El estricto confinamiento que España aplica desde hace cuatro semanas para combatir el coronavirus parece comenzar a dar sus frutos: ayer registró 510 muertos, en baja por tercer día consecutivo y la cifra más baja desde el 23 de marzo, crece el número de recuperados y los hospitales ya detectan una menor afluencia de pacientes.
Especialistas consideran que los datos diarios que anuncia el Ministerio de Salud muestran una tendencia positiva, y señalan que el momento clave fue hace diez días, cuando los servicios de urgencias empezaron a detectar una menor afluencia de pacientes. Esa menor presión se reflejó también en menos ingresos a los hospitales y a las terapias intensivas, que son los datos que “más están ayudando a ver la evolución de la pandemia”, dijo la portavoz de Emergencia del Ministerio de Salud, María José Sierra.
Con las cifras de ayer, los fallecidos por Covid-19 en España suman ya 16.353, lo que convierte al país en el segundo con más muertes de Europa, detrás de Italia, y el total de casos se elevó a 161.852, 4.800 más que el viernes.
Prudencia. De todos modos, las últimas cifras deben ser tomadas con cuidado ya que no incluyen los muertos fuera de hospitales, como asilos de ancianos y domicilios, mientras que los tests de diagnóstico siguen siendo pocos en el sistema sanitario, por lo que el Ministerio de Salud estima que el 90% de los infectados no ha sido detectado.
La situación sigue siendo grave y el gobierno de Pedro Sánchez adelantó ayer que el confinamiento podría ser prolongado más allá del 25 de abril, la fecha prevista hasta ahora. “No está decidido, pero es muy probable”, dijo el ministro de Salud, Salvador Illa, para quien España vive “un evidente proceso de ralentización de la epidemia”.
El gobierno anunció ayer la prolongación de los controles en las fronteras terrestres con Francia y Portugal, hasta el 25 de abril inclusive, que no afecten a ciudadanos españoles o a los extranjeros residentes en España, ni tampoco el transporte de mercancías y a los trabajadores transfronterizos.
Mañana se reanudarán actividades no esenciales, como industria y construcción, tras dos semanas de paralización, y las autoridades sanitarias recomendaron el uso de mascarillas a las personas que empleen el transporte público para ir a trabajar, ya que en los autobuses y en el metro no siempre se puede garantizar la distancia social entre los viajeros.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dijo que las fuerzas de seguridad y voluntarios de Protección Civil distribuirán diez millones de mascarillas en los accesos de metro y trenes de cercanías, así como en los “principales nodos de transporte público”. La mascarilla “es recomendable, no es obligatoria”, puntualizó el ministro.
A pesar de la reanudación de parte de las actividades, el gobierno sigue recomendando el teletrabajo entre aquellos que puedan, y pide que la gente obligada a ir a su trabajo se desplace a pie o en vehículo particular, y evite el transporte público.
Duelo. Más de 25 mil miembros de los servicios sanitarios se contagiaron el Covid-19 desde el inicio de la pandemia, según cifras del Ministerio de Salud, que no precisó el número de muertos. Es un dato que “nos preocupa”, dijo el ministro Illa.
La región de Madrid, la más golpeada del país, con más de 6 mil muertos, se vio impactada ayer con el anuncio del deceso de un enfermero de 57 años, que trabajaba en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Leganés, cerca de la capital.
Es el tercer enfermero fallecido de Covid-19 en el país, según la organización que representa a los más de 300 mil enfermeros de España.
