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Engañados

¿Qué nos refleja al observar en tan solo una fotografía lo que nos provoca unos rostros limpios, cuerpos articulados, indumentaria impoluta?

Rey Felipe VI
En vísperas de Navidad el Rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela dirigió sus palabras hacia el porvenir de una juventud española sufriente. | AFP

Engañar, lo que se dice engañar, lo hacemos todos, cotidianamente.

“Casas enfiladas, casas enfiladas, casas enfiladas. Cuadrados, cuadrados, cuadrados. Casas enfiladas. Las gentes ya tienen el alma cuadrada. Ideas en fila y ángulo en la espalda” (Alfonsina Storni).

¿Qué nos refleja al observar en tan solo una fotografía lo que nos provoca unos rostros limpios, cuerpos articulados, indumentaria impoluta? Aquello que debería tranquilizarnos es ese oro que se ve en la fotografía traducido en quilates de honorabilidad, símbolo del orden, respetabilidad. Luego en el diario vivir se da a conocer el “pecado infiel”. El sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930-2002) ya en 1974 mencionaba la funcionalidad del sistema en la sociedad aplicable en tiempos actuales en base a Mauss dado por el desconocimiento colectivo. Mauss decía sobre la magia: “La sociedad siempre se paga a sí misma con la moneda falsa de su sueño.” En palabras de Mauss en este juego hay que seguir el juego: los que engañan son engañados y engañan tanto mejor cuanto más engañados estén; son tanto más mistificadores cuanto más mistificados estén. Para jugar este juego hay que creer en la ideología de la creación.”

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Se trata del juego entre hombres y mujeres. Es el juego en tiempos modernos “encandilados” desde el casamiento como acto legal “juntos y para siempre”. El engaño “vestido de novia” de conveniencia y provecho que en el presente termina en otros senderos que se bifurcan.

En vísperas de Navidad el Rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela dirigió sus palabras hacia el porvenir de una juventud española sufriente. Envueltos en una crisis económica (cambió las reglas de juego) identificó y llevó a reflexionar la deuda de la sociedad con los jóvenes. La convivencia entre los españoles y la oposición hacia la violencia contra las mujeres fueron sus estandartes en momentos de alta tensión europea.

Preservar el futuro y la búsqueda por la convivencia social española se repite en suspiros del modo argentino en las mediciones de la deuda social de la UCA: la pobreza pasó del 28,2% al 33,6% (hay 2.180.000 más pobres que en 2017).

Vale para una sociedad europea convulsionada, vale para una sociedad argentina indefinida. Ahora hombres y mujeres y la sociedad en su conjunto se han quitado las máscaras.

Se trata de un cuento, un relato creído por nosotros mismos, desvirtuado por nosotros mismos en el que imprimimos veracidad que le da sentido al caos diario.

“Lo que nos afecta a los humanos no es lo que nos sucede, sino lo que nos decimos de lo que nos sucede” dijo Epicteto. Un engaño se masifica en engañados y parece tan santo, tan puro, tan casto que termina siendo necesario e inocente.

(*) Politóloga