De marzo a esta parte, los medios y las redes sociales se han inundado de historias de dolor, pérdidas, angustias, gente sin trabajo y dificultades económicas. No quedan dudas, para nadie, que el covid ha sido una irrupción inesperada y potente que nos ha cambiado, cómo mínimo, este año y posiblemente bastante más.
Pero con el paso de los meses, también, aunque en menor medida, hemos comenzado a ver que algunos sectores se reinventaron, otros lograron encontrarle la vuelta y los hubo, también, que resultaron victoriosos a pesar de la pandemia.
Seguros de vida y la importancia de crear conciencia aseguradora en esta coyuntura
Uno de estos ejemplos es el segmento de seguros de vida. Históricamente Argentina ocupó una posición baja a nivel mundial en emisiones de estas pólizas, pero en este último tiempo la concientización acerca de la protección y la planificación financiera hizo que empezáramos a subir posiciones.
Y ese proceso se vio fuertemente acelerado durante los meses de pandemia, donde la demanda se incrementó en un 40 % respecto del crecimiento que ya venía teniendo.
Mayor conciencia y planificación
A la hora de buscar razones, para dicho crecimiento, podemos pensar que el contexto actual aumentó el nivel de valoración sobre la importancia de la salud y la planificación de una estabilidad económica futura ante posibles imprevistos.
Otro de los problemas de fondo que se acentuó con la pandemia es la situación económica: temas como la inflación, el aumento del dólar y las limitaciones cambiarias hicieron que la gente busque nuevas formas de resguardar sus ahorros y de no perder poder adquisitivo.
El seguro de vida se presenta como una herramienta más para no perder capacidad de ahorro ante los vaivenes y limitaciones de la economía, ya que se trata de productos linkeados al valor referencial del dólar oficial, pero se pagan en moneda local y sin impuestos adicionales.
Qué son y qué ofrecen
Existen dos tipos de seguros de vida. Por un lado, los seguros de vida puros o temporarios, es decir, a un plazo determinado, que pueden ser renovables a la finalización del período contratado. La duración mínima promedio es de 15 años, pero pueden contratarse de forma anual y renovarse hasta los 75 años dependiendo de la aseguradora.
Y por otro, existen los seguros de vida con capitalización. Estos seguros están diseñados para acompañarnos toda la vida y generalmente se utilizan como herencia. El atractivo de estas pólizas es que se pueden rescatar y, a largo plazo, recuperar el capital aportado.
El seguro de vida se presenta como una herramienta más para no perder capacidad de ahorro ante los vaivenes y limitaciones de la economía.
En ambos casos, como su nombre lo indica, la cobertura principal es la vida. Ante un fallecimiento por cualquier causa, los beneficiarios obtienen una indemnización por la suma contratada (en caso de muerte accidental, se duplica la suma asegurada).
En este contexto, la cobertura más importante es la de enfermedades graves, que abarca las enfermedades o causas más usuales (cáncer, infarto de miocardio y ACV, entre otras) y que también cubre aquellas muertes producidas por el covid-19 y dengue.
Es, justamente, la pandemia por el covid-19 la que ha hecho disparar la demanda de esta cobertura, que si bien tiene un fuerte desarrollo en el mundo, aun tiene mucho para crecer en nuestro país. Hoy Argentina no está entre los países que más contratan esta póliza en la región, pero no hay dudas que al ritmo que viene creciendo, en poco tiempo lo estará.
*Gerente Comercial de Quore Vida y Ahorro - Grupo Gaman