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Lo que cuesta vale tres puntos

GOLEADOR. Cuesta sale jugando pese al acoso de Lemos. El defensor le dio la victoria al Rojo.
| Fotobaires

Independiente ganó un partido bipolar. Pasó del sufrimiento al goce, y de las preguntas a las respuestas, en minutos. Empezó perdiendo con errores groseros, pero terminó festejando un triunfo merecido que lo ubicó en los primeros lugares de su zona.  

En Avellaneda hubo una situación que hizo que todo se modificara sustancialmente. Un hito en esta historia mínima que es un partido de fútbol: el penal que cobró Patricio Loustau en el minuto 45 del primer tiempo. La decisión del árbitro, que además de ver falta expulsó al defensor Andrade, reavivó a un Independiente que en la primera parte sólo mostraba nerviosismo e imprecisiones.

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Antes de eso, el equipo de Pellegrino nunca pudo predominar en la cancha, ni en juego ni en actitud.

Pero no sólo eso: a su edulcorado poder ofensivo le agregó una dosis peligrosa de riesgos evitables en la defensa. Quedó claro en una salida de Campaña y Toledo, que plagiaron lo peor del Ruso Rodríguez. Es decir: convirtieron una salida tranquila en riesgosa, que casi termina en gol del rival. No terminó así porque Cuesta se tiró y evitó que el tiro de Quiroga entrara. Sucedió después con un pase corto de Benítez, que posibilitó que los entrerrianos generaran, de la nada, una situación de peligro. Independiente era un equipo sin principio ni final. Y Patronato pudo sacar ventaja: a los 36, Carrasco recibió insólitamente sólo, y de media vuelta puso el 1 a 0. La zozobra duró hasta la decisión de Loustau, que Denis convirtió en gol.

Con un jugador de más que su rival, con el Cebolla Rodríguez adentro –arrancó en el banco–, en el segundo tiempo, el escenario del partido fue distinto: Independiente dominó y Patronato se replegó. Y ante tanta defensa rival, el local eligió el camino de los remates lejanos: Vera, Toledo y Cuesta probaron y estuvieron cerca.

Al final, el empuje de la gente, el cansancio de los entrerrianos, y la jerarquía de algunos jugadores de Independiente confluyeron en que el gol llegara de manera casi inevitable: fue por un cabezazo de Cuesta bajado impecablemente por Denis. Después, pudo aumentar la ventaja por Cebolla Rodríguez y también pudo haber perdido dos puntos. Pero todo finalizó en festejo.