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Ideas para padres “en casa”

En tiempos de pandemia es bueno fortalecer los vínculos con la familia, pero también es importante trabajar en las rutinas y hábitos diarios

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Los videojuegos son una industria multimillonaria y planetaria que mueve cifras astronómicas. | Shutterstock

Las clases comenzaron, solo que de manera diferente. Las autoridades piden concientizarnos que “no es tiempo de vacaciones sino de licencias o de trabajo en casa (home office) y que las clases serán de las últimas actividades que retornen a su forma habitual”. Entonces, ¿qué hacer con los niños que sufren y sufrirán por no poder ir a la escuela? Para responder este interrogante, un primer paso nos exige hacer un trabajo de reflexión sobre esta situación.

Los chicos tienen que continuar con el ciclo escolar, entonces, ¿cómo prepararnos como papás para que en los tiempos del “quedarse en casa” puedan continuar aprendiendo? ¿Qué podemos hacer en casa para que estas semanas sean trascendentes en su vida? ¿Cómo organizarnos para que sea provechoso y que no afecte los vínculos de la familia?

Tendremos que dar rienda suelta a la creatividad y a otras capacidades para ayudarlos a, en primer lugar, mantener los buenos hábitos, como por ejemplo, respetar: (a) el horario de sueño habitual cuando van a la escuela; (b) la diferencia entre día de semana y fin de semana; (c) los horarios de comida. De esta manera, no solo los estaremos colaborando en que puedan tomar consciencia y a diferenciar los momentos dedicados al juego de aquellos otros que son para realizar las tareas y requerimientos de la escuela, sino también a ejercer su libertad con responsabilidad, animándolos a elegir aquello que los ayuda a crecer, capacidad que luego tendrán que poner en juego a lo largo de toda su vida.

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Al implementar estas simples rutinas, además, favorecemos que se viva el orden personal y familiar, capacidad que facilita la convivencia entre todos y que no solo se vive en aspectos materiales -al estilo Mary Kondo-, sino también en el uso del tiempo, en los afectos (dedicar momentos para estar con cada hijo y con la pareja, para el ocio…). Organizamos los días de los chicos y de toda la familia, mantenemos la rutina que es tan importante para ellos.

En relación a las tareas, muchas escuelas están enviando propuestas a través de distintos recursos (plataformas institucionales, correo electrónico, etc.); de todas formas, podemos complementarlas con otras más distendidas y que se adapten al espacio y a los materiales que tengamos en casa, pero siempre empleando entre 40 y 60 minutos para su realización, seguido por un recreo en el que los chicos puedan hacer lo que quieran (dentro de los límites de convivencia). Si no tenemos esta conexión con la escuela, buscamos en las diferentes páginas o sitios web que se encuentran disponibles; tratando de encontrar material que sea acorde al nivel educativo y a la edad de cada uno y que les resulte interesante. Motivarlos, hacer algo con ellos y mostrarles cómo pueden continuar. Dejarlos que se equivoquen, si los corregimos que sea con respeto y amabilidad, pero tener presente que del error siempre se aprende.

Trabajar en las rutinas y hábitos, en algunas capacidades socioemocionales pero siempre desde una mirada afectiva que esté colmada de amor y cariño

Como no vamos a “perder” tiempo en viajes, lo podemos utilizar para vincularnos como familia. Destinar un ratito más al desayuno entre todos, a charlar, recordando que la escucha permite ponernos en el lugar del otro, valorar sus ideas y sugerencias, hacerlos sentir valiosos. Sí, este es un momento importante para reflexionar sobre el cariño que tenemos que tener para con nuestros niños; discerniendo en qué momento es fundamental respetar los hábitos y rutinas de las que hablábamos y en qué otros tenemos que elegir “dejarlos” que hagan lo que quieran.

Para seguir socializándolos y que no extrañen tanto, sobre todo con los más pequeños, podemos fomentar el uso de distintos recursos tecnológicos (Whatsapp, video conferencias, etc.) con los cuales puedan estar en contacto con el resto de la familia (abuelos, tíos y primos) y con amigos y compañeros de clase.

Como decíamos, para ayudarlos a desarrollar las capacidades de empatía y solidaridad, podemos proponer actividades con las cuales piensen en sus abuelos u otras personas mayores que se encuentran en aislamiento social y se las envíen (audios, videos, dibujos que se pueden fotografiar, etc). Se sentirán útiles y sus “regalos” serán bien recibidos.

En síntesis, trabajar en las rutinas y hábitos, en algunas capacidades socioemocionales pero siempre desde una mirada afectiva que esté colmada de amor y cariño. Son todas complementarias, ya que somos seres integrales, con amor y dedicación podremos estar más tranquilos todos en cada casa.

*Dra. en Psicopedagogía, Especialista en Informática Educativa, (Escuela de Educación- Universidad Austral).