Néstor Kirchner acaba de sufrir el más duro golpe electoral que le podían dar. Fue sorprendido, como casi todos, por la manera en que la estrategia y el espanto unieron a Mauricio Macri y Felipe Solá. Ese acuerdo encierra dos noticias malas para el kirchnerismo: que Macri decidió ser candidato a presidente en el 2011 y que en la decisiva provincia de Buenos Aires, en octubre, habrá dos grandes listas que reclamarán la identidad peronista. Está claro que el distrito más grande de la Argentina es el corazón del peronismo y que ahora está partido. Que las estructuras y los aparatos comienzan a fracturarse. Los que simpaticen con los K y quieran fortalecer a Cristina podrán votar por Néstor, si tiene el coraje suficiente de presentarse, o si no por Sergio Massa. Y el creciente sector que quiere derrotar al oficialismo nacional tiene ahora una opción muy contundente: Felipe Solá en concubinato con Francisco de Narváez. Habrá un tercer gran jugador en la provincia que es la socialdemocracia de Margarita Stolbizer apoyada por Elisa Carrió, Gerardo Morales, Julio Cobos y, tal vez, por Hermes Binner. La mayoría de los consultores creen que esas tres propuestas, pueden sumar alrededor del 90% de los votos.
La gran novedad política es que el peronismo tradicional ya puede abandonar la intemperie y su actitud nómade. Siguen sin tener un conductor como Néstor pero ahora tienen una boleta para meter en la urna. En esa elección se definirán los liderazgos. Si Felipe gana o logra un mínimo del 30% de los votos, se instalará de inmediato como candidato a presidente y Francisco de Narváez como candidato a gobernador que es la aspiración que ambos tienen. En esa hipótesis, Macri colocará algunos diputados para fortalecer el interbloque y quedará como el constructor de una alternativa seria al kirchnerismo sin siquiera haber competido.
Esto sería como barajar y dar de nuevo en el peronismo de todo el país. Anticiparía el final de ciclo del kirchnerismo, su fecha de vencimiento como dijo Eduardo Duhalde, y dejaría a Solá en la pole position acompañado de Carlos Reutemann siempre y cuando gane en Santa Fe, cosa que no le va a resultar nada fácil. Si –por el contrario- el mensaje de las urnas le da un contundente respaldo al kirchnerismo, Néstor podría aspirar a volver a la presidencia o a bendecir la candidatura de Daniel Scioli.
¿Cuáles son los pro y los contra que tiene cada personaje de esta novela que recién dio a conocer su primer capítulo?
- Mauricio Macri: aporta su gran popularidad tanto en el Conurbano como en el interior producto, sobre todo, de su paso por Boca Juniors. Tiene un altísimo nivel de conocimiento en todo el país, pero, por ahora, eso no se traduce en intención de votos. Le sirve para seguir avanzando en su sueño de sacarse de encima el rótulo de “derechista” para acercarse a lo que el quiere ser: una suerte de desarrollista pragmático aliado al peronismo mas prolijo. Corre el riesgo de que un día, en un acto en la provincia, a bordo del tren fantasma se le aparezcan Luis Barrionuevo y sus muchachos que militan para De Narváez y eso deteriore sus aspiraciones de encarnar la nueva política. Siente pánico ante una posible foto con algunos impresentables piantavotos que De Narváez también quiere sacarse de encima. Por eso no fue al célebre asado del cumpleaños del jefe gastronómico.
- Felipe Solá: su ventaja es que nadie puede discutirle su identidad y trayectoria peronista. Fue gobernador en momentos tormentosos y salió correctamente y con una imagen aceptable. Su figura le muerde votos peronistas a Kirchner y tiene la picardía suficiente para hacer acuerdos secretos con los intendentes que ya no se bancan a Néstor para que lleven agua y sufragios para su molino. En el otro platillo de la balanza está el hecho de que fue hombre de Menem, de Duhalde y de Kirchner hasta hace muy poco. Tardó bastante en despegarse de cada uno. Para algunos eso es lealtad y para otros pereza u oportunismo como dijo Jose María Díaz Bancalari que le tiró con un misil: “De un lado de Solá están los que ya traicionó y del otro los que va a traicionar”. Ante ese tipo de críticas, Macri ya encontró respuesta: “Néstor también decía que Menem era un procer mundial e intergaláctico y el 90% de los que están en el tablero han trabajado con Carlos Menem”. De todos modos, muchos analistas todavía estan tratando de descifrar las desconcertantes movidas de Solá en solo diez días. Primero amagó con apostar al centro progresismo de Lavagna y habló de Martín Sabatella y hasta de Stolbizer. Después merodeó la marcha atrás hacia el kirchnerismo de la mano de su amigo Alberto Fernández y, finalmente, salió para el lado menos pensado a abrazarse con Macri, de ingeniero a ingeniero.
- Francisco de Narváez: es un boxeador de otra categoría. En términos históricos es un recién llegado al peronismo y no tiene otro remedio que aceptar el segundo lugar en las listas. Esa posición no le pone techo a su objetivo en la provincia y, en cambio, a Felipe, no encabezar la lista lo dejaría fuera de la cancha nacional. De Narváez creció al ritmo de su chequera personal y de una inversión publicitaria casi inédita para tiempos no electorales. No se pudo mantener demasiado tiempo en ningún grupo interno. Ni con Menem a quien le financió parte de su campaña, como le recordaron los kirchneristas, ni con el grupo “El General” que después desperdigó a Roberto Lavagna, Eduardo Camaño y Juan José Alvarez, ni con Duhalde o Barrionuevo con los que está haciendo todo lo posible para despegarse. Pero no todo es negativo: no tiene acusaciones de corrupción en los tribunales, igual que Solá, sacó mas de un millón de votos en las elecciones y cuenta con capacitados equipos técnicos y con un multimedios para difundir su imagen sofisticada.
