Como el dólar además de ser la moneda oficial de la principal economía mundial es la moneda de cambio utilizada para transaccionar todas las mercancías entre todos los países, resulta inexorable que la tasa de interés que fije la FED tenga un impacto directo en la relación de cambio entre todas las monedas del mundo y por lo tanto en los términos de intercambio de las mercancías.
Ahora bien, los Estados Unidos manejan la tasa de interés a corto plazo en función de su crecimiento económico y de la inflación. Baja la tasa de interés para activar la economía cuando entra en la fase descendente de su ciclo económico (es decir, cuando entra en recesión) para estimular la demanda y aumenta la tasa de interés en la fase de expansión de la actividad económica para evitar el recalentamiento de la economía y dominar las tensiones inflacionarias.
Los impactos en los intercambios de mercancías y los flujos de capital ante estas acciones con el resto del mundo son bastante fáciles de dilucidar y suelen ser más profundos en los países con macroeconomías poco ordenadas e inestables como es el caso argentino.
Si la tasa de interés define (en parte) el valor del dinero cada vez que EEUU baja tasa hace devaluar el valor de su moneda lo que en la jerga de la calle significa “dólar barato para todos” y eso expulsa capitales al resto del mundo permitiendo alivianar en nuestro caso la presión devaluatoria.
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A la inversa, una suba de la tasa de interés genera una atracción de capitales (flujo de divisas del resto del mundo a los EEUU en busca de mayor rentabilidad) y por lo tanto revalúa su moneda respecto al resto de las de los demás países.
En este escenario es donde hay que hacer hincapié ya que un dólar más caro pondría en jaque al gobierno nacional que tiene que aplicar si o si alguna definición de política monetaria que se adapte al nuevo escenario mundial.
Por un lado, podría subir la tasa de interés lo suficiente como para volver a reestablecer el equilibrio entre el dólar y el peso y evitar así la salida masiva de capitales o permitir su salida y devaluar para ajustar la oferta y la demanda dólares.
Ambos tienen per se un impacto negativo en la economía y por lo tanto en el consumo. Subir la tasa de interés implica aumentar el costo de la inversión y por lo tanto disminuir el volumen de esta y como todos sabemos menor inversión implica siempre en el largo plazo una caída del consumo.
Por otro lado, devaluar implica aumentar el costo de las importaciones realizadas en moneda nacional y este aumento del costo en pesos implica un aumento de precios para el consumidor final o como entre economistas llamamos el fenómeno de pass through (es acá donde se explica que la tasa de interés fijada por el país dueño de la moneda de cambio mundial tiene un impacto enorme en la relación de cambio entre todas las mercancías del mundo)
Para cerrar la idea, un aumento de costos que se refleja en un aumento de precios implica una caída del salario real (capacidad de compra de bienes y servicios) ya que el efecto pass through demora a penas pocos meses en propagarse a todos los bienes de la economía mientras que el salario no suele ajustar a la misma velocidad.
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En resumen, lo que todo kiosquero tiene que saber es que, si EEUU decide aumentar su tasa de interés, el equipo de Martín Guzmán va a tener que tomar una decisión para ajustarse a la nueva realidad y esta decisión va a tener con mayor o menor graduación un impacto negativo en el salario real es decir, una caída del consumo y por lo tanto una probable caída del ticket promedio (consumo por habitante dividido la cantidad de ventas realizadas o cantidad de actos de consumo realizados)
La velocidad en la que ocurran estos hechos y su magnitud es más compleja de analizar, desde el momento en el que Jerome Powell (Presidente de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal o FED) desde su escritorio firme un aumento de la tasa hasta que el consumidor argentino vea erogado su ingreso puede no ser inmediato e incluso verse afectado por otras variables pero si sabemos que a mayor nivel de globalización más rápido se va a propagar.
Por último, el impacto en nuestra economía respecto a la variación de la tasa de interés en los Estados Unidos tiene muchas más aristas por analizar como puede ser el equilibrio fiscal, el margen de maniobra que advierte sobre el ministerio de economía etc.
Además sabemos que en nuestro caso tenemos un apego especial con el dólar como valor de reserva que se encuentra en muy pocos países del mundo con lo cual complejiza más el análisis pero es clave que empecemos por hacernos las preguntas correctas que nos permitan allanar el camino a un análisis más claro, concreto y fácil de comprender y así poder ganar (aunque sea paulatinamente) mayor previsibilidad sobre los fenómenos económicos que van a tener un impacto directo todas las mañanas cuando cada kiosquero decida abrir su persiana para vender sus golosinas.
* Licenciado de Economía de la UBA