei no esté presente en una segunda vuelta, aunque como bien advierte el ensayista libanés Nassim Nicholas Taleb (a quien se debe la categoría de cisne negro), el pasado, así sea el cercano, no sirve para pronosticar el futuro, porque el futuro sencillamente no ocurrió y no se conoce. Si no, volvamos por un instante al sábado 12 de agosto o al viernes 11.

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Mientras tanto, cabe detenerse en otro párrafo de Hellis: “Basta con echar un vistazo a la triste crónica de la historia de la humanidad, para advertir en ella las huellas dejadas por el contagio colectivo, la locura participativa, las guerras, las cazas de brujas y la violencia derivada de todas las formas de posesión colectiva”. O la advertencia del propio Jung acerca de cómo la fuerza de la Sombra colectiva arrasa con la individualidad. “El individuo es tan inconsciente que suele ignorar su propia capacidad de elección y busca en el exterior normas y reglas para orientar su conducta”, escribió en Memorias, Sueños y Pensamientos. ¿Alcanzarán dos meses para empezar a mirar la Sombra colectiva y aceptarla?

*Escritor y periodista.