CULTURA
LITERATURA

Se publicó "Mama Antula. La primera santa de Argentina" y sus autoras acompañarán al Papa en la canonización

Nunzia Locatelli y Cintia Suárez viajarán al Vaticano para la ceremonia en la que el Papa Francisco celebrará la canonización de Mama Antula en la Basílica de San Pedro, el próximo domingo. En entrevista con PERFIL, Locatelli explicó que la ceremonia será un privilegio: “El Papa quiso darnos un regalo a los argentinos”, dijo.

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Nunzia Locatelli y Cintia Suárez viajarán al Vaticano para la ceremonia de canonización | Prensa

“Mama Antula. La primera santa de Argentina” es un libro trabajado durante 13 años, que relata la historia de la primera santa nacida en la República Argentina y llegó a las librerías el 1º de febrero. Sus autoras, Nunzia Locatelli y Cintia Suárez, viajarán al Vaticano para la ceremonia en la que el Papa Francisco celebrará la canonización en la Basílica de San Pedro, el próximo domingo. 

Se trata de una meticulosa investigación publicada por Catarsis, realizada en Argentina e Italia, a partir de documentación histórica generada desde 1905, cuando se inició la causa de beatificación y canonización de Mama Antula, cuya figura se agranda hasta la actualidad. En la obra, las autoras —a través de un relato ameno, consistente y detallado— reconstruyen las reliquias que rodean su historia y el marco en el que le tocó vivir, además de los hechos extraordinarios que, tras el análisis pertinente de la Iglesia, son considerados como milagros, abriendo las puertas para poder ser proclamada Santa.

Uno de los milagros está referido a la sanación de la religiosa de Rosa Vanina, del instituto de las Hijas del Divino Salvador, quien habría recuperado la salud en el año 1900. El segundo milagro que se le atribuye es la curación de una persona internada en un hospital de Santa Fe en 2017, quien sufría un “ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, coma profundo, sepsis, shock séptico resistente, con fallo multiorgánico”. El hombre acudirá a la canonización e incluso viajó hacia Italia en el mismo vuelo que Cintia Suárez y el arzobispo de Buenos Aires, reveló a PERFIL la otra autora, Nunzia Locatelli

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Nunzia Locatelli y Cintia Suárez, autoras de “Mama Antula. La primera santa de Argentina”

En 2022, estando en Roma, las periodistas accedieron al Archivio di Stato di Roma a más de trescientas hojas manuscritas relacionadas con la protagonista de este libro. Se trata del fructífero e interesante intercambio de cartas entre ella, el jesuita santiagueño Gaspar Xuárez (desterrado en Roma) y el político Ambrosio Funes, residente en Córdoba. Estas cartas muestran matices de la vida cotidiana en el Virreinato del Río de la Plata y exhiben los vínculos entre la próxima Santa y los próceres de Mayo, y la señalan como madre espiritual de la patria argentina.

María Antonia de Paz y Figueroa nació en 1730 en la ciudad de Santiago del Estero. En la época colonial, en la que la mujer estaba silenciada totalmente, decidió dejar una familia acomodada, para dedicarse al servicio de los más humildes e intentar plasmar los ejercicios espirituales de los jesuitas, incluso después de que fueron desterrados de toda América en 1767. En aquel momento los soldados de la Corona española se llevaron esposados y encadenados como criminales a todos los padres jesuitas. A escondidas, uno de ellos le entregó algo a una mujer: Mama Antula recibió en sus manos lo que sería el último emblema de la Compañía de Jesús.

La rebelde y milagrosa Mama Antula, la mujer que desafió a la Iglesia y a la Corona

Ella decidió no obedecer los mandatos familiares y sociales, sino forjar su propio camino. Transgredió las órdenes de las máximas autoridades para que se mantuviera viva la obra de los desterrados. Caminó descalza más de 4.000 kilómetros, desde Santiago del Estero hasta Buenos Aires, para llevar a la capital del Virreinato de la Plata la práctica de los ejercicios espirituales. Su andar estuvo rodeado de hechos inexplicables y misteriosos. En 1795 Mama Antula fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales de Buenos Aires y murió el 7 de marzo de 1799, a los 69 años. Sus restos reposan en la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad en el barrio porteño de San Nicolás. 

Mama Antula será desde el 11 de febrero la tercera santa argentina, pero la primera mujer: el Papa ya convirtió en santos al argentino José Gabriel Brochero, en 2016, y al ítalo-argentino Artémides Zatti, en 2022. Según Locatelli, se trata de un hecho extraordinario y especial, un regalo del Papa Francisco a la tierra que lo vio nacer

 

Una canonización fuera de tiempo, espacio y comparable únicamente con la de la Madre Teresa de Calcuta

Entrevista a Nunzia Locatelli desde Italia

Nunzia Locatelli, una de las autoras del libro, atendió a PERFIL desde Milán, su lugar de origen, antes de partir hacia el Vaticano, donde participará junto a Cintia Suárez de la ceremonia presidida por el Papa Francisco y presentarán “Mama Antula. La primera santa de Argentina”, publicado por la editorial Catarsis, disponible en librerías y online en www.librum.com.ar.

