La venganza de Sava

“Yo no juego porque el entrenador no me pone”, fue la frase elegida por Facundo Sava cuando esta semana se lo consultó sobre su futuro en la Academia. Frase que algunos podrían catalogar de poco feliz, pero al delantero lo que no se le puede discutir es su sinceridad, la que también tuvo hace algunas semanas al decir que no estaba de acuerdo con el planteo de Merlo. Esa sinceridad lo "colgó" luego de la derrota con Lanús en el Cilindro de Avellaneda.

En ese momento, el delantero fue excluido por el entrenador de Racing y allí c omenzó una historia de declaraciones y desencuentros propios de una telenovela de la tarde, en la cual nunca estuvo nada claro.

Primero se dijo que era por "cuestiones futbolísticas" y hasta el propio "Mostaza" lo reconoció. Luego, aparecieron otras versiones que no coincidían para nada con la primera, pero hicieron ruido.

Una de ellas decía que Sava tenía problemas con su contrato y hasta se llegó a sospechar que se iba de Racing junto con Ezequiel Miralles, ya que el ex jugador de Defensa y Justicia llegó al club de Avellaneda, precisamente por Sava.

Otra de las versiones indicaba que el delantero se había negado a ir al banco de suplentes en el partido frente a Argentinos y que se lo había planteado al entrenador, el cual, debido a su irascible estado emocional actual, lo habría "borrado" de la lista de concentrados.

Pasaron las semanas y antes del partido frente a Arsenal, el atacante volvió a hablar con la prensa. Ese día la respuesta de "cassete" decía que el parate le había venido bien, que se había desacostumbrado a "ciertas cuestiones" del fútbol argentino y hasta le agradeció a Merlo el haberlo sacado porque esta actitud lo hizo "reflexionar". Y claro, Sava es psicólogo social y todo lo que sea reflexión, bienvenido sea.

Llegó el encuentro frente a los de Sarandí con una inesperada derrota y Sava sólo había podido participar desde el banco, ya que Merlo decidió que en ese partido no iba a ingresar.

Esta semana, el delantero admitió: "No juego porque no me ponen”. Y a la vez aseguró que estaba "esperando volver a jugar" y que se estaba entrenando "a full". "No pasé mucho por esta situación en mi carrera, pero me hace crecer”, volvió a reflexionar..
 
Ayer a la tarde, ingresó al campo de juego y se sentó en el banco de relevos en silencio. Al inicio del segundo tiempo, Merlo decidió incluirlo entre los once debido a que el partido se había puesto demasiado bravo para poder ganarlo y se necesitaba un jugador de sus características para ver si podía cambiar la historia.

Y vaya si lo hizo. Ya cuando tocó la primera pelota la gente lo apludió y lo alentó en cualquier ataque suyo. Tanto fue el contagio de "su" gente que cuando se moría el partido le devolvió una sonrisa. Y no era una sonrisa más. Era la victoria ansiada y esperada desde hacía cuatro fechas, tras perder tres partidos consecutivos.

Lo gritó y lo festejó con alma y vida. Como buen hincha de Racing que es sufrió hasta el final, pero tras varias semanas de agonía, revivió y lo "salvó" a Merlo de una silbatina en Avellaneda. Qué paradoja a Racing y a "Mostaza" los salvó un "Colorado"...