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cumpleaños

La peor de todas

Catherine Robbe-Grillet 20220924
Catherine Robbe-Grillet | COLLAGE

Cuando el Me Too hacía furor en el mundo (y en nuestro país, con su versión propia, Actrices Argentinas) un grupo de prestigiosas figuras de la cultura europea, especialmente de Francia, salió a bajarle el pulgar. Aunque los escraches y señalamientos contra machirulos y abusadores famosos fueron debilitándose tanto internacional como localmente (más allá del exilio de Darthes nuestras actrices, en efecto, no cosecharon muchos más frutos) en aquel momento, el aporte de una visión crítica al tema resultaba incómodo para feministas de instituciones y medios. 

Entre las figuras más famosas de aquel manifiesto titulado “Por la libertad de importunar”, que redactó la filósofa Peggy Sastre en París, contra una movida que se juzgaba “excluyente” y provechosa solo “para mujeres de la elite hollywoodense”, también había actrices, como Catherine Deneuve o la musa alemana de Fassbinder, Ingrid Caven. No estaba Isabel Huppert quien, en consonancia, aseguró hace unos meses no haber sufrido nunca acoso masculino en su larguísima carrera, pero había figuras más difíciles de catalogar con una sola palabra u oficio, como Catherine Robbe-Grillet, cuyo cumpleaños número 92 es hoy. Aunque es escritora, actriz, performer y fotógrafa, aunque L'image, su novela de 1956, firmada con el seudónimo Jean de Berg, haya escenificado aspectos que parecían vedados para una mujer, aunque abrió su matrimonio con el escritor y cineasta Alain Robbe-Grillet a otras relaciones más de medio siglo antes de que el poliamor se planteara como una alternativa aspirante a la hegemonía, aunque su lesbosadomasoquismo resulte llamativo incluso ahora, la inefable Catherine no es una referente que los feminismos de corte corporativo actuales reivindiquen demasiado, o poco. Quizás para compensar, o por la obsesiva insistencia con los onomásticos en la que caemos los periodistas, o porque haberla entrevistado fue una de las experiencias laborales más sustanciosas que tuve en los últimos años, consigno acá una de las declaraciones que, pienso, sirven para entender, tanto por qué los nuevos feminismos no la vindican, como por qué es catalogada como un ícono de Francia. “He escuchado a feministas afirmando que hay fantasías que son indecentes e inadmisibles, tales como la fantasía de ser violada. Por supuesto, no creo que ninguna mujer quiera realmente ser violada, pero muchas de ellas tienen fantasías que giran en torno a la violación. Esto quiere decir que se excitan con la idea de ser violadas (por un hombre ideal, seguro, y en un entorno ideal; esto es lo que constituye a la fantasía). ¿Y por qué no? En 1986 participé en un programa prime time de la televisión belga cuyo tema era la “fantasía femenina”. Una encuesta previa había determinado que la primera fantasía sexual citada por las mujeres era la de ser violada. Pero cualquier clase de fantasía concerniente a la sumisión es hoy considerada chocante e inaceptable por muchas feministas. ¿Será porque se tiende a confundir las prácticas sexuales en un espacio privado con el rol de uno en la sociedad?” Feliz cumpleaños, Catherine. La grande.