—¿Cómo estás y cómo ves a las dos selecciones?
—Estamos muy bien, contentos e ilusionados, a tres meses y medio del Mundial de Holanda y entrando en la parte central de la preparación.
Luego vendrá la puesta a punto para llegar de la mejor manera.
—Te noto muy ilusionado y enchufado por dirigir a los dos seleccionados a la vez. ¿Cómo es tu día de trabajo normal?
—Me levanto a las 6 de la mañana y no siento que tengo que ir a trabajar; hacemos doble turno con los varones y las mujeres hasta a las 12.30. A las 17.30 trabajo como director nacional de Deporte Social, con apoyo del nuevo secretario, Carlos Espínola. Después viene el segundo turno, hasta las 20, y luego alguna actividad en algún club hasta que llego a casa a las 23. La verdad es que soy un agradecido por tener este lugar, sé que postergo a mis hijos pero este esfuerzo es hasta el Mundial porque las chicas se quedaron sin entrenador en diciembre, y entre nosotros había un conocimiento mutuo muy grande y eso prevaleció para que el presidente de la Confederación Argentina de Hockey (Aníbal Fernández) nos convoque.
—Las Leonas confiaron en vos una vez que Emanuel Roggero dejó de ser el entrenador. ¿Qué pensás al respecto?
—El mejor premio que puede tener un entrenador es el requerimiento de los jugadores, que son lo más importante que hay en el deporte al igual que el limpia las oficinas de la CAH, un asistente o dirigente. Soy un técnico joven que tiene mucho por aprender, es una función nueva y la tomo con el mayor compromiso por la camiseta argentina, que la tengo pintada: jugué 18 años con el seleccionado y es lo más lindo que te puede pasar.
—Mucho se habló sobre la “locura” de dirigir a los dos seleccionados a la vez, porque Las Leonas y Los Leones van a jugar el Mundial en simultáneo.
—Respeto a todos e invito a quienes no opinan como la dirigencia para ayudar. Las críticas son bienvenidas y las acepto, por eso los invito a que me ayuden para que las cosas salgan bien.
—¿En qué nivel están hoy los varones tras el octavo puesto en Nueva Delhi?
—Crecimos mucho, el equipo les ha jugado de igual a igual a los mejores del mundo.
—Habían empezado ganando hasta que después…
—Antes, Argentina iba a ese torneo y no sumaba un punto. Solamente salimos terceros en el Champions Trophy de Rotterdam 2008. Después, perdíamos los cinco partidos y por goleada. Ahora le ganamos a Holanda y a Bélgica, perdimos dos partidos por shot out, Australia nos ganó bien y Alemania nos ganó en el último partido, que fue muy cerrado. Hay que mantener los pies sobre la tierra porque el Mundial va a ser difícil. Empezamos con el subcampeón olímpico, Holanda, y el segundo partido vendrá con el campeón olímpico, Alemania. Pensamos en el primer partido y nada más.
—¿Cómo ves el Mundial para Las Leonas?
—Hay que ir partido a partido, como los varones. El hockey femenino se ha igualado para arriba. Tenemos la cabeza puesta en Sudáfrica y empezar a construir desde ahí: tener tres puntos el 1 de junio.
—Pero Las Leonas son las defensoras del título, ¿podrían jugar bajo presión para defender el Mundial que ganaron en Rosario 2010?
—El hockey hay que jugarlo con alegría, tenemos que ser un equipo solidario, con esfuerzo y perseverancia. Presión tiene una persona que no tiene salud; nosotros, no. Tratamos de absorber esa tensión y que los jugadores puedan estar tranquilos en la cancha.
—¿Y si Argentina no llega a la final?
—No pienso en la final, sino en los tres puntos contra Sudáfrica y después otros tres frente a Estados Unidos y así sucesivamente.
A la altura de Tiger, Vettel, Messi y Nadal
—Este Mundial será el último de Luciana Aymar, que anunció su retiro. ¿Qué te genera?
—Vamos a ver, a lo mejor es el último Mundial, sí, pero no creo que Luciana no juegue la Champions Trophy en Argentina a fin de año. Me parece que puede jugarla, está en su mejor momento y se está entrenando de manera personalizada. También se entrena con el equipo y la vemos contenta y con muchas ganas. Ojalá que pueda jugar por mucho tiempo más.
—¿Qué cambia en Argentina con o sin ella?
—Argentina es con Luciana; sin Luciana, yo no pienso. Es la mejor de la historia.
—Lo digo porque los rivales no la tienen.
—Tenemos a la mejor del mundo. Es una jugadora extraordinaria, superdotada, no hay otra igual. Ni en quinientos años habrá otra jugadora con su nivel, incluso está entre los mejores deportistas contemporáneos del mundo al nivel de Tiger Woods, Sebastian Vettel, de Messi, y Nadal. Ella es la número uno del mundo y está en el mismo nivel que ellos. Tenemos que valorarla porque nos da un prestigio muy grande a todos los argentinos.