La pandemia puso en evidencia muchas carencias y prioridades, entre ellas la seguridad alimentaria global. La sustentabilidad que tanto atrapa a políticos y dirigentes por todo el globo, es un concepto muy abordado por el sector agropecuario desde hace algunos lustros. Y cobra fuerza a medida que queda en evidencia que, para asegurar la alimentación de un mundo en crecimiento hay que tender a un equilibrio. Entre química y productos biológicos, por ejemplo. O entre biotecnología y mejoramiento tradicional de los cultivos.
“Necesitamos seguir produciendo más, tenemos una población mundial en crecimiento que necesitará más y más alimentos. Y necesitamos minimizar el impacto del uso de recursos para que podamos tener un planeta saludable en el que vivir. Y estas dos situaciones pueden suceder a través de más innovaciones en tecnología para la agricultura”, explica a PERFIL Bob Reiter, el jefe de Investigación y Desarrollo de la división Crop Science de Bayer.
Reiter, desde su oficina en Monheim, Alemania, y en diálogo con PERFIL, indica que las iniciativas de carbono que lleva adelante la multinacional, son altamente innovadoras y están redefiniendo el valor de la agricultura. El programa está como experiencia piloto en el vecino Brasil, e incluso este año, durante el Congreso de Siembra Directa se adelantó que en 2021 se aplicará el proyecto en el país.
La iniciativa busca compensar a los productores por generar créditos de carbono mediante la adopción de prácticas climáticamente inteligentes, como la Siembra Directa (altamente difundida en el país), que reduce la huella de carbono y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). “La iniciativa fomenta un futuro de carbono cero para la agricultura, lo que respalda los compromisos de sustentabilidad de Bayer, destinados específicamente a reducir las emisiones de GEI en el campo en un 30 por ciento en 2030”, agrega Reiter.
Darle un valor a la sustentabilidad
El momento en que se pague a los productores por realizar acciones de sostenibilidad está a la vuelta de la esquina lo que permite augurar que, en el corto plazo, los productores adoptarán estas prácticas no sólo porque son buenas para la sostenibilidad, sino también porque les ayudarán a aumentar la productividad.
Además del proyecto de carbono, la multi alemana que compró en 2018 a Monsanto, busca poner el énfasis en otros proyectos como el 'short corn' o maíz de baja estatura. Se trata del híbrido VITALA, un revolucionario maíz de baja estatura desarrollado para cultivar en principio en México, para ayudar a los agricultores a producir más, utilizando menos recursos. Según Reiter “se puede esperar que en los próximos 5 a 10 años llegue a la Argentina”.
Este "maíz" cobra notoriedad porque es un cultivo pensado y desarrollado para enfrentar el cambio climático. “El beneficio que vemos para la sustentabilidad es que dispone de un fuerte sistema radicular y es más eficiente en situaciones de estrés hídrico. Hay buena evidencia para creer que el cultivo tiene más condiciones para permanecer parado y el agricultor puede así tener una mejor y más satisfactoria cosecha porque el viento o las condiciones climáticas no pueden desestabilizarlo”, agregó.
Otro de los platos fuertes de la nueva agricultura y que de acuerdo a Reiter todavía está en sus estadios iniciales es la agricultura de datos. “A corto plazo podremos ayudar a los agricultores a utilizar sus semillas de modo más eficiente con el Asesor de Semillas que ya estamos probando en proyectos piloto con muchísima información de los farmers norteamericanos”, explicó. Para Reiter “este tipo de programa se podría utilizar en Argentina en un plazo de dos o tres años”, adelantó.
Por lo pronto, la firma avanza con el uso de FieldView, su plataforma digital de datos para ayudar a los agricultores en la toma de decisiones; que alcanzó una cobertura de 2,3 millones de hectáreas en la Argentina (casi un 7% del área agrícola nacional) a un año de su lanzamiento. Y la adopción de la herramienta crece exponencialmente en el mundo, porque ya se utiliza para tomar decisiones sobre 37 millones de hectáreas.
Lanzan en Argentina la plataforma digital Climate FieldView
Con respecto a la pandemia y a como abordó el sector estos complicados meses, Reiter indicó que “el impacto ha demostrado que el sector es muy resiliente ya que pudimos continuar con la producción de alimentos pese a la situación".
Al mismo tiempo expuso la vulnerabilidad de toda la cadena, en especial en los ámbitos que son muy intensivos de mano de obra con situaciones de escases en las tareas de cosecha. "Eso recalca la necesidad de una mayor automatización en este ámbito de la recolección de cultivos", explicó. Y también apuntó a las regulaciones internacionales que se activan en momentos de temor, cuando los países tienden rápidamente a cerrarse con medidas proteccionistas. “Ha quedado claro en la pandemia la importancia de un comercio libre” para asegurar la seguridad alimentaria.
Respecto del debate sobre la sustentabilidad y como la agricultura se adapta a los desafíos, Reiter analizó la dinámica entre los productos químicos, los biológicos y la biotecnología. "Las tres áreas van a seguir siendo muy importantes para proveer soluciones a los agricultores. Se trata de optimizar el uso de los tres grupos", detalló y añadió: "Hay una gran presión sobre el uso de químicos, o sea que tendremos que seguir encontrando soluciones para ello pero desde luego los químicos seguirán siendo utilizados para garantizar el éxito de los cultivos y para asegurarnos de que podemos alimentar a la población con una huella de carbono lo más pequeña posible por parte de la agricultura", indicó.
Según su mirada: "las diferentes soluciones pasan por la combinación de los productos químicos, también con los biológicos y con la edición genética que nos permitirá encontrar plantas cada vez mas optimizadas para cada situación", expresó.
En cuanto a lo que está mirando la compañía para el futuro, el encargado del área de I & D en el área de Crop Science indicó que se están centrando en los productos que ofrecen nuevas oportunidades en el control de insectos y de enfermedades "Tenemos varios productos para la protección de cultivos que se están desarrollando en ese sentido como una nueva solución para el control de las malezas y diferentes paquetes comerciales que vamos a lanzar para el control de insectos y también para el control del gusano de raíz del maíz, donde vamos a lanzar en breve un producto de cuarta generación, así como preparamos un herbicida tolerante para la soja, de cuarta y quinta generación".
Reiter agregó que también trabajan para sumar actualizaciones para todos sus productos y tendrán nuevos cultivares en el ámbito genético. "Estamos desarrollando nuevas variedades de soja, de algodón y de trigo".
Finalmente, Reiter agregó que uno de los mayores desafíos y donde la compañía se siente fuerte es en el ámbito de las soluciones digitales. "Tenemos soluciones hechas a medida para aumentar el rendimiento de los agricultores a cosecha y luego por supuesto soluciones biológicas que estamos desarrollando para sumar herramientas diversas para los agricultores de todo el mundo".