Siempre impecablemente vestidos, considerados como propios en los sectores de mayor poder adquisitivo de la sociedad, irónicamente los tres fueron definidos como “La gran esperanza blanca”. Díaz Bancalari les facturó su condición social subrayando que “ninguno surgió de la pobreza”, cosa que es tan cierta como que el matrimonio Kirchner se hizo millonario en tiempos de la dictadura y hoy sigue multiplicando aceleradamente su patrimonio pese a que ambos cumplen funciones en el estado hace años.
En medio de las proyecciones electorales, el matrimonio Kirchner se debate en el dilema de la filosofía china del ying y el yang, en la dualidad entre el bien y el mal. Siguen haciendo un esfuerzo muy grande para cambiar su imagen autoritaria y sus métodos agresivos pero simultáneamente chocan contra su propia génesis que lo empuja al rumbo opuesto. ¿Cuáles son las dos caras de la moneda?
Positivo. En este campo se puede registrar en los últimos tiempos el discurso conciliador que ambos enarbolan. Tanto en España como en el anuncio de los planes sociales, Cristina abrió una puerta para el diálogo con el campo y por eso la Mesa de Enlace postergó el paro que tenía previsto con la esperanza de que les conceda una audencia. El ministro Florencio Randazzo y el titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcatti dialogaron amablemente y en ese sentido por televisión. Agustín Rossi, calificó como “madura” la decisión del campo. Hermes Binner dijo que se abrieron canales de diálogo y que le reclamó a Cristina la suspensión de las retenciones como casi todos los gobernadores. Ese es un punto clave que el gobierno descarta modificar porque le quitaría 15 mil millones de su caja. Aldo Ferrer juzgó como “comprensible” ese reclamo pero aconsejó mantener las retenciones para no caer en “ un tipo de cambio único e inevitablemente sobrevaluado”. Esa frase de que “me hierve la sangre cuando veo tanta pobreza y tanto egoísmo y avaricia al mismo tiempo” fue dedicada a los que reclaman bajas impositivas.
Es cierto que faltaron preguntas mas incisivas pero Cristina descongeló un poco su imagen cuando accedió a algunos reportajes como en los que dijo que “nunca pensó en renunciar” y que no es tan “necia para decir que la Argentina es invulnerable a la crisis”. Su viaje hasta el terreno de la tragedia de Tartagal para dar la cara y escuchar las quejas de los afectados en un mano a mano le dieron un buen rédito.
Tomó información de primera mano y definió a la pobreza estructural como la verdadera tragedia y se mostró con el pelo mojado, el maquillaje corrido y los pies embarrados, lejos de su coquetería habitual y de los imponentes vestidos que lució ante la monarquía española. Es verdad que muchos le reprocharon que “recién ahora descubría a los pobres” o que lo hizo todo por marketing y figuración pero esas voces parecían de opositores enojados a perpetuidad que no están dispuestos a reconocerles nada bueno. Fue tanta la humillación a la que sometieron a tanta gente que hay un sector de la población que no puede ni ver a los Kirchner. Siete de cada diez argentinos sienten hoy antipatía por ellos, mas allá de lo que hagan.
Fue tanto el descrédito de su palabra, sobre todo desde la invasión patotera al INDEC, que hay vastos grupos sociales que solo perciben mentiras en los discursos oficiales. Ese es el tamaño del desafío político que el gobierno tiene hasta octubre. No será nada fácil y mucho menos en el medio de un terremoto económico cuyos primeros remezones fuertes vamos a padecer recién en marzo.
Negativo. En este campo hay que colocar en primer plano la venganza permanente hacia el vicepresidente Julio Cobos al que estan dispuestos a demoler.
Esta vez la cuestión fue grave porque la información del personal del avión Tango 10 dice que fue por orden del propio Néstor Kirchner que le negaron a Cobos la posibilidad de viajar a Tartagal, que le dieron información falsa y se burlaron de él cuando se quedó de plantón esperando un vuelo que había salido una hora antes con los ministros Randazzo y Alicia Kirchner, cuya insólita foto fue distribuída por el gobierno.
Es muy difícil de probar en tribunales pero los radicales dicen que una orden de ese tipo de Kirchner a Oscar Parrilli es un claro delito de usurpación del cargo y la investidura presidencial.
Las zancadillas siempre sobran en política. Pero mucho más cuando se hacen en medio del sufrimiento de los más pobres de los pobres que perdieron hasta sus humildes casas. Ese mismo día el vice jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina (h) acusó a Cobos de haber “violado el más obvio de los mandatos populares e institucionales al votar en contra de su propio gobierno”.
Cobos no parece dispuesto a ponerse de rodillas como a los Kirchner les gustaría y eso genera una tensión siempre peligrosa porque las instituciones no son de acero. ¿Qué va a pasar dentro de dos semanas cuando se inauguren las sesiones ordinarias del Congreso con la asamblea legislativa? El protocolo indica que Cobos es el encargado de darle la bienvenida y acompañar al recinto a Cristina. ¿Hay otro papelón y vergüenza ajena en puerta?
Todavía faltan 254 días para las elecciones en las que el matrimonio Kirchner se juega su destino, pero Macri y Solá ya les anticiparon muy malas noticias.