Vecinos de Floresta festejan la consagración de Mama Antula

  • ¿Cómo se sienten con Cintia, ahora que “Mama Antula. La primera santa de Argentina” fue publicado, después de tantos años de trabajo? 

-Nuestro último libro es una suma de los anteriores que escribimos con Cintia. Contiene los dos milagros que permitieron la canonización, junto a las cartas que encontramos en el Archivio di Stato di Roma hace un año y medio, que dieron un ímpetu muy grande a la escritura. Esto permitió que se conociera la cotidianeidad de Mama Antula, cómo era la vida colonial y cuáles eran sus preocupaciones. Son cartas escritas por ella, por el jesuita santiagueño desterrado, Gaspar Xuárez y por Ambrosio Funes, uno de los amigos que Mama Antula hizo cuando pasó dos años en Córdoba. Ese carteo entre los tres permitió una reconstrucción muy amena de toda la historia de la edificación de la Santa Casa, cosas muy pragmáticas. Hablaban mucho de plata, de la gente, se quejaban, es muy lindo. 

Mama Antula, como es una mujer de acción, nos requiere un trabajo infinito. Nos agarró hace más de 10 años y nunca nos soltó, la conocemos ya como si fuera nuestra hermana. El trabajo de ahora, aparte de la presentación del libro, es dar más difusión. Vamos a presentar el libro no sólo en Argentina, donde ya tuvimos invitaciones, sino también en Chile, Estados Unidos y en varios lugares de Italia, donde no es tan conocida. 

Estamos muy emocionadas, obviamente, porque pasamos de una persona venerable (que es un paso importante en el proceso de canonización), después vimos que se beatificó en el 2016, se conoció un milagro y quién fue la persona, nos involucramos profundamente con el tema y después el Papa fue anunciando a cuentagotas: el milagro fue aprobado en octubre del año pasado, luego anunció su canonización sin avisar dónde y finalmente dijo que sería en Roma. Nos hizo esperar, como las buenas noticias, que no te las dan todas juntas. Se esperó tanto, en 1905 empezó la causa. Es la causa más antigua de toda la Argentina

  • Sé que ya estás en Italia, preparándote para la ceremonia del domingo: ¿Cuál es su expectativa? 

-Sí, nos estamos preparando porque ya el viernes tenemos una conferencia oficial organizada por el Vaticano, para el Dicastero per la Comunicazione, donde tendremos que disertar con el obispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic Iglic, y el de Añatuya, José Luis Corral; el gobernador de esa provincia, Gerardo Zamora, y Leo Dan, el cantante que hizo el himno de Mama Antula y lo va a presentar ahí, en la Filmoteca Vaticana. 

Ya el jueves llegamos y daremos la conferencia de prensa con todos los periodistas y el viernes, temprano, iremos a la Università della Santa Croce, para dar una charla con los periodistas de esa universidad. Cosas colaterales al evento principal del domingo, que tiene características totalmente diferentes a todas las otras canonizaciones, por varios motivos. Primero, porque el Papa quiso darnos un regalo, creo. No a nosotras, sino a los argentinos. Incluso le escribimos una carta y nos contestó diciendo que esa canonización “hará mucho bien al pueblo argentino”. Lo dijo textualmente. 

En segundo lugar, es una canonización fuera de tiempo. Nunca se canoniza en febrero porque hace frío, no hay posibilidades de reunir en la Plaza de San Pedro a miles y miles de personas en la intemperie. Por eso, convocó en la Capilla Papal, adentro de la Basílica de San Pedro. Eso es una excepción muy grande y un honor que tiene sólo Mama Antula. Otra cosa a destacar es que los santos se suelen canonizar en grupo, con beatos de todo el mundo; pero Mama Antula se canoniza sola. ¡Sola! Ese honor previamente lo tuvo únicamente la Madre Teresa de Calcuta. Ni siquiera santos grandes, obviamente dejando de lado a los Papas, que se canonizan individualmente. Yo eso lo interpreto como un gran regalo que hace el Papa Francisco a la Argentina. 

  • El domingo irían también a la ceremonia presidida por el Papa familiares colaterales de Mama Antula, el arzobispo de Buenos Aires y el sobreviviente del segundo milagro, que es un santafesino, ¿verdad?

-¡Sí! Lo simpático es que este martes Cintia viajó a Roma y en ese avión estaban todos: los devotos; el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva; y también el milagrado, que vino con su mujer y sus hijos. Era un avión increíble, con un hombre que recibió un milagro, el arzobispo, los devotos, la biógrafa y curas que no la dejaron dormir con preguntas sobre Mama Antula. Todo muy simpático, representativo de Argentina, con gente sin filtros. Dijo Cintia que fue muy lindo porque todos querían saber sobre Mama Antula. 

