En esta página nos ocupamos de varios fenómenos derivados del arte digital y su mercado emergente. Esto va desde una subasta multimillonaria en Christie’s de un mosaico de imágenes digitales al lado B del sistema de producción de criptomonedas, vinculado al alto consumo de energía eléctrica y la contaminación. Hace unos días se difundieron datos estadísticos sobre el mercado de activos digitales NFT (Non Fungible Token) durante el año 2021, cuyas cifras develan un acelerado crecimiento del volumen de ventas así como un vuelco masivo de efectivo, fruto de la abundancia de emisión monetaria de los países desarrollados para enfrentar la pandemia. Inversión, capitalización, moda financiera, cualquier nombre parece apropiado, mientras el volumen en monedas digitales por NFT, medido por DappRadar –que recopila datos en diez cadenas de bloques distintas–, llegó a un total de US$ 24.900 millones el año pasado, contra 94,9 millones del año 2020.
La explosión monetaria total del mercado de arte digital desde otras consultoras ofrece resultados menores: 18.300 millones (CryptoSlam) y 15.700 millones (NonFungible.com). Tal volumen es comparable a la financiación global proporcionada por el Banco Mundial para la compra y aplicación de vacunas contra el covid-19. Vale decir: las billeteras digitales crearon un mercado del arte que resulta tan atractivo como inquietante. Porque, ¿qué destino les espera a las obras originales, analógicas, de los artistas plásticos, los músicos, incluso en el campo de la literatura?
Respecto a este último punto, desde Turín, Italia, el filósofo y escritor Alessandro Baricco (nacido en 1958) anunció su incursión en el arte digital como el primer autor literario italiano en colocar a la venta una obra de arte digital. Novecento / El código fuente se titula la grabación de la voz del autor en la lectura de su obra de teatro Novecento. Para esto contó con la supervisión técnica de Serena Tabacchi, curadora, directora y cofundadora de MoCDA (Museo de Arte Digital Contemporáneo); Bruno Pitzalis, experto en criptoarte y comunicación, y Massimo Franceschet, profesor de Blockchain y Criptoactivos. Asociada a un NFT, la lectura está alojada en Open Sea y saldrá a la venta en marzo próximo. Puede escucharse en: opensea.io/NVCNT.
Al respecto, Baricco declara: “Algo está sucediendo hoy en el cuadrado formado por estos cuatro puntos: blockchain, criptomonedas, NFT y DAO (Decentralized Autonomous Corporation). Hay algo ahí que probablemente esté destinado a cambiar nuestras vidas, como sucedió hace diez años con las apps, por ejemplo. Entonces me dije: quiero terminar dentro de ese cuadrado y la mejor manera de ver lo que había allí era hacer un NFT. Me parecía que nadie lo había hecho con la literatura y esto también me atraía mucho, para enredar un poco las cartas de mi mundo productivo literario, que aún son muy antiguas”.
En diciembre pasado, Evgeny Morozov (nacido en 1984), escritor e investigador bielorruso especializado en las consecuencias políticas y sociales de la tecnología, publicó en su página web the-crypto-syllabus.com un diálogo con el músico británico Brian Eno (nacido en 1948), quien cuenta con ocho premios Grammy, y un trabajo creativo junto a Robert Fripp, David Bowie, David Byrne, Talking Heads, U2, Laurie Anderson, Coldplay y Damon Albarn, entre otros; también fue pionero en la fusión del arte digital con la música. Morozov destaca: “Brian una vez orinó en el famoso urinario de Duchamp, descontento con la forma en que el mundo de las galerías estaba malinterpretando la filosofía del arte de Duchamp”.
Mordaz, Eno resulta contundente sobre el mundo del arte digital y los NFT: “Me han contactado varias veces para ‘hacer un NFT’. Hasta ahora nada me ha convencido de que haya algo que valga la pena hacer en ese campo. ‘Vale la pena’ para mí implica crear algo que agregue valor al mundo, no solo a una cuenta bancaria. Si hubiera querido principalmente ganar dinero, habría tenido una carrera diferente como un tipo diferente de persona. Probablemente no hubiera elegido ser artista. Los NFT me parecen solo una forma en que los artistas obtienen una pequeña parte de la acción del capitalismo global, nuestra pequeña y linda versión de la especulación financiera. Qué dulce, ahora los artistas también pueden convertirse en pequeños cachorros de capitalistas”.
“¿Pueden las NFT ser una forma contemporánea de Robin Hood? ¿Es posible que los artistas puedan usar estas herramientas para desviar algunos de los billones globales hacia direcciones más productivas y humanas? Esto es lo que me gustaría entender, aunque presenta la interesante cuestión moral de si se pueden hacer cosas limpias con dinero turbio.”