Los dos llegaban al enfrentamiento necesitados de una victoria. El local, San Lorenzo, necesitaba los tres puntos para seguir con vida en la pelea por el campeonato local y para no dejar los puestos de clasificación a la Libertadores 2018, mientras que la visita, Temperley, para no seguir resignando terreno en su cada vez más complicada pelea por no descender.
Sabido de eso, y a pesar de que el próximo martes el Ciclón se juega gran parte de su futuro en la Copa Libertadores cuando enfrente a Universidad Católica de Chile en el Nuevo Gasómetro, el uruguayo Daniel Aguirre puso en cancha a todos los titulares habituales. A excepción de Ezequiel Cerutti que sufrió una molestia en el aductor derecho y fue reemplazado por Néstor Ortigoza. Al igual que Gustavo Alvarez que se la jugó por los mismos once que en la fecha pasada cayeron 2-1 ante Rosario Central.
Aunque los primeros minutos mostraron a un San Lorenzo con ganas de ser protagonista de la mano de Di Lorenzo y Figueroa, Temperley no tardó en emparejar las acciones y así el partido se hizo muy luchado y desprolijo. Pese al buen trabajo en la mitad de la cancha del tandem Ortigoza-Botta y a la movilidad ofensiva de Belluschi y Merlini, el Ciclón no encontraba la manera de acercarse con peligro al arco defendido por Matías Ibáñez.
La primera y única chance para el local tuvo lugar a los 29 a través de un tremendo remate a la carrera desde afuera del área de Merlini que Ibánez desvió con esfuerzo sobre el ángulo superior izquierdo. Dos minutos más tarde, el ex santo Leonardo Di Lorenzo marcó el único gol del partido con un zurdazo desde la medialuna que doblegó las endeble resistencia que opuso Torrico.
Con San Lorenzo confundido, a los 35 Alexis estuvo muy cerca de poner el segundo, pero su remate terminó estrellándose en la cara externa de la red del palo derecho.
El arranque del complemento mostró a un San Lorenzo decidido a buscar el empate, pero todos los intentos eran abortados por el arquero visitante que se cansó de tapar todo lo que le tiraban. Y Temperley apostaba más que nunca a la contra. Como la que tuvo a los 55 por intermedio de Osuna, que no pudo en el mano a mano final ante Torrico.
Descuidado en el fondo y con las silbatinas de sus hinchas de fondo, mientras los ataques de San Lorenzo se iban diluyendo, cada contra del conjunto de Alvarez era un dolor de cabeza para Torrico. San Lorenzo perdió y ahora apuesta a un milagro en la Copa.