  • ¿Cómo sigue esta historia, ahora que se logró la canonización de Mama Antula? ¿Tenés nuevos proyectos literarios por delante? 

-Siempre junto a Cintia, queremos investigar más sobre el jesuita desterrado, amigo de Mama Antula, Gaspar Xuárez. Fue el primer botánico argentino, nació en 1731 y fue un cura jesuita de Santiago del Estero que terminó exiliado. Fue muy duro: lo desterraron encadenado, como un criminal. Llegó a Buenos Aires después de tres meses y tuvo que esperar en el puerto un mes y medio más, pidiendo limosna, comiendo achuras y cocinando en una bacinica. 

Es horrible la crónica de ese destierro, sobre todo considerando que él fundó el Huerto Vaticano Índico. ¡Un santiagueño que viajó al Vaticano hizo un jardín botánico tan exótico y lindo! Además, por su capacidad decidieron dedicarle su nombre a una especie: la xuarezia biflora. Entonces para mí es importante darle a Argentina el nombre de otro personaje que no se conoce y que quedó en el olvido. Argentina en el pasado no tuvo sólo a sus próceres que fueron generales, tuvo personas que hicieron cosas muy grandes y no quedaron en los libros de historia. 

También nos pidieron en la Iglesia que profundicemos. El obispo Bokalic, de Santiago del Estero, nos solicitó que abordemos el tema y me pareció interesante. Ya tenemos sus cartas y, si nos da el tiempo en esta ocasión, iremos a buscar más documentos en el Vaticano. También sabemos que paró en Faenza, así que seguramente habrá algún archivo en la región de Emilia-Romaña. 

Por otra parte, tenemos otro candidato a futuro santo: el monseñor Jorge Gottau. Fue un obispo de Añatuya, en el monte de Santiago. Él creó un plan de viviendas y se ocupó de darles de comer a esos chicos santiagueños que no tenían nada. Ya durante su misión tenía olor a santo y era considerado un santo en la región. Gottau finalmente murió en la pobreza, no tenía ni una cama para dormir. Yo no estoy en la Comisión Histórica, simplemente apoyo e investigo, pero unos amigos ya están presentando a este futuro santo. 

  • Nunzia, para ir cerrando: ¿qué significa Mama Antula en tu vida?

-Para mí significa mucho porque me permitió conocer la historia de una mujer, algo que me gusta mucho. Creo que es importante salvar, por un tema de justicia histórica, que no salgan siempre los mismos, que en los carteles de las calles no estén siempre las mismas personas. Hay que instalar en la vía pública el nombre de esta mujer que hizo mucho por la Argentina; por su casa pasaron los próceres y los próceres quedaron, pero ella no. 

Ya logramos instalar en la estación Independencia del subte línea E de Buenos Aires el nombre de la santa Mama Antula. Lo vamos a inaugurar el 7 de marzo con una ceremonia. Esta fue una acción impulsada por Cintia Suárez y aprobada por la Legislatura porteña, una contribución nuestra para volver a instalarla. En esas calles, donde está su estación, ella caminaba y los ejercitantes la visitaban. 

Mama Antula también me dio una frase muy linda, que es importante para mí cuando estoy por tirar la toalla. “La paciencia es buena, pero mejor es la perseverancia”. Cuando las condiciones son adversas y no te salen las cosas, capaz si perseverás y vas hacia adelante después te salen. No hay que bajar los brazos, ella no lo hizo. Tuvo que esperar, la maltrataron, no la consideraban siquiera una persona digna por su aspecto físico, pero llegó a ser incluso una persona de consulta para muchos. 

Viste cómo se revierten las cosas. Sufrió lo que hoy llamamos bullying: la rechazaban porque venía con una capa llena de espinas, descalza, caminó 4.000 kilómetros y la apedrearon. Imaginate cómo llegó a Buenos Aires. Ella se presentó así ante el obispo, quien la atendió, pero no le concedió nada porque no recibió una buena impresión. La gente al principio no la consideró ni la respetó, luego se revirtió todo. 

Fue una pionera en la defensa de los derechos humanos, cuando todavía no existía el concepto. Ella unió a las clases sociales cuando todavía no podían caminar por la misma vereda. Mama Antula dijo: “A mis ejercicios vienen la virreina y la señora de abolengo, tanto como la esclava, la parda, la india y todos juntos estamos diez días, mientras cada uno le sirve al otro. No importan el color ni la clase social”. Conceptos que en la época no se podían ni escuchar. Una adelantada. 

Además fue una mujer de acción, gracias al hecho de haber estudiado y haberse formado en las misiones jesuitas pudo enfrentar al Virrey, al gobernador, a todos los personajes más importantes de la época. Invita a las mujeres a formarse, a ir adelante y no parar cuando una cosa no sale. Paciencia y perseverancia. Me llenó la vida porque esa mujer no dio tregua. 

 

ML